Código europeo contra el cáncer y señales de alarma

El cáncer se ha convertido en un problema sanitario de primer orden. El número de casos en los países de la Unión Europea ha aumentado en los últimos años, pasando de los dos millones a mediados de los noventa a los más de 3,1 millones en la actualidad. Para afrontarlo, la Comisión Europea lanzó la iniciativa “Código Europeo Contra el Cáncer”, para informar a los ciudadanos sobre lo que podemos hacer por nosotros mismos y/o por nuestros familiares para reducir el riesgo de padecer cáncer.

Recomendaciones del Código Europeo Contra el Cáncer

— No fumar, ni consumir ningún tipo de tabaco.

— Hacer del hogar un espacio sin humo y apoyar las políticas antitabaco en el lugar de trabajo.

— Mantener un peso saludable.

— Hacer ejercicio a diario limitando el tiempo de estar sentado.

— Llevar una dieta saludable: consuma gran cantidad de frutas, verduras, legumbres y cereales integrales; limite los alimentos hipercalóricos (ricos en azúcar o grasa) y evite las bebidas azucaradas; evite la carne procesada; limite el consumo de carne roja y de alimentos con mucha sal.

— Evitar el consumo de alcohol.

— Evitar una exposición excesiva al sol, sobre todo en niños y niñas; utilizar protección solar y no usar cabinas de rayos UVA.

— En el trabajo, protegerse de las sustancias cancerígenas cumpliendo las instrucciones de la normativa de protección de la salud y seguridad laboral.

— La lactancia materna reduce el riesgo de cáncer de la madre, especialmente si ésta se prolonga más de un año.

— La terapia hormonal sustitutiva (THS) aumenta el riesgo de determinados tipos de cáncer. Se debe limitar el tratamiento con THS.

— Los niños deben participar en programas de vacunación contra la hepatitis B (los recién nacidos) y el virus del papiloma humano (en el caso de las niñas).

— Participar en los programas de cribado del cáncer recomendados según edad y sexo, ya que algunos tumores se pueden detectar en fases muy tempranas, como es el caso del cáncer de colon (hombres y mujeres), cáncer de mama (mujeres) y cáncer de cuello de útero (mujeres).

Señales de alarma del cáncer

Para el resto de tumores en la actualidad no existe la posibilidad de realizar una prueba de diagnóstico precoz; aunque muchos de ellos pueden dar lugar a síntomas específicos que todos debemos conocer.

  • Un bulto o nódulo, una herida o úlcera que no cicatriza.
    No te preocupes. La mayoría de los bultos o nódulos suelen ser manifestaciones benignas, pero en todos los casos se debe descartar la existencia de una lesión maligna.
    Consulta a tu médico si detectas la aparición de un nódulo o un bulto en alguna zona del organismo, una herida en la piel o una llaga en la mucosa de la boca que no cura.
    Un nódulo puede ser indicativo de: cáncer de mama, cáncer de testículo, cáncer linfático...
  • Dolor persistente en el tiempo.
    No te preocupes. El dolor suele ser un síntoma inespecífico que acompaña a multitud de enfermedades. En la mayoría de las ocasiones se trata de un dolor agudo (duele durante un periodo de tiempo más o menos corto) que desaparece bien espontáneamente o bien con tratamiento sintomático (analgésicos).
    Consulta a tu médico si el dolor persiste durante días o no cede al tratamiento habitual, para que valore el origen del mismo y descarte la existencia de un tumor.   
  • Mancha o lunar que cambia de forma, tamaño y/o color.
    Consulta a tu médico si una mancha o lunar se hace irregular, crece, cambia de color y/o duele o pica, ya que puede indicarnos que dicha lesión se está malignizando (melanoma). El aspecto de un melanoma o una lesión maligna viene definida por estas cinco reglas: A: Asimetría. B: Bordes irregulares. C: Color variado. D: Diámetro mayor de 6 mm. E: Evolución (cambios recientes de aspecto).
  • Sangrado o hemorragias anormales.
    Consulta a tu médico si aparece un sangrado, para que estudie el origen del mismo. Si la hemorragia persiste y no se realiza un diagnóstico y tratamiento adecuado puede dar lugar a una anemia más o menos importante según la duración y la cuantía de la pérdida de la sangre.
    Aprende a detectar las hemorragias:
    — Hemorragia vaginal (metrorragia). Se manifiesta por un sangrado entre reglas o tras las relaciones sexuales. En una mujer menopáusica cualquier sangrado debe ser valorado por un ginecólogo.
    — Hemorragia urinaria. Se manifiesta por aparición de sangre en la orina. Lo más frecuente es que se deba a una infección de vejiga y en este caso cederá con tratamiento antibiótico en unos días, pero si persiste es importante realizar estudios para conocer el origen de la hemorragia.
    — Hemorragia del tubo digestivo (rectorragia). Puede observarse como sangre roja cuando el sangrado es próximo al ano, o mezclado con las heces dando lugar a deposiciones de color negro (melenas) cuando es en el colon ascendente o transverso.
  • Tos y/o ronquera persistente.
    Consulta a tu médico si tienes una ronquera (disfonía) durante más de dos semanas y no cede con tratamiento sintomático. Deberá ser estudiada por el otorrinolaringólogo.
    También si eres fumador y presentas tos persistente, o si previamente la padecías (enfermedad crónica) y ésta se hace más intensa.
  • Cambios en los hábitos urinarios o intestinales.
    Consulta a tu médico si aparecen síntomas nuevos que antes no existían como: disminución de la fuerza del chorro al orinar, escozor, ganas de orinar por la noche (nicturia). En la mayoría de las ocasiones puede tratarse de una lesión benigna, pero es preciso realizar un diagnóstico cuanto antes.
    También si presentas modificación de los hábitos intestinales (pasas del estreñimiento a la diarrea y viceversa), la alternancia de los mismos, aparecen heces más estrechas o sensación de evacuación incompleta (tenesmo).
  • Pérdida de peso no justificada.
    Consulta a tu médico si pierdes peso a pesar de mantener los mismos hábitos alimentarios y sin incrementar la actividad física. Sobre todo si este proceso se acompaña de dolor, tos, hemorragia, etcétera.

​ Todas estas recomendaciones del Código Europeo Contra el Cáncer se pueden resumir en dos grandes ideas: 

  • Llevar un estilo de vida saludable para prevenir ciertos tipos de cáncer y mejorar la salud en general.
  • Participar en los programas de cribado. La detección precoz es un factor clave para reducir la mortalidad por cáncer.

¡Anímate a seguir estas recomendaciones! El esfuerzo merece la pena. Recuerda que, de esta manera, podemos llegar a prevenir hasta la mitad de los casos de cáncer.

FUENTE Y + INFO
Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) 


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