‘En mis libros hay siempre una denuncia social, ingrediente imprescindible en la novela negra’

Javier Rovira, profesor de piano en el CIEM Federico Moreno Torroba y escritor, presenta su tercera novela, ‘Los amigos fieles’

Javier Rovira es profesor de piano en el Centro Integrado de Enseñanzas Musicales Federico Moreno Torroba, situado en la Finca de Vista Alegre. También organiza desde hace 22 años el Festival Clásicos en el Parque, que se celebra cada mes de junio en Rodalquilar (Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, Almería). Pero hoy le traemos a este espacio sobre todo por su faceta de escritor, pues ha publicado hasta la fecha tres novelas: Sesión privada en 2012 con Temas de Hoy, Mala mar en 2022 con RBA, y en febrero de este año, con Ediciones B, Los amigos fieles. 

●●● Estás presentando tu novela Los amigos fieles... ¿Qué van a encontrar en ella los lectores?

Encontrarán a dos parejas, amigas además desde la adolescencia, que veranean en San José, el pueblo más turístico del Cabo de Gata. Cuando están a punto de volver a Madrid, el hijo de una de esas parejas desaparece y, casi al mismo tiempo, un extraño maniquí llega en barca a una cala de la zona. A partir de ahí, se abre un tiempo de espera en el que salen a la luz tanto la verdad de los días previos y supuestamente idílicos como las traiciones y mentiras de un pasado que se remonta al Madrid de los 80. Encontrarán también mucha música de esa década mítica, una historia de desamor que recorre todo el libro, una denuncia social y, muy especialmente, un estudio del daño que en ocasiones nos pueden hacer las personas cercanas.

●●● Parte de ella está ambientada en Carabanchel, concretamente en el Tercio Terol… ¿Cómo y por qué escogiste el barrio como escenario?

Mi relación con Carabanchel es muy estrecha desde hace años, sobre todo por mi condición de profesor en el CIEM Torroba: alumnos, familias, compañeros… de modo que me resultó muy natural situar la adolescencia de los protagonistas en sus calles. Por otra parte, quería que los personajes estuvieran cerca de la Movida, pero no inmersos en ella al cien por cien. Quería chicos de barrio obrero que sueñan con conquistar el centro de la ciudad y todo lo que eso significaba en esa época concreta: acercarse al ambiente de Malasaña, por ejemplo, a los escenarios, a las casas discográficas… La elección del Tercio Terol fue, además de por su evidente impacto visual, porque se mantiene tal y como estaba en los 80; me refiero a la apariencia física, lógicamente, ya que el aspecto humano ha cambiado muchísimo.

●●● Una parte importante transcurre asimismo en el Cabo de Gata, lo que entiendo que tampoco es accidental, dado que procedes de Almería y supongo que es una zona que conoces bien... ¿es así?

Sí, así es. Mi relación con la zona es especialmente estrecha, y no solo por ser de Almería: organizo el Festival Clásicos en el Parque y paso largas temporadas por allí. Es, digamos, mi segundo sitio en el mundo después de Madrid.

●●● ¿Qué tal recepción está teniendo la novela?

De momento, bastante buena. Pero es difícil: el número de novedades que llega a las librerías cada semana es apabullante, y los lectores no son tantos…

●●● Tanto esta novela como tus dos anteriores se encuadran en el género policíaco... ¿Por qué este género?

Yo no diría que son novelas policiacas. De hecho, ni siquiera hay investigadores externos que vayan en busca del culpable. Hay crímenes, sí, pero me interesa más que sean los propios implicados quienes, a través de sus conflictos internos, desvelen poco a poco lo que pasa. El lado negro de mis novelas surge de mi interés por el daño que pueden hacernos las personas que supuestamente nos quieren: la familia, los amigos, las parejas… La presencia del monstruo que está a nuestro lado sin nosotros saberlo me inquieta muchísimo, y tiendo a escribir sobre eso. Por otro lado, en mis tres libros hay siempre una denuncia social, un ingrediente imprescindible en toda novela negra. En Los amigos fieles he contado el Cabo de Gata a través de los ojos de unos veraneantes, pero también he mostrado su lado oscuro: pateras, trata de mujeres, explotación…

●●● Además de novelista, eres músico y profesor de piano en el CIEM Torroba... Háblanos un poco de esa otra faceta.

Como intérprete estoy más bien de retirada. He tenido mis años de conciertos, pero el piano es demasiado exigente y yo tenía ganas de hacer otras cosas, entre ellas escribir. Así que procuro enseñar a mis alumnos todo lo que he aprendido, transmitirles mi amor por la música y orientarlos, llegado el caso, a un futuro profesional. He tenido y tengo la suerte de contar en mis clases con pianistas muy brillantes, y ése es quizá mi mayor orgullo: haber contribuido a su formación.

●●● ¿Tienes algún otro proyecto entre manos que puedas contarnos?

El más inminente es la próxima edición del Festival Clásicos en el Parque, que será nada menos que la número 22.

●●● Pregunta obligada en un medio hiperlocal: ¿cómo es tu relación con Carabanchel?

Vivo en el centro, pero siento Carabanchel también como algo mío, tanto por mi trabajo como por mi relación con muchos de sus vecinos. Está claro que se ha convertido en un distrito dinámico, con múltiples posibilidades y en plena explosión cultural. Vengo a trabajar, claro, pero también a disfrutar de todo lo que ofrece.

●●● ¿Quieres enviar algún mensaje especial a nuestros lectores?

Que espero que disfruten con estos amigos no tan fieles, que vivan en sus páginas el Cabo de Gata actual y el Tercio Terol de los 80, y que ojalá esta historia, de algún modo, los conmueva.

Fotos: ©Samuel Pereira


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