La noche de ayer, miércoles, volvió a ser movida en la Plaza de Oporto de Carabanchel. Fue la tercera noche consecutiva de cacerolada y contramanifestación por parte de la izquierda. ¡Libertad! ¡Democracia! ¡Sanidad pública! los gritos iban de un lado a otro la plaza, con un fuerte cordón policial separando ambos grupos.
A Voces de Carabanchel estuvo presente, informando, como siempre, de todo lo que ocurre en nuestro barrio. Nuestros seguidores de Instagram pudieron seguir, desde sus móviles, en directo todo lo que ocurría en la Plaza de Oporto.
El fuerte dispositivo policial se ha vuelto necesario en Oporto cada noche, para evitar que manifestantes de ambos grupos puedan cruzarse. Vecinos del barrio han informado a A Voces que estos días han venido a estas caceroladas gente de fuera de Carabanchel. Una vecina explica que “Un grupo de personas me preguntó, ¿perdone, por dónde se va a la Plaza de Oporto”. Nadie de Carabanchel y si somos más estrictos, nadie en 1km a la redonda preguntaría por Oporto. Este claro que estas manifestaciones están siendo alentadas por grupos de fuera de Carabanchel.
El clima de tensión vivido durante estas manifestaciones rompe por completo con la unidad y apoyo que se vivía en Carabanchel y todos los barrios de Madrid al comienzo de la pandemia. Cientos de personas en la calle, protestando por diversos motivos. Mientras tanto, 100 personas continúan muriendo al día en España. Parece que ya se nos ha olvidado lo realmente importante, aquello por lo que todos estábamos comprometidos, la vida de nuestros vecinos. Parece que el compromiso ha desaparecido, las vidas han dejado de importar. Ahora hay cosas mucho más importantes ¿verdad?
Parecía que todo esto iba a hacernos más fuertes. Pero no, ni siquiera una pandemia mundial de este calibre ha hecho que el odio, los reproches y la bajeza política desaparezcan de nuestras vidas.
Mientras cientos de vecinos, iglesias, ONGs y redes solidarias se dejan la vida ayudando a los demás, intentando conseguir un plato de comida para aquellos que no pueden permitírselo, otros deciden matar su tiempo libre llenando las calles de nuestro barrio de banderas o protestanto porque otros llevan banderas. Suena absurdo y así lo vemos los demás. Así lo ven todos esos vecinos que de verdad están luchando estos días por su país, por sus vecinos, por sacar adelante a Carabanchel en uno de sus momentos más complicados.
Dos grupos luchando como borregos, a ver quién grita más o quién consigue la rima más pegadiza. La lucha no está ahí, la lucha está en las despensas, comedores sociales e iglesias. Ellos son los que están manteniendo con vida el barrio, ellos son los que de verdad luchan por sus vecinos.
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