HABLANDO DE URBANISMO. Convirtiendo el patrimonio en otra arma politica

El pasado marzo, en la Junta Municipal de Carabanchel, se celebró la sesión ordinaria, en la que se presentó y votó lo siguiente: “Proposición n.º 2025/0266638 presentada por el Grupo Municipal Socialista de Madrid interesando instar a la Junta Municipal del Distrito de Carabanchel y/o al Área competente a la creación de un Museo de la Historia de Carabanchel, que sirva tanto de exposición y conservación de los hallazgos arqueológicos y de patrimonio de valor histórico y cultural, realizando un recorrido histórico en todas sus etapas, como centro de investigación y divulgación científica historiográfica de la historia de Carabanchel”. Resultado: rechazado por la mayoría.

La verdad es que esta noticia ha tenido un nulo impacto público y se debería valorar en dos vertientes. La primera es el desconocimiento de la iniciativa por parte de la inmensa mayoría, tanto la vecindad como aquellas personas involucradas en reclamaciones similares. ¿Tan difícil era intentar promover una propuesta participativa? Seguro que hubiera suscitado un debate y una labor interesantes, siempre enriquecedoras de la idea original. Quizás podían haber iniciado un proyecto a medio plazo sobre una base sólida de apoyos vecinales. Primera conclusión: desde aquellas personas/entidades/partidos que promueven el conocimiento del patrimonio de Carabanchel las cosas no se están haciendo bien, y esto merece una franca reflexión.

Y la segunda vertiente es la aparente cerrazón de las Administraciones gobernantes a plantearse este proyecto, o uno similar. Lo más resaltable como apoyo municipal al patrimonio carabanchelero ha consistido en publicar algunos libros, con algún que otro resultado de “refrito” histórico. Tampoco tienen más alternativa, por lo que parece. La gran política en materia de cultura patrimonial se siente caer siempre desde arriba, contribuyendo a confirmar la opinión de una junta municipal falta de capacidad legal para tomar iniciativas.

Pero no es así. Precisamente las iniciativas pueden y debe subir desde el interés y el apoyo vecinal y distrital, como ocurre con otras materias urbanas y sociales. Así, el auténtico gobierno del barrio debe querer incomodar al Gobierno municipal, al regional e incluso al nacional, cuando el asunto lo merece. Y les garantizo que el interés de la vecindad por el conocimiento de su abundante historia está soterrado, pero es creciente. Lo prueban la participación y las opiniones al respecto, cada vez que se realiza alguna actividad al respecto. Segunda conclusión: se aprecia que desde quienes nos gobiernan (y desde quienes les apoyan a cerebro cerrado) los asuntos en relación con el patrimonio del barrio se siguen haciendo mal, quizás premeditadamente mal. Aun así, siempre hay que esperar (y apoyar) que reflexionen y participen. De momento, les aseguro que nadie pretende que Carabanchel se independice.

Al fin y al cabo, nuestra historia, su historia, empezó muchísimo antes de que la bilis lo impregnara todo, convirtiendo el patrimonio en otra arma política.

Foto:  Quinta de Miranda. De ella solo queda hoy el llamado "estanque de las brujas".


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