INMIGRANTES Y PARADOS PODRÁN TRABAJAR EN EL CAMPO PARA EVITAR EL COLAPSO DEL SECTOR EN TIEMPOS DE COSECHA

 

Los empresarios del agro necesitan entre 75.000 y 80.000 temporeros para salvar la temporada

El estado de alarma debido a la crisis sanitaria y el cierre de fronteras que atraviesa España han obligado al gobierno a tomar medidas que ayuden a paliar las necesidades urgentes de la agricultura. Sin estas medidas el campo podría haber colapsado por la falta de trabajadores  temporeros produciendo importantes pérdidas económicas al sector, algo que el ejecutivo quiere evitar a toda costa.

Según el ministro de Agricultura Luís Planes “Esta medida afectará a trabajadores en paro, trabajadores que estén cobrando un subsidio agrario o renta agraria –que podrán compatibilizarla con el trabajo-, trabajadores residentes legalmente en España cuyo permiso de trabajo concluya antes del 30 de junio y extranjeros de 18 a 21 años a los que se les podrá dar el permiso de trabajo”, ha explicado en rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros telemático.

Para ello, publicará un decreto ley que flexibilizará la contratación para trabajos agropecuarios, no solo de inmigrantes sino también de parados. La finalidad es afrontar la enorme escasez de mano de obra existente actualmente en el campo español Según los datos del Ministerio de Agricultura, el sector agrario ocupa aproximadamente a 300.000 asalariados de forma temporal, de los que la mitad son extranjeros. A España llegaba mano de obra de Marruecos, de Polonia, de Bulgaria, de Rumania y de otros países,

Una medida que en líneas generales ha sido recibida con agrado por el sector, Entre las medidas destacan las destinadas a intentar cubrir ese déficit de mano de obra agraria. “Cobrar el paro y recibir al mismo tiempo un jornal por trabajar temporalmente en labores agrícolas” es algo “absolutamente excepcional” que durará hasta finales de junio, salvo algunas excepciones, como los afectados por ERTEs presentados en las últimas semanas debido al parón de la actividad como consecuencia de la pandemia.

El ministro ha cifrado la demanda de los empresarios del agro, entre 75.000 y 80.000 de las y los temporeros que se encuentra sin cubrir. El inicio de los problemas de escasez de mano de obra se produjo el pasado 13 de marzo cuando Marruecos cerró sus fronteras exteriores bloqueando la salida de más de  27.000 hombres y mujeres que se movilizan al inicio de la temporada. El otro gran bloque de temporeros que por estas fechas llega al agro español son ciudadanos búlgaros y rumanos que tampoco pudieron desplazarse.

Estas medidas del gobierno pretenden sin lugar a dudas garantizar el suministro de las mercancías para no desabastecer el mercado de la alimentación evitando el desabastecimiento y encarecimiento a precios excesivos de los productos, en un momento crítico, dada la situación de confinamiento generalizado. Además de tender la mano a las patronales que antes del estallido de crisis sanitaria habían estado en pie de guerra recientemente por su mala relación coste/beneficio sobre otros agentes del sector.

Por otro lado la única limitación es que se deben primar las contrataciones de proximidad para evitar, de este modo, grandes desplazamientos que puedan suponer riesgos a las restricciones de movilidad, además no se podrán contratar a trabajadores afectados por un ERTE implantado por causas de fuerza mayor. No obstante asociaciones de derechos humanos y de migrantes se han manifestado para que el gobierno ejecute mecanismos verificables para evitar los abusos que se puedan cometer en la contratación, la remuneración, las condiciones generales de trabajo y el respeto  fundamental a los derechos humanos.


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