Ha sido sin duda la imagen del día. Un camión vierte toneladas de tierra sobre el yacimiento arqueológico situado en el Parque de Eugenia de Montijo y en los terrenos de la antigua cárcel. Tras varios meses de trabajos, el equipo de arqueólogos ha terminado su labor. Sin embargo, ha trascendido muy poco de lo que han encontrado. Hace unos días, nos llegaron las fotos que publicamos al final de este reportaje, donde se ven algunas de las estructuras que había en la zona. Hoy están de nuevo bajo tierra.
El pasado mes de febrero, los arqueólogos se reunieron con varios miembros de la plataforma Carabanchel, Historia y Patrimonio y les informaron de que, hasta ese momento, habían realizado más de 100 catas. Habían aparecido restos en dos zonas. Entre los hallazgos, sobre todo piezas cerámicas de época calcolítica, carpetana y tardo romana (siglo IV d.C.aproximadamente).
También informaron de que en algunas áreas habían tenido que excavar más de cuatro metros para encontrar restos debajo de la acumulación de escombros. En otras zonas, ni profundizando esos cuatro metros habían dejado de sacar basura. En opinión de estos expertos, a lo largo de la historia ha habido importantes movimientos de tierra en todo ese perímetro; ya fuera por la construcción de la Quinta de Miranda (siglo XV) como en el levantamiento posterior de la cárcel (1944). Pero no solo eso, aseguraron también que se había vertido escombro de los parkings adyacentes al parque o incluso de obras más faraónicas y recientes.
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La última actuacion arqueológica en la zona se llevó a cabo en 2005. Al igual que ha ocurrido ahora, una vez realizado el estudio, la zona se volvió a cubrir de tierra. Según dicta la normativa, una vez finalizada una excavación arqueológica, la empresa debe llevar a cabo un informe que recoja todo lo encontrado. De este informe, todavía no sabemos nada. Y es que puede tardar hasta un año o incluso más, según la ley de cada comunidad autónoma. Asimismo, lo más común en una intervención de urgencia como esta es que los restos se tapen, pues ya están excavados, documentados y estudiados. Esta es, sin duda, la mejor forma de conservación.
Por tanto, lo único que puede hacer la ciudadanía es insistir a la Administración competente para que informe sobre lo hallado y para que se ponga en valor este espacio. Aunque sea con unos paneles explicativos, pues en ocasiones no queda otra opción.
Aun con todo, los arqueólogos que trabajaron en la excavación, ya certificaron el pasado mes de febrero que la zona había acogido asentamientos desde época prehistórica y hasta, al menos, el siglo V de nuestra era. Podrían ser villas agropecuarias, teniendo su máximo esplendor entre los siglos IV y V d.C. En la zona también aparecieron pozos, silos, cerámicas de terra sigilata (tardorromana) y carpetanas (pre-romanas).
En esa reunión también contaron que, hasta febrero, habían sacado de la zona 1.700 camiones de escombro, es decir, más de 21.000 metros cúbicos de basura. “Esa zona parece haber sido una escombrera histórica (desde época romana hasta hoy, incluido 2006, año en que, aprovechando que el terreno se estaba también investigando, se vertieron toneladas de basura)”, reconocieron entonces.
Por su parte, Rosa María Domínguez, una de las arqueólogas que ha trabajado en las excavaciones del Parque Eugenia de Montijo, ha intervenido en un hilo de Twitter para ratificar lo señalado en este artículo. “Cubrir los restos es una forma de protegerlos; además, se recuperará el parque, al menos hasta que se haga la calle, si es que se hace”, reconoce. Así también se evita la llegada de cazatesoros o expoliadores, uno de los males que más parece haber afectado a este yacimiento a lo largo de su historia.
No se ha perdido nada.Los restos van a quedar tan protegidos como lo han estado desde 2006, con la diferencia de q ahora se sabe qué hay y cómo está. No todo el patrimonio arqueológico es musealizable. Respecto a la calle, ya se verá si se hace
— Rosa María Domínguez (@RosaRmd) June 14, 2022
Por último, la propia arqueóloga reconoce que no todo el patrimonio arqueológico es museizable. De todas formas, lo que nadie aclara todavía es si por encima de ese parque se construirá o no el vial que está proyectado, junto a las más de 650 viviendas que componen el proyecto.
En la maqueta inferior, se puede ver cómo las calles que darán servicio a esta urbanización conectan Pingüino, Monseñor Óscar Romero, Ocaña, Avenida de los Poblados y Camino de los Ingenieros a través de cuatro rotondas interconectadas. Podéis ver el proyecto, recuperado en 2020 por Martínez-Alemida, en este enlance.
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