Paseamos con miembros de la Asociación de Vecinos Amigos del Canódromo, que protestan por el estado general de deterioro de su zona
ROBERTO BLANCO TOMÁSComo nuestros lectores saben, en esta redacción nos gusta pasearnos por los barrios de nuestro distrito para comprobar “cómo está todo”, máxime cuando tenemos la percepción de que las cosas no están como deberían en cuanto a aspectos tan importantes como el mantenimiento, la limpieza, la accesibilidad y similares. Siguiendo esta tónica, en abril hemos quedado para dar un paseo por su zona con algunos miembros de la Asociación de Vecinos Amigos del Canódromo, que amablemente nos han enseñado su barrio y nos han llamado la atención sobre algunos de los problemas que sufren.
Para que se hagan una idea, el marco espacial en el que nos movemos es el que abarca desde Vía Carpetana hasta Urgel y desde el Parque de San Isidro hasta Nuestra Señora de Valvanera. En esta amplia zona, los vecinos se quejan del abandono de calles y aceras, la falta de infraestructuras y los grandes problemas de accesibilidad, todo ello motivado y agravado por una “falta de inversión total”, según nos cuenta Victoria Magro Cardeña, presidenta de la asociación.

Y es que el deterioro es general… Por ejemplo, en lo relativo al viario, llama la atención la cantidad de socavones que encontramos, un peligro tanto para los coches como para los peatones, por estar no pocos de ellos en pasos de cebra. “Cualquier persona se puede romper una pierna ahí, sobre todo por la noche, porque también hay que decir que la iluminación del barrio es muy escasa”, razona Victoria.
Los vecinos protestan también por la falta de mobiliario urbano: “Hacen falta papeleras, bancos… infraestructura que no existe y en la que no invierten”. De hecho, como nos comentan, “en el Parque de San Isidro, única zona de esparcimiento del barrio, porque no hay más, hay peleas para coger un banco en estos días que empieza a mejorar el tiempo y la gente sale más de casa. Y por las calles verás que no hay bancos en ningún sitio, papeleras hay poquísimas, o sea que es en general… Hay que reestructurar el barrio entero”.

En resumen, desde la asociación vecinal reclaman “que se haga algún tipo de plan o que le den un repaso a todo el barrio, pues esto no es problema solo de tapar uno o dos socavones, sino que es algo general… Además, éste es un barrio con mucha población, y lleva olvidado toda la vida, treinta años como mínimo, así que creo que ya nos toca”.
El canódromo

Otro tema que a esta asociación le preocupa mucho es el de las ocupaciones, “que no se trata de desahucios de bancos ni nada de eso, sino de gente mafiosa que está buscando pisos para luego dar la patada y cobrar a tanto por puerta abierta”, puntualiza la presidenta. Algo que genera rechazo y enfrentamiento entre la gente, “lo que hay que evitar, pues lo bonito es la convivencia”, continúa, poniendo el dedo en la llaga: “se echa en falta una política de vivienda en barrios como el nuestro para que no haya listos que se lucren a costa de la desgracia ajena”. Y concluye: “desde la asociación hacemos también un llamado al civismo de los vecinos. Todos vivimos en el barrio y todos debemos poner nuestro granito de arena para que esté lo mejor posible”.