HABLANDO DE URBANISMO. Volverán los verdes parquímetros…

Por fin, después de un proceso participativo ejemplar, de pasar varios años en un cajón del Ayuntamiento y de sufrir un “lavado” de autoría e iniciativa municipal, las obras de rehabilitación y adecuación de los espacios libres urbanos del casco viejo del pueblo son un no parar. El año que viene, el centro histórico se habrá renovado por completo para beneficio de la vecindad de la zona. Aunque no para una parte.

Ya hemos comentado antes que toda el área sufría de una sobreocupación de sus espacios libres por los vehículos privados. Las plazas 6 de Diciembre y la de Barragán han funcionado de siempre como parking callejero. La 6 de Diciembre, por ejemplo, era un dechado del desorden ordenado de coches cada noche. No había señalización ni líneas. Cada vehículo sabía dónde le tocaba, cuando le tocaba. 

Pero esto se ha acabado, en pro del espacio recuperado (o ganado) para el peatón y la actividad vecinal. “¿Y ahora dónde aparcamos?”, preguntó un vecino el lunes pasado en la asociación de vecinos. Y con esta pregunta entramos en la cuestión que nos atañe. 

El casco antiguo y zonas aledañas no dispone de suficiente espacio de aparcamiento en los edificios residenciales. Como mucho, la ratio será de 1,0 plazas por vivienda y esto para los edificios construidos en el último cuarto del siglo pasado. Los anteriores ni eso.

Siendo conocedores de esta situación, una vez más, la gran oportunidad de congeniar necesidad con disfrute vecinal se ha perdido. Nos referimos a la opción, muy factible, de aprovechar bajo los nuevos espacios libres para situar aparcamientos colectivos de promoción pública. 

Porgamos el caso de la plaza de Barragán. En realidad, nunca fue plaza, pero sí zona verde dictaminada en el PGOU de Madrid del 97. Siempre ha sido un barrizal, y nunca se usó para otra cosa que no fuera aparcar de 30 a 35 vehículos. Pero es zona verde. Así que su recuperación para su uso previsto está justificada. Pero, ¿por qué no intentar congeniar?

Un parking de dos plantas bajo rasante daría para 60 o 70 vehículos, y encima la consabida plaza. Y esta solución “de cajón” es económicamente viable. Ya se ha demostrado muchísimas veces en la ciudad. Pero lógicamente no gusta al Ayuntamiento, porque tiene que adelantar el coste de una obra que no le da rédito político, y menos al vecino, acostumbrado a aparcar gratis en la calle.

Tal y como está aconteciendo, se ve venir que en base al argumento torticero de “ayudar a mejorar el aparcamiento de los vecinos” se decida colocar parquímetros. Así, en una suerte de overbooking, los 200 vehículos censados en el barrio seguirán rifándose cada tarde las 100 plazas que quedarán la zona, eso sí, pagando tasa.

En definitiva, este ayuntamiento ha tenido a bien recuperar un gran proyecto para el centro de Carabanchel Alto, y además engalanarlo con otros trabajos no previstos como la plaza de Barragán. Pero la inevitable mirada de la inmediatez electoral de mayo les ha impedido ver un poquito más allá, una vez más.

Así que, si nada lo remedia, en poco y como cada primavera, volverán los verdes parquímetros…

Si quieres que comentemos sobre algún hecho urbanístico que te afecta, escribe a pupu2129@yahoo.es, a la atención de nuestra columna.


  Votar:  
Resultado:0 puntos0 puntos0 puntos0 puntos0 puntos
  0 votos