Al igual que ocurre con religiones como el cristianismo o el judaísmo, el islam es una religión trascendente. Esto es, la muerte no es más que un paso hacia la vida eterna, para lo que el creyente debe prepararse. Hasta ahora, ese importante paso no tenía cabida en Madrid, puesto que los musulmanes no tenían un lugar donde ser enterrados en base a su religión.
Según esta religión, tras el fallecimiento de una persona musulmana se ha de lavar el cuerpo completamente, envolverlo en un sudario y enterrarlo en la tierra, orientado a la Meca. Para poder seguir este ritual, el Partido Socialista presentó ayer una proposición al Pleno de Cibeles y pidió que se habilitara una parcela de no menos de 10.000 metros cuadrados en el Cementerio Sur de Carabanchel.
“Al igual que otras ciudades españolas como Granada necesitamos que Madrid se una a estas ciudades que favorece el enterramiento de todas las personas”, señala Ramón Silva, concejal socialista. Por su parte, el PP pidió seguir dialogando con las comunidades islámicas, pero sin concretar ninguna parcela de ningún cementerio, si bien el PSOE no aceptó la enmienda.
Desde el Grupo Mixto se recordó que en 2006 ya se aprobó esta propuesta en el cementerio Sur de Carabanchel, pero que todavía seguía sin concretarse ni ponerse en marcha. Por su parte, Vox no hizo más que pedir que los musulmanes se adaptaran a los enterramientos tal y como se celebran en España y que se integren y acepten sus costumbres, por ello votaron en contra.
La muerte del padre de Douas
Sin duda, una de las intervenciones más intensas fue la de la concejala de Más Madrid Maysoun Douas, primera concejala musulmana del pleno de Madrid. Su padre, fallecido en 2019, nacionalizado español, no pudo ser enterrado en ningún cementerio de la capital porque no se permitía enterrar bajo el rito musulmán. “Nos ofrecieron enterrarlo en Griñón, donde Franco enterró a su Guardia Mora”, señaló Douas. “Como muchos musulmanes madrileños, mi padre no tuvo derecho a un enterramiento digno; los derechos de la ciudadanía no pueden estar sujetos a su credo o creencias”, concluyó.
“Lo que no podemos permitir es que haya que meter a un cadáver a un coche y llevarlo a Marruecos para poder ser enterrado en base a su creencia”, añadió Ramón Silva, concejal socialista. "Por tanto, la ciudad de Madrid no puede seguir sin ofrecer unos servicios funerarios válidos para la totalidad de la ciudadanía, sea cual sea su confesión religiosa. Hay que tener en cuenta no solo la inhumación, sino que los ritos y ceremonias también deben ser respetados", concluyó.
Para concluir, Inmaculada Sanz, del PP, pidió que se ahondara en la propuesta, no solo en base a habilitar una parcela, sino hablando también de tarifas y servicios, algo que sigue sin concretar.
Finalmente, la proposición salió adelante con los votos a favor de Partido Socialista, Grupo Mixto y Más Madrid y las abstenciones de PP y Ciudadanos. Solo votó en contra Vox.
Deje un comentario