En estos tiempos, las relaciones personales dependientes, incluso las de pareja, han sido tipificadas y promovidas por las películas de Hollywood, por algunas leyendas, cuentos o mitos del amor, y del amor romántico, lo que lleva a debilitar e incluso, algunas veces, a suprimir nuestro bienestar personal.
Ese amor alterado por el velo del romanticismo a menudo promueve ideas distorsionadas sobre las relaciones, más cerca de las películas y cuentos que de la propia realidad. Estas creencias erróneas sobre el amor nos llevan a normalizar formas de comportamiento poco saludables, que confunden sentimientos profundos con dependencia emocional hacia las personas, al crear un vínculo que trata de cubrir a nivel inconsciente carencias emocionales sostenidas a lo largo de la vida...
Una relación saludable tiene como ingredientes el respeto mutuo, la honestidad, la confianza, la comunicación transparente y, sobre todo, la existencia de una parcela individual que permita el crecimiento personal de cada miembro en la relación. Sin embargo, estos pilares brillan por su ausencia en relaciones dependientes, donde se encuentra el miedo al abandono, el deseo de complacer y agradar al otro, por encima del bienestar personal, lo que conlleva al descuido de otras áreas importantes, que ofrecen un sentido más personal, profundo, y que llevan a vivir una vida con mayor significado, desde la madurez, la conciencia y el valor personal donde hay complicidad con el otro, sin necesidad de dejar de ser “uno mismo”.
Las personas dependientes sienten dentro una enorme inseguridad, llevan sobre sus espaldas carencias afectivas que les impiden relacionarse desde una actitud madura y sostenible, ya que no se sienten valiosas la mayoría de las veces. Buscan complacer y agradar en una relación que no es positiva. Esta práctica es solo la punta del iceberg que oculta inconscientemente en el fondo del ser baja autoestima, heridas y temores profundos.
Aunque no hay una causa única que explique la dependencia emocional, el haber sufrido dificultades emocionales en la infancia aumenta la vulnerabilidad. Un entorno familiar violento o relaciones inseguras con la familia llevan a un desarrollo débil, sin cimientos firmes y con escasa autoconfianza.
La buena noticia es que en la Asociación Espiritual Mundial Brahma Kumaris se ofrecen cursos, charlas, talleres (sin costo) que promueven el desarrollo personal y espiritual de las personas.
Juntos iniciamos un viaje hacia adentro, hacia el mundo interior, donde exploramos el potencial intrínseco, la riqueza que atesoramos, las joyas interiores que no tienen valor material y que no se compran ni se venden en ninguna tienda. Dependiendo del esfuerzo individual, se recupera el autovalor, la capacidad de apreciar, aceptar y de sentirnos bien. Siendo conscientes de que nuestros seres más cercanos se beneficiarán también.
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