La Torre

 

Una visita al Centro Juvenil de Carabanchel Alto
GABRIEL SÁNCHEZ
La Transición supuso el despertar de la cultura de nuestro país. Se desarrollaron nuevas instituciones, lo que provocó la construcción de nuevos edificios que forman parte del legado cultural de la sociedad española. Un ejemplo interesante sobre este tipo de instituciones es el Centro Juvenil de Carabanchel Alto, porque pasó de ser un depósito de agua a convertirse en una residencia multicultural donde se trabaja para acercar el saber a las nuevas generaciones.
Hace unos meses tuve que realizar un trabajo universitario sobre la creación de nuevos organismos culturales durante la Transición española. Ése fue el motivo que provocó que conociera este centro juvenil. Después de dar un par de vueltas por la zona, observé el extremo de una torre alta que sobresalía de entre los demás edificios. Su fachada grisácea estaba rodeada de una serie de alerones de metal orientados hacia el cielo. Me recordó a un enorme engranaje. Al seguir curioseando me di cuenta de que estaba en mi destino.
Después de una breve presentación, las encargadas me aclararon que trabajaban en un centro juvenil y que, a diferencia de los centros culturales, se centraban más en los jóvenes y en su formación. Los propios jóvenes son los que eligen, y en ocasiones dirigen, las actividades que se van a realizar. Sobre esto, fue agradable escuchar anécdotas en las que los ancianos se interesaban por un rap basado en la literatura española y creado en estos talleres. Sin embargo, y pese a que las encargadas hacen un gran esfuerzo por dar a conocerlo, sigue habiendo personas que no saben para qué sirve esa torre que decora su barrio. Entre risas me comentaban que la gente tomaba como referencia el Mercadona para indicar donde se ubicaba el centro juvenil.
Las encargadas no se rinden, y siguen trabajando para continuar adelante con el centro juvenil, que también se ve afectado por las trabas administrativas que restringen cualquier oportunidad de poder avanzar con nuevos proyectos. Actualmente la cultura está siendo más escasa, y su accesibilidad es cada vez peor. Ellas mismas comentaron sentirse como una península cuya única unión con el exterior se va erosionando lentamente hasta convertirse en una isla incomunicada y perdida. Es por esto que me gustaría recomendar a la gente joven el centro y que intenten acercarse y descubrir la multitud de ventajas que este sitio ofrece. Es realmente impresionante observar cómo, al igual que si estuviesen en casa, los jóvenes se divierten formándose y planificando su futuro.
Echo un vistazo a la torre, y si donde antes corría el agua ahora lo hacen nuevas corrientes de jóvenes generaciones para compartir diferentes visiones de la realidad. Espero que, verdaderamente, el Mercadona se conozca por la torre y no la torre por el Mercadona.

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