La respuesta pública a los efectos de la pandemia tiene efectos positivos en la banca española. Está prestando dinero como nunca ante la urgente necesidad de liquidez producto del parón económico.
Esta medida fue anunciada por el presidente del Gobierno Pedro Sánchez, 20.000 millones más. Una línea de crédito del Instituto de Crédito Oficial (ICO) para apoyar a las pymes y autónomos afectadas por el parón de la actividad como consecuencia del estado de alarma para frenar el COVID-19
Esta tercera línea de créditos ICO será puesta a consideración en la reunión del consejo de ministros y elevara el total de la financiación del instituto público a la suma de 84.500 millones de euros. El presidente pidió a sector financiero que sea "dinámico" para que las líneas lleguen con mayor fluidez a las pymes y a los autónomos.
El desglose de esta importante cifra: 80.000 millones son avales a empresas, 4.000 millones son garantías para las emisiones de pagarés de compañías no financieras que operen en el mercado de renta fija siempre que tengan su sede social en España y los 500 millones restantes van destinados a la Compañía Española de Reafianzamiento (Cersa).
Asimismo Sánchez ha defendido la imposición de la cuarentena para los que llegan a España de otros países “por prudencia” ya que el turismo necesita “seguridad”, señalando que "Si nos precipitamos podríamos poner en riesgo el crédito internacional que nos ha costado décadas conseguir", explico. El presidente también ha abogado por una solución común del conjunto de la UE en el ámbito del turismo, para incentivar la vuelta de los turistas extranjeros "bajo la absoluta seguridad" sanitaria.
A esto se suma la prórroga del estado de alarma, por el tiempo de 15 días. La solicitud fue presentada por el gobierno en sede parlamentaria. El gobierno pretendió con esta prolongación llegar al final de la desescalada a la plena normalidad. Sin embargo varias formaciones políticas condicionaron su apoyo en el congreso a que las comunidades autónomas jugaran un papel más importante en la toma de decisiones en la desescalada.
España mira de reojo el próximo verano, las estaciones no se han detenido pese a la pandemia y hay mucho en riesgo, sin embargo todo se puede caer si se comete errores que puedan dar al traste con todo lo conseguido hasta ahora, un esfuerzo que el gobierno pretende cuidar con mucha prudencia y que -a no dudarlo- redundara en beneficio del conjunto de la sociedad española.
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