Alea iacta est: la suerte está echada

Por: Pedro Vicente García

Cuentan que cuando Julio César se rebeló contra el Senado de Roma, llego al río Rubicón, que era el límite que tenía puesto por el Senado, cruzó con su caballo, y desde la otra orilla le dijo a sus tropas: “Alea iacta est  (“La suerte está echada”).


En estos momentos, en España la suerte ya esta echada también. Tenemos elecciones generales para el 28 de abril; locales, autonómicas y europeas para el 26 de mayo. Ya están empezando los políticos a movilizar a sus tropas para pasar el río Rubicón, como en la antigua Roma. Las tropas toman sus armas para salir a conquistar el Congreso, las autonomías, diputaciones y ayuntamientos. Todo empieza por tomar la confianza; sonrisas postizas, palabras bonitas, caramelo para el niño, bolígrafo y promesa que no falte nunca, es lo más importante. Nos recordarán que ellos son lo mejor, estadísticas, datos y todo lo que estemos dispuestos a escuchar. Subalternos por todos lados, pero tenemos que convencernos de que se tiene que seguir o cambiar.


Qué segundo trimestre más intenso nos espera; España está en juego. Sin hablar de los miles de sillones remunerados que también lo están, incluidos los que llevan años y años en la mamandurria política, todo a una carta. Y recordando una canción que nos dice “Pongamos que hablo de Madrid”, para añadir que hablo de Carabanchel. Nuestro distrito, barrio, calle o vivienda.


Todos somos Carabanchel, da igual donde vivas en el Distrito. Lugar obrero donde los problemas de la crisis, el paro elevado, la delincuencia y las drogas nos asolan, pero ahora una nueva “peste” nos asola los hogares por este lugar: las casas de apuestas, mal que genera la ludopatía en nuestros jóvenes y adultos. En este lugar con la menor renta y muchas otras carencias que nos asolan el día a día ha subido el precio del alquiler, especulativo al máximo; la mayor parte del salario de uno de los miembros del hogar es para no vivir en un cajero o en el parque, para no verse en la calle con los desahucios.


Llega el momento, puerta por puerta al más puro estilo predicador religioso, recordando que sus profetas políticos han visto en sus sueños el desastre que puede venir si votan al otro. De nosotros dependerá la salvación eterna del pueblo, seremos parte del pecado si votamos a otros y no a ellos, quedamos advertidos. Nos dirán que lo pasado ya no cuenta, que eso era otro tiempo, que el futuro es lo que importa y que todo se tiene que empezar a cambiar, que para eso están ellos ahora


Vendrán por Vistalegre esos profetas y alguno que además nos dirá que no es profeta, que es el mesías, que tiene la salvación. Otras jornadas de mítines y de tomar la calle con sus tenderetes y engaños. Al final hablar y hablar de política todo el rato, entrevistas, encuestas y todos los días con “la cabeza como un bombo”. Nos quedan unas jornadas de cansancio, de gasto innecesario, de despilfarro y de engaños, juegos de trileros e ilusionistas.


Carril bici sí, carril bici no, otra vez con el dilema de unos y otros. ¿Deshacemos lo que se ha hecho? Pues ya veremos. Foros Locales, ¿seguimos con ello o qué hacemos? Porque se ha visto que no es la forma de dar palabra al pueblo, porque poca gente participa, poco o nada en algunos casos. Ya veremos cómo vamos con el tema.   


Volviendo a Julio César, con el que empezamos, gran político y militar. Cuando encontró su muerte en el Senado de Roma, dijo la famosa frase [al ver a Bruto, hijo de su amante Servilia, entre los asesinos]: “Tu quoque, fili mi?” (“¿Tú también, hijo mío?”). Por lo que tenemos que estar preparados para sufrir decepción política.


'Nos quedan unas jornadas de cansancio,
de gasto innecesario y de engaños'

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