POCO RECONOCIMIENTO Y UNA PENSIÓN DE VIUDEDAD QUE NO LLEGA

La emergencia social derivada de la crisis del COVID-19 es una realidad que no ha hecho más que empezar. En el distrito de Carabanchel son diversas las entidades sin ánimo de lucro las que están dando apoyo y solución urgente a situaciones de necesidad a las que, en muchos casos, la ayuda institucional no llega. AFADE, en el barrio de Vista Alegre, es uno de esos lugares. Una asociación que da apoyo integral a enfermos de Alzheimer y que en los últimos meses ha visto la gran tragedia que ha supuesto esta crisis para los mayores y que ha dejado en un estado especialmente vulnerable a las mujeres viudas.

Eugenia García es la persona al frente de AFADE. Su labor, motivada por la experiencia personal y familiar, es la de conseguir que los enfermos de Alzheimer y sus familias cuenten con una ayuda integral que les haga la vida más fácil. Apoyo psicológico, sociológico y de formación e información a las familias a través de talleres, charlas y acciones de voluntariado. Con la llegada del COVID-19, desde AFADE han observado las terribles consecuencias que esta enfermedad ha tenido para familias con enfermos de Alzheimer y otras demencias. “Hemos recibido 9.600 llamadas en nuestro teléfono del cuidador y hemos puesto 160 voluntarios. Han cerrado centros de día, algunas familias han sacado a sus mayores de las residencias. Hemos encontrado casos de personas mucho más tristes. Estas enfermedades son muy duras porque estamos preparados a que no nos reconozcan ellos, pero no a que nosotros no les reconozcamos”, cuenta Eugenia.

El alto número de hombres de edad avanzada fallecidos durante los meses de confinamiento ha dejado a muchas mujeres en situación de vulnerabilidad. El reconocimiento de nuestras mayores y la importancia de su trabajo prestado para el desarrollo de las comunidades parece aún una tarea pendiente. La independencia económica no ha sido una opción para mujeres de generaciones en las que trabajar fuera de casa y contar con un ingreso propio era prácticamente impensable. Aunque sus familias han salido adelante gracias a que ellas se han hecho con la carga de sus hogares -la limpieza, los cuidados, la crianza de los hijos- han dependido siempre de los salarios de sus maridos. Y si ellos fallecen, a ellas les queda poco más de la mitad de la pensión. En concreto, la base reguladora de la pensión de viudedad es del 52%, pudiendo llegar hasta el 60% en algunos supuestos como el de no estar recibiendo otra ayuda. De los mayores a los que trata AFADE, según datos facilitados por la asociación, han fallecido 380 en los últimos meses: 270 hombres y 110 mujeres. 210 mujeres se han quedado en situación de viudedad encarando, además, un problema añadido: la paralización de las gestiones de la Administración. Muchas de estas mujeres, hoy, siguen sin cobrar. Eugenia denuncia una situación que, aunque ahora agravada, siempre ha estado presente: “Han sido y son el sustento de una sociedad y que ahora no tengan para comer demuestra que nos estamos olvidando de muchas cosas. Nosotras somos mujeres que hemos podido trabajar, y las que somos hoy lo somos gracias a las que fueron antes, que quitaron muchas barreras.”

 

Para dar solución a estas mujeres, AFADE hace la compra por ellas y se la lleva a casa. “La igualdad empieza por nuestras mayores. Y ahora nos encontramos con mujeres cuyos maridos han fallecido y eran el sustento económico. Además, son mujeres a las que no se dejaba trabajar o que cuando se casaban tenían que dejarlo. Y son personas que no van a ir a un comedor. Una señora de 84 años me decía: “si yo pudiera, trabajaba, aunque sea fregando escaleras.” Ellas no van a tener para comer y no te lo van a decir. Y no es por orgullo, es por cómo han estado educadas nuestras madres, nuestras abuelas. Para ellas era preferible no

comer que tener que pedir”, explica Eugenia. El pudor y la falta de costumbre en la petición de asistencia supone una traba para recibir ayudas por parte de los Servicios Sociales, desde donde no se da respuesta más que a quien facilita su identidad. “En el Ayuntamiento me dijeron que les hiciera una lista, pero no, porque en el momento que se les ofrezca algo van a decir que tienen de todo, porque a nosotros nos ha costado”, explica Eugenia.

El barrio y sus redes responden

La alta demanda de auxilio y los nuevos aprietos que AFADE ha tenido que confrontar desde la llegada del coronavirus ha provocado la necesidad de crear red en el barrio con otras entidades. Una de ellas ha sido la Asociación de Vecinos Casco Antiguo de Carabanchel Bajo, con quien Eugenia contacta y de la que recibe una respuesta inmediata ofreciéndose para ser el vínculo con los comercios del barrio. Gracias a esta unión, varias tiendas de la zona de Vista Alegre han accedido a colaborar transformándose en puntos de recogida de alimentos para donar. Entre ellas: Muebles Sánchez (Avda. Nuestra Señora de Fatima, 3), Herbolario de Silvia (Avda. Nuestra Señora de Fatima,10), Agencia de Viajes Cuatro Vientos (Avda. Nuestra Señora de Fatima, 18), Valero Peluqueros Unisex (Avda. Nuestra Señora de Fatima, 59). Así, todas las personas que quieran comprar alimentos para los usuarios de AFADE pueden donarlos en cualquiera de estos locales comerciales.



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