ATD Cuarto Mundo: por la dignidad, contra la pobreza

Visitamos la sede de este movimiento internacional de lucha por los derechos humanos, sita en nuestro distrito

En nuestro distrito se encuentra la sede en España del movimiento internacional ATD Cuarto Mundo. Nos acercamos una mañana por allí para conocerles y nos atiende Jaime, quien nos explica que todas las actividades funcionan con voluntariado salvo el equipo de permanentes, “que somos tres o cuatro y estamos al servicio del movimiento, unos años en un sitio y otros en otro, con el compromiso de tener un salario mínimo y sin diferencia salarial por responsabilidad o por antigüedad”.

ATD significa “Actuar Todos por la Dignidad”, y “es un movimiento de lucha por los derechos humanos a partir de las familias que viven en exclusión social y extrema pobreza. En España estamos presentes desde 1994, y en Carabanchel tenemos la sede desde hace dos años, aunque habíamos realizado con anterioridad actividades de calle en algunos barrios del Distrito, y muchos hemos vivido aquí y hemos participado en otros espacios, así que ya lo conocíamos”, nos cuenta nuestro anfitrión. A la hora de elegir un lugar para buscar sede, Carabanchel les cuadraba perfectamente por este conocimiento previo y por ser una zona asequible para una asociación sin demasiados recursos, así que aquí se mudaron.

Proyectos

Hablamos de proyectos, y Jaime comienza por el denominado El saber en la calle, que consiste en la creación de “bibliotecas de calle” en lugares de extrema pobreza, “donde los niños y las niñas, por la situación de exclusión, no tienen acceso fácil a recursos culturales. La biblioteca de calle es la posibilidad de ofrecer un espacio de acceso a la cultura, pero al mismo tiempo también de recibir la de una población que tiene su propia cultura de la solidaridad, del respeto, de la negación de sus derechos. En concreto este proyecto ha estado presente en el barrio de San Isidro durante seis o siete años”. Dentro de este marco también hay actuaciones más puntuales como “El festival del saber”, que implica la creatividad de los vecinos.

ATD Cuarto Mundo es “desde siempre una asociación de defensa de derechos”, por lo que un proyecto muy importante en el que participa en red con otras entidades y colectivos, profesionales y personas afectadas es la Oficina Jurídica de Derechos Sociales. “El origen de este proyecto es que normalmente a los más pobres no se les reconoce como luchadores por los derechos humanos: siempre se dice de ellos que no quieren trabajar o que quieren aprovecharse de las subvenciones, cuando en realidad pocas veces se aprovechan de nada y más bien están sufriendo unas leyes que no les permiten acceder a las ayudas”. Entonces la Oficina es un espacio que tiene por vocación ilustrar sobre derechos y visibilizar y denunciar las injusticias que se cometen en estos casos. Jaime pone ejemplos: “personas a las que les ha llegado una carta, que les han cortado la luz, que quieren el bono social o que van a pedir el Ingreso Mínimo Vital y no saben muy bien por dónde agarrarse, que tienen una invalidez temporal… digamos que tienen una puerta a la que acudir en la asamblea de apoyo mutuo, a la que vienes con tu problema de derechos sociales y otras personas que allí están te ayudan a entender la cuestión y a orientarte. Y cuando son asuntos complejos o que tienen que ver claramente con la injusticia de las leyes, hay una oficina jurídica técnica en la que se trata, entre todos lo reflexionamos y proponemos a la persona una solución a su caso. Muchas veces no se trata solo de solucionarlo, sino además de poner en evidencia tal injusticia y denunciarla, o bien hacer un informe al Defensor del Pueblo para que dé un toque a las instituciones o bien hacer propuestas de cambio legislativo. Sabemos que en nuestros barrios hay personas que se están quedando al margen, que se ven solas y no tienen una respuesta de acceso a cuestiones básicas (suministro, defensa de la vivienda, rentas mínimas), y lamentablemente cada vez hay menos espacios donde la persona pueda dialogar, no estar de acuerdo, cuestionar o tener tiempo de entender cuáles son sus posibilidades, entonces la Oficina Jurídica tiene diferentes espacios para eso, para defender los derechos sociales de las personas. También de vez en cuando hacemos formaciones en las que participan más personas, abiertas a todo el mundo, para aprender sobre cuestiones recurrentes en todos los barrios populares”.

Infancia y juventud

Jaime nos explica otros dos proyectos para él fundamentales, relacionados con la infancia y la juventud como agentes de cambio. Son los Grupos Tapori y el Grupo de Jóvenes. Los Tapori son grupos en los que niños y niñas de 6 a 12 años se reúnen una vez por semana durante dos horas “para trabajar los derechos, la igualdad. Todos ellos saben lo que es ser excluido, y el objetivo es que entiendan que ellos tienen algo que aportar, y como niños y niñas tienen también un papel que jugar donde están, para que tomen conciencia de quiénes son y la importancia que tienen ellos y su experiencia para ser agentes de cambio”. El Grupo de Jóvenes persigue un objetivo similar, en este caso para chavales de 13 a 16 años: “Tener un lugar donde hacer frente a su juventud de una manera positiva y con fuerza. Son jóvenes en situación de exclusión, que tienen un horizonte difícil en el barrio, y la idea es que encuentren lugares positivos donde identificarse, donde poder hacer cosas interesantes, descubrir la ciudad, moverse…”.

Otro proyecto importante es la Universidad Popular Cuarto Mundo, “un lugar donde se invita a las personas en situación de exclusión a elaborar un pensamiento propio. Suele ser gente que no se atreve a hablar, y no es solo porque se sientan ignorantes, sino porque casi nunca se ha tenido en cuenta su opinión como válida. Hay seis o siete al año, y en ellas se tratan temas que tienen que ver con la actualidad de la sociedad, pero también con la vida de pobreza de las personas. Se prepara el tema en grupos de pares, de personas que tienen experiencia de vivir lo mismo, y luego hay una plenaria a la que se invita a una persona experta en el tema que viene a aportar algo, pero también a escuchar cuál es la experiencia que sobre ese tema tienen las personas en situación de pobreza. Hay un debate, y el objetivo es elaborar un pensamiento propio y aprender a expresarse, partiendo de la base de que todo el mundo que tiene una experiencia tiene un saber y un conocimiento que es legítimo”.

“La universidad popular va con otro proyecto a más largo plazo que se llama Cruce de saberes —continúa Jaime—. Es un tipo de metodología investigativa entre académicos, activistas de los derechos sociales y personas en situación de pobreza. Se trata de que estas últimas adquieran un campo de reconocimiento del saber propio, pues los otros dos grupos ya lo tienen. En concreto hay una investigación en curso sobre la herencia de la pobreza: ¿qué hace que los hijos hereden la situación que tienen los padres? ¿Qué factores intervienen?”. Como puede verse, cuestiones clave cuya comprensión y desarrollo pueden cambiar esquemas y ayudar a encontrar soluciones.

Jaime nos explica aún otra actividad más: el Café Encuentro, que tiene lugar semanalmente con personas que han vivido la exclusión social a lo largo de muchos años, “y digamos que es un primer contacto para salir de la soledad. Es un espacio libre de juicios donde te tomas un café, analizamos alguna cosa y luego hay una actividad cultural juntos (cine, una exposición…), y de forma regular hacemos también formaciones abiertas a más personas, habitualmente cosas de utilidad básica como cocina con pocos recursos, uso básico del móvil, cultivo de plantas… Esos cursos están abiertos a quien quiera venir”.

Como puede verse, un montón de actividad social muy necesaria en una sociedad como la nuestra para que realmente nadie quede atrás tiene su epicentro en este local de Carabanchel. Si algún lector o lectora quiere echar una mano, Jaime recuerda que “en todos los espacios necesitamos personas voluntarias. La asociación Cuarto Mundo invita al compromiso a todas las personas, en particular a quienes viven la extrema pobreza. No somos asistenciales: damos pero no nos organizamos para dar cosas”, resume.

ATD Cuarto Mundo España


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