El alumnado de Educación Especial sufre el 100% de interinidad de su profesorado, y la Comunidad no responde a las demandas para proteger al centro de las obras de la línea 11 de Metro
El viernes 20 de junio ha finalizado el curso escolar en Madrid, y colegios como el Perú, en el barrio de Comillas, denuncian otro año más de falta de compromiso en la mejora de la enseñanza pública por parte de las Administraciones competentes. El CEIP Perú, con cerca de 700 escolares, uno de los más grandes del Distrito, es además el colegio contiguo a las obras de ampliación de la línea 11 de Metro.
La Comunidad de Madrid, responsable del proyecto, no previó ninguna medida de protección hacia estos menores de entre 4 meses y 12 años y, tras la movilización de las familias, junto a las asociaciones vecinales, lograron el refuerzo de algunas ventanas del centro, las más próximas a la valla de obra, y la instalación de 4 sistemas de climatización, medidas ambas insuficientes dadas las dimensiones del colegio, que cuenta con 14 aulas de Educación Especial, 3 aulas de primer ciclo de Educación Infantil y 26 de ordinaria.
Asimismo, y pese a existir precedentes en obras de similar dimensión, como la operación Mahou-Calderón, que afectó a un colegio y a un instituto, tanto el Ayuntamiento como la Comunidad han rechazado colocar medidores de ruido y partículas con los que poder comprobar si se puede ver afectada la salud de estos menores. Tampoco se valora formar una comisión de seguimiento de las obras, solicitada por la asociación de familias del alumnado y por la Asociación Vecinal Parque de Comillas para garantizar la transparencia e información al vecindario.
Tuneladora bajo el colegio
La tuneladora que excavará el nuevo trazado de la línea 11 de Metro llegará este diciembre y comenzará su trabajo en marzo de 2026. El efecto de esta maquinaria contigua al colegio, que extraerá toneladas de tierra y escombros, conllevará la transformación de la zona, incluido el centro escolar, en una isla de calor la próxima primavera. Por ello, el colegio presentó proyectos para mejorar las condiciones climáticas al Presupuesto Participativo del Ayuntamiento y, tras haberlos ganado, instan a la dirección y a la Junta de Distrito a iniciarlas de inmediato para estar preparados antes del inicio de la parte más cruda de las obras, el año que viene.
En otras zonas del recorrido de las obras del metro, la Comunidad ha instalado medidores de desplazamientos en los edificios que pueden verse afectados. En el barrio de Comillas, estos medidores fueron retirados sin ofrecer explicación alguna. Y en el propio colegio Perú nunca se llegaron a colocar, pese a tratarse del primer edificio por el que pasará la tuneladora.
Un colegio dentro de otro
Este curso que ahora termina, la Comunidad de Madrid impuso al colegio Perú destinar una parte de sus aulas para acoger a 70 niñas y niños de Educación Especial tras endurecer la Consejería de Educación los criterios para acceder a las aulas para alumnado con Trastorno Generalizado del Desarrollo (TGD) o Trastorno del Espectro Autista (TEA).
Así, 70 menores con algún tipo de discapacidad de diferentes distritos de Madrid han tenido que desplazarse en ruta cada día a este colegio de Carabanchel, con lo que implica para estos pequeños la ruptura con la rutina escolar que ya conocían.
Precisamente, éste es el criterio de la Organización Mundial de la Salud, que aboga por la integración de estudiantes con discapacidad en entornos educativos regulares, promoviendo la inclusión y la igualdad de oportunidades.
En el caso del colegio Perú, este desarraigo para el alumnado de Educación Especial se escenificó con especial crudeza la jornada del pasado 28 de abril, durante el apagón. Las 5 rutas escolares que realizan el traslado de estos pequeños por toda la ciudad no pudieron salir al no poder garantizar la entrega de los mismos a sus familiares en las paradas. Pasadas las ocho de la tarde, aún permanecían en el centro niños y niñas con distintas discapacidades, atendidos por las familias, el profesorado y el equipo directivo, que ayudó hasta entrada la noche. Un problema que se habría atenuado si las familias acudiesen al centro escolar de su barrio.
La Comunidad de Madrid derogó este año la resolución que endurecía los criterios para acceder a las aulas de TGD/TEA en los colegios ordinarios, sin embargo, no se ha vuelto a evaluar la situación de este alumnado en el colegio Perú, que sufre, además, el 100% de interinidad de su profesorado. La Educación Especial, además, sufre otro golpe a partir del próximo curso, pues cambia su horario a jornada partida, mientras el resto del colegio (escolares de educación ordinaria) mantienen la jornada continua. Esto conlleva que las niñas y niños de Educación Especial dejen de compartir espacios como ya hacían este curso, en el comedor o en los patios. Otro obstáculo más para su integración y para obtener la educación inclusiva que establece la Convención de la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.