Presentada al aire libre la segunda edición de la ‘Guía de los árboles de Carabanchel Alto’

La Pequeña guía de los árboles de Carabanchel Alto surgió ante una petición de colaboración por parte de la Asociación de Vecinos de Carabanchel Alto a la asociación Trepa (Trabajadores Especialistas en Poda y Arboricultura) en 2010. Algún año antes, la misma asociación vecinal hizo una petición para hacer una Guía de las aves al experto periodista y gran divulgador ambiental (sobre todo de la fauna alada, con su averaves.es) Javier Rico, que hace honor a su apellido.

El pasado 8 de febrero, en el Centro Cultural Federico García Lorca, presentamos la segunda edición de las dos guías, ambas subvencionadas por el Ayuntamiento de Madrid, al haberse agotado todos los ejemplares de las anteriores.

El interés por la observación y la naturaleza está creciendo cada vez más, producto de los tiempos que nos tocan vivir. Pero esta asociación vecinal ya tenía en mente esta importancia desde antes de su fundación, en el año 1974. Aprovechamos este texto para felicitar, naturalmente, su 50 aniversario. Ya en 1976, en el cruce de caminos de los terrenos de los herederos de la duquesa de Tamames, empezó esta vecindad a poner columpios, porterías deportivas y árboles, en lo que hoy es el Parque de las Cruces, ya proyectado y aprobado en 1963.

Es al lado de este parque, en la plaza del Parterre, donde quedamos para presentar la segunda edición de la Guía de los árboles de Carabanchel Alto al aire libre, como corresponde. El paseo se realizó el sábado 17 de febrero, con muy buena compañía: unas 24 personas inquietas y atentas de todas las edades y un perrete estuvimos saludando a la mayoría de los árboles (y a algún pájaro, los mejores amigos de los árboles, según Lorca) de esta guía.

Hay múltiples tipos de inteligencia, según Gardner: lingüística, lógico-matemática, visual-espacial, musical-auditiva, corporal, interpersonal, intrapersonal y, la octava maravilla, la naturalista. Este tipo de inteligencia, basada en la observación, clasificación y diferenciación, fue la que estuvimos compartiendo, dándonos cuenta de que no solo están los pinos y el resto de árboles, sino que incluso entre pinos existen diferencias.

Comprender el valor de la biodiversidad, la importancia de los arbustos para retener la contaminación y el ruido, que acogen a las aves (que nos mantienen a raya a los insectos), la fascinación por los elementos naturales que nos rodean y a los que vamos a buscar, nos hará ser mejores personas y más respetuosas con lo común, que compartimos y disfrutamos.

Terminamos esta visita alrededor del quiosco “El Madroño”, muy propio, pues es uno de los arbolitos que incorpora esta nueva edición, junto con la encina, alcornoque, eucalipto y palmeras, dibujados éstos por la amiga, también de los árboles, Ana Vegara.

El paseo, que duró una hora y media de la mano de la observación y del respeto, acaba de comenzar.



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