La festividad navideña trae consigo la animación a los barrios de Madrid, y este año marca el regreso del mercadillo navideño a la Glorieta del Valle de Oro, cerca del metro de Oporto, en Carabanchel. Después de cuatro años de ausencia, los ciudadanos y comerciantes están emocionados por la reapertura, aunque algunos propietarios de casetas han alzado su voz ante la falta de seguridad y los recurrentes robos a la mercancía.
Con adornos navideños, un belén y delicias gastronómicas, los mercadillos de Navidad son un atractivo tradicional que atrae a locales y visitantes por igual. La gran mayoría de estos mercados permanecerán abiertos hasta el 5 de enero, proporcionando un espacio festivo para disfrutar de las compras y la atmósfera navideña.
Rodrigo Andrade es un comerciante proveniente de Ecuador que recorre toda España vendiendo su mercancía. Comenta estar muy preocupado por pequeños robos a su mercancía:
Estamos preocupados porque vienen personas que están en el “vicio” (droga) o borrachos y nos roban constantemente, hoy incluso atrapamos a uno, en la mañana, que se metio dentro de la caseta y quiso robarse el bolso con todas las ganancias y mi documentación. Hace un rato, en la noche, han intentado robarse cuatro carteras y ayer se robaron tres o cuatro pares de calcetines. Hemos llamado a la policía pero cuando llegan los ladrones ya se fueron corriendo. La renta aquí es cara y tratamos de pagarla, este es nuestro trabajo.
Durante el anterior mandato municipal, la ausencia del mercadillo se debió, entre otras cosas, a las malas condiciones de las casetas, que carecían incluso de servicios para los trabajadores. Con la nueva administración, se ha dado luz verde a la celebración del mercadillo, pero los problemas de seguridad han surgido como una preocupación central.
Los propietarios de las casetas señalan la falta de medidas de seguridad efectivas, lo que ha llevado a pequeños robos de manera constante. Los comerciantes expresan su frustración por la vulnerabilidad de sus puestos, destacando la necesidad de medidas más robustas para garantizar la seguridad de sus productos y pertenencias.
Ante estas preocupaciones, algunos comerciantes han llegado incluso a intentar tomarse la seguridad por su mano, portando palos y escobas, vigilando los puestos como guardias.
César, otro comerciante originario de Ecuador, lleva mas de 25 años vendiendo en España, menciona la situación: Estamos aquí tratando de ganar algo por las fiestas, pero hay mucha gente que, en lugar de comprar, vienen a robar y no hay vigilancia ni nada. Cada día, es constante los robos, llamamos a la policía, se dan una vuelta, pero nada más. Han llegado incluso fumados o drogados a decirnos me lo llevo, asi en nuestra cara, entonces toca usar la fuerza porque con palabras no conseguimos nada, hace un momento el vecino del puesto de al lado ya tuvo un forcejeo con uno y salió corriendo antes de que llegue la policía. Nos falta vigilancia, limpieza y orden, tratamos de invertir para que nos quede algo de ganancia.
La seguridad en los mercadillos navideños no solo es crucial para los comerciantes, sino también para la experiencia general de los visitantes. La presencia de pequeños delitos y robos puede afectar negativamente el ambiente festivo y disuadir a las personas de disfrutar plenamente de las festividades.