Han pasado ya algunos días del rotundo triunfo del Movimiento al Socialismo, de Evo Morales, en las elecciones bolivianas. Y la resaca no tiene nada que ver con las declaraciones de la presidenta de facto, Jeanine Añéz y Carlos Mesa, reconociendo el triunfo y jactándose de haber conducido al país a unas elecciones libres. Minutos después del reconocimiento oficial de la victoria, las reacciones de los golpistas eran diversas en todo el mundo. Luis Almagro, el Secretario General de la OEA, se sumaba a las felicitaciones a Lucho Arce, el ganador, y lo hacía con la amargura de seguir afirmando que sí, que en las pasadas elecciones hubo fraude.
A estas palabras le ha respondido México. El presidente Manuel López obrador ha insinuado que este personaje debe renunciar. No le queda otra salida. Todo el mundo sabe que no hubo fraude en noviembre pasado, que las elecciones las ganó Evo Morales, y a pesar de todo, hubo un alzamiento de la derecha nacional, los militares y el neoliberalismo internacional que terminó en un golpe de Estado contra Evo Morales.
Sin embargo, unos señoritos de la burguesía boliviana y de otros países, y los medios de comunicación nacional e internacional, a la hora de mirarse la herida, entran a descalificar a los votantes. Uno de ellos es un “Periodista investigador” de OK diario, Alejandro Entrambasaguas, que dirige en España el ultra Eduardo Inda: dice que la causa de la pérdida de las elecciones de la derecha en el país andino es porque los indios son ignorantes, que ni siquiera conocen el teléfono móvil e internet. Genial. Un razonamiento muy acertado, aunque él lo ve desde la perspectiva racista y dominante.
Gracias a “su ignorancia”, a no conocer el uso masivo de las redes sociales, internet, el celular y a no manejar con soltura el teléfono móvil, los votantes del MAS no han estado sometidos a los bulos de la derecha, a la manipulación de las redes sociales, a la influencia consumista de los mercados, a las presiones con estadísticas falsas.
Facebook acaba de confirmar que ha borrado 46 páginas falsas dedicadas a confundir a los votantes bolivianos, a justificar el golpe de Estado de noviembre de 2019 y desestabilizar a gobiernos como México y Venezuela. Detrás de todo esto están empresas estadounidenses, la OEA, la FAES, de José María Aznar y otros organismos públicos y privados.
Los indígenas de Bolivia todavía no pueden ser manipulados gracias a esa “ignorancia” que pregonan los huérfanos del poder y que la toman como algo despectivo. Pues bien, sin la manipulación informática, los indígenas han recurrido a su conocimiento ancestral, a sus valores naturales como el respeto a la tierra, a la naturaleza y a la vida, que son los pilares de la existencia.
Yo me pregunto si esos indios hubieran votado por Mesa o Camacho en la misma proporción que lo hicieron por Luis Arce. ¿Qué diría este “Investigador”? Seguramente esa ignorancia, automáticamente habría pasado a ser “el poder de la inteligencia indígena”.
Pues bien. La derecha, a la hora de adjudicar responsabilidades por la estruendosa derrota que los desnuda ante el mundo, no solo hace responsable a la ignorancia indígena. También empieza a darse de narices con sus propias contradicciones. Una buena parte va al ultra derechista Luis Fernando Camacho, el macho, por no haber renunciado a su candidatura y dejar únicamente en el ruedo a Carlos Mesa. Tenían la certeza de que aseguraban una segunda vuelta y en ellas sí que pondrían poner en práctica el fraude que venían preparando desde hace tiempo. La derrota acentúo a la derecha. Ahora, a la ignorancia de los indígenas, le suman la arrogancia de Camacho, el macho. Ahora lo llaman el Judas de Bolivia.
Pero a Carlos Mesa también lo culpan de no haber contactado con las bases indígenas. De no haber llamado, incluso, a un vicepresidente indígena para restarle puntos al evismo y dividir de ésta manera al indigenismo, que es el 68% de la población boliviana. Y este es uno de los argumentos que más pesa. La Derecha nunca podrá conectar con las bases indígenas, simplemente porque los valores humanos, sociales, políticos, económicos y culturales son antagónicos de por sí. Y, si, los indios pueden ser ignorantes ante el avance de la tecnología, millones de mestizos, negros y blancos son ignorantes en este campo en el mundo entero, sobre todo en nuestros países. Sin embargo, la sabiduría ancestral de nuestras comunidades indígenas es muy, pero muy superior a los valores neoliberales de hoy.
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