OPINIÓN: FEMINICIDIO

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¿Qué es el feminicidio? Es un crimen de odio a una mujer por el hecho de ser mujer, asesinato que muchas veces es de extrema violencia que incluye torturas, mutilaciones, violación. La Organización Mundial de la Salud considera que “la violencia contra la mujer es un mal endémico, pues genera miles de muertes en el mundo, lo que acarrea problemas no solo sociales, sino también económicos”.

Estudios realizados por diversas organizaciones como la CEPAL, señalan que América Latina es la región donde se presentan más asesinatos de mujeres por su género: 14 de los 25 países del mundo con las tasas más elevadas de feminicidio están en esta parte del mundo. Se calcula que doce mujeres mueren asesinadas a diario en América Latina y en algunos países de la región la tendencia es al aumento. Las tentativas fallidas de feminicidios es el doble de estos. En América Latina la mayor tasa de feminicidios se da en El Salvador seguido por Honduras y Bolivia. En España el 2018 hubo 100 feminicidios y este 2019 van 70 hasta mediados de setiembre. ¿En qué contexto se da esto? Luego de la gran crisis económica del neoliberalismo y globalización el 2008, se ve un proceso de intensificación de las contradicciones entre las potencias, un peligro de una nueva crisis e incluso preparativos de una nueva guerra mundial, produciéndose un resurgimiento del racismo, la xenofobia, el machismo, el guerrerismo, ligado además al proceso de robotización que está generando aumento de la desocupación, profundizando más hambre y pobreza en el mundo. A esto se suma un abandono del Estado de Derecho que es reemplazado por un Derecho Penal del Enemigo que persigue a los que discrepan y combaten este sistema. Este es el contexto en el que se desenvuelve la mujer en el mundo, a quien se le paga 30% menos que el varón por el mismo esfuerzo, recortando derechos a las trabajadoras, a las madres como parte de resolver la crisis económica, exponiéndola diariamente a la violencia y al feminicidio, situación agravada por el agobiante trabajo doméstico no remunerado. Así la mujer sufre una doble opresión, la opresión del sistema y la opresión marital, que cuestiona su derecho a la vida y el de la niñez. La violencia contra la mujer podemos tratarla en los siguientes tres elementos: a) Elemento económico — 1 — El sistema capitalista recurre cada vez más a incorporar a la mujer a la explotación laboral para resolver la grave y extensa crisis que enfrenta, pagándole hasta 30% menos que al varón. Es una agresión a la mujer del pueblo, violentando su derecho fundamental al trabajo y a tener igual salario por igual trabajo. b) Elemento ideológico A la mujer se le sigue considerando objeto de propiedad privada, no simplemente para producir hijos que garanticen la herencia, sino para la satisfacción sexual de la especie humana. La canallesca pornografía infantil y la prostitución de niñas y niños ha alcanzado niveles inauditos en el mundo entero. Eso deriva de la concepción ideológica burguesa sobre la mujer que la reduce a un simple objeto de placer, sin respetarla en todos sus aspectos. c) Elemento social La mujer cumple además el papel de madre, responsable de la crianza y educación de los hijos que el sistema impone. A esa mujer que trabaja de 10 a 12 horas por un exiguo salario y tiene la angustia de no poder atender la responsabilidad de los hijos, se le quiere responsabilizar de la mayor desprotección en que queda la infancia, responsabilidad que el Estado abandona. Corresponde al Estado subvencionar a la madre por cada niño. Con estos tres elementos, el económico, ideológico y social, la mujer enfrenta una doble opresión, la opresión del sistema y la opresión marital dentro de la cual, la opresión del sistema es la principal, la misma que debe terminar. La responsabilidad de este ensañamiento violento contra la mujer es esta sociedad en decadencia, excesivamente individualista y sin escrúpulos. La llamada “liberación femenina”, la “equidad de género”, “yo sé cuidar mi cuerpo”, “me too”, campañas como las de ¡ni una menos! jamás emanciparán a la mujer ni del hombre ni de nada. A diario los medios de prensa informan atrocidades: violación a niños, feminicidio, prostitución, corrupción generalizada. Esto es así porque nada bueno se puede esperar de una sociedad que se basa en el lucro, en la ganancia, en el individualismo. Por ello, en síntesis, lo que corresponde es transformar la sociedad y que la mujer se emancipe luchando junto al hombre por un mundo mejor. 


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