Un ‘vivero’ de futuros profesionales de la música

Visitamos el Centro Integrado de Enseñanzas Musicales y Educación Secundaria ‘Federico Moreno Torroba’, en la Finca de Vista Alegre

ROBERTO BLANCO TOMÁS

Carabanchel es un distrito con grandes riquezas de las que muchas veces los vecinos no son conscientes. Hoy visitamos una de ellas, tan especial que solo hay otra parecida en toda la Comunidad de Madrid, y está en San Lorenzo de El Escorial. Me refiero al Centro Integrado de Enseñanzas Musicales y Educación Secundaria “Federico Moreno Torroba”, donde en una soleada mañana de diciembre me reciben muy amablemente Carlos María Domínguez (director), Óscar Barragán (jefe de estudios de Música) y Mariano Pulido (secretario académico), encantados de enseñarme su centro.

Empecemos por el principio: qué se estudia aquí y qué es eso de “centro integrado”. Nos lo explica Carlos: “El centro, perteneciente a la Consejería de Educación, Juventud y Deporte de la CAM, es un conservatorio de música que imparte la Enseñanza Elemental (cuatro cursos) y la Profesional (seis cursos). Además de eso es un centro integrado en el cual se pueden estudiar los seis cursos del grado Profesional de Música junto con los cuatro cursos de Secundaria y los dos del Bachillerato”. Es, pues, esta integración lo que lo hace tan especial, por su carácter casi único en la Comunidad y por ser la mejor opción para todos aquellos chavales que en un futuro quieran dedicarse a la música de forma profesional, ya que, como explica Óscar, ello permite “primero, un ahorro en el tiempo y en los desplazamientos, y luego una implicación de todo el profesorado en un proyecto que suma esfuerzos en Secundaria y en Música” y que repercute enormemente en el aprendizaje. Dos enseñanzas, en un mismo centro, “armonizando tanto los horarios como los aspectos cognitivos, emocionales y artísticos de los alumnos”, como se lee en los objetivos del mismo, con idea de “optimizar su rendimiento académico en ambas enseñanzas”, que se organizan en jornada escolar unificada, rentabilizando el tiempo al máximo y relacionándolas entre sí para su potenciación mutua. Es como un Centro de Alto Rendimiento musical, vaya.



Evidentemente, el rasgo que define al alumnado no es su procedencia, ya que aquí vienen alumnos de diferentes distritos e incluso poblaciones de Madrid, sino su interés por la música. Óscar abunda en esta idea: “Si lo comparas con un instituto convencional, aquí todos los alumnos de una clase de Secundaria estudian música. Es algo que les une, que crea una relación entre ellos que no existe en otros centros”. Mariano asiente: “es también la sensación sana de competitividad y rivalidad… y de no sentirte raro ni especial porque dediques muchas horas a la música y a practicar el instrumento que has elegido. Luego la relación que establecen entre sí por el hecho de tocar juntos, siendo capaces de dialogar y tener criterios diferentes a la hora de abordar una obra… Digamos que se crea como un ‘terreno de juego’ común”.

Prácticamente cualquier inquietud musical que tenga el alumno puede ser satisfecha aquí, pues en cuanto a instrumentos cuenta con 23 especialidades (“todas excepto el órgano”, apunta Óscar). Luego, el alumno de la línea integrada termina con los títulos de Graduado en ESO, Bachiller en Música y el Título Profesional de Música en su especialidad, y a partir de ahí lo normal es que continúe sus estudios en los Conservatorios y Escuelas Superiores de Música, aunque también puede acceder a 27 Grados Universitarios de Humanidades, Ciencias Sociales y Jurídicas.

Un emplazamiento muy especial

Sin duda otro de los detalles que hacen especial a este centro es su ubicación, en la que acaba de cumplir diez años: dentro de la Finca de Vista Alegre, en el impresionante edificio que en su momento albergara al Orfanato Nacional de El Pardo. El espacio no parece problema, pues, con sus aulas especializadas, sus 22 cabinas de estudio, sus largos pasillos y su casi bucólico patio. Mariano lo confirma: “Sí, estar dentro de un marco relajado, tranquilo, al margen del día a día, es importante... Y los chavales están encantados: hay buenas calificaciones en todos los aspectos, los padres están muy contentos con el centro y la enseñanza… Ven que sus hijos están en un entorno cordial y amable, lo que da pie a que el alumno estudie mejor y que la media sea bastante alta, la verdad”.

Veamos algunos datos: “En la línea integrada hay como unos 125-130 alumnos, y todos los demás hasta los 540 más o menos que tenemos están en Elemental y Profesional”, apunta Carlos, a lo que Óscar añade: “Como instituto es un centro de Línea 1, lo que quiere decir que solo hay una clase por curso… Y además esa clase tiene un número de alumnos limitado; no es como en otros centros, que puede haber treinta y tantos… Eso hace que la formación sea más personalizada”. Continúa Carlos: “aquí hablamos de especialización y profesionalización, aunque los conservatorios también se dedican a profesionalizar a sus alumnos, pero el porcentaje de los chavales que salen para dedicarse a esto es menor, por la dificultad de compaginar los estudios”. Sigue Mariano, en un trío perfectamente armónico: “Imagínate que el hijo está en un instituto normal, y luego tiene que andarlo llevando a otro centro… Si en un solo edificio aglutinas las dos enseñanzas, es una facilidad que les estás dando. Y luego, los horarios también están diseñados para facilitarlo todo…”. Entra de nuevo Óscar: “…No tienen que pedir permiso al profe de Matemáticas porque mañana tengan una audición de violín: el profe ya lo sabe, y se ha programado todo para que no haya obstáculos. Hay mucho contacto entre los profesores”. Carlos: “aunque son dos enseñanzas, es un solo claustro de profesores, así que todas las reuniones son conjuntas”. Mariano: “Somos 82 profesores, de Secundaria, Bachillerato y Música. Nosotros también tenemos que estar integrados para coordinarlo todo: evaluaciones, actividades, asignaturas, horarios… El dialogo es constante, y hemos comprobado que funciona: compaginar las dos enseñanzas hace que los chavales estén muy motivados, lo que también refuerza la voluntad de los profesores por coordinarse entre sí lo máximo posible”.

Diez años es ya tiempo suficiente para ver resultados, y en este capítulo aflora un brillo de sano orgullo en los ojos de Mariano: “tenemos ya a antiguos alumnos haciendo estudios superiores en el extranjero, algunos con Máster ya… Incluso tengo ya a algunos de los míos, por ejemplo, como profesionales en conservatorios y orquestas… El lujo de decir lo que acabo de decirte no tiene precio…”, sonríe satisfecho. “En general formamos profesionales orientados a que en el futuro nos sustituyan. Es una pequeña gran familia”, concluye.

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Más información

CIEMES “Federico Moreno Torroba”. C/ General Ricardos, 177 (entrada por C/ Campoamor, 10)

Tel.: 91 469 86 14 / 17

www.ciemmorenotorroba.com

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