El barrio de Comillas gritó ‘no’ a la tuneladora que destrozará su único parque

Cientos de personas secundaron la multitudinaria marcha de protesta que el 2 de diciembre caminó entre el Puente de Toledo y el pulmón verde de este barrio de Carabanchel

Cinco hectáreas de parque al lado de un colegio público de Infantil y Primaria quedarán arrasadas en los próximos días si la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento persisten en su “delirio arboricida”. Los trabajos de prolongación de la línea 11 de Metro acabarán con el único pulmón verde de este barrio de Carabanchel, y afectarán al desarrollo educativo del colegio Perú, que linda con la obra. Además, las estrechas calles de Comillas colapsarán con el trasiego, 16 horas al día, de camiones de 15 metros cúbicos extrayendo tierra y escombros del nuevo túnel de la línea 11 de Metro que excavará la tuneladora.

Por todo, más de mil personas se dieron cita el pasado 2 de diciembre en una multitudinaria manifestación de protesta contra estos planes que, según recordaron, “pueden hacerse de otra manera”. “La Comunidad de Madrid modificó el sentido de la tunelación y decidió que esta máquina faraónica, de casi 10 metros de diámetro, comience a excavar la tierra desde este Parque de Comillas. En el proyecto original, la tuneladora entraba desde un solar próximo a la A-3 y salía por un fondo de saco cercano a la Plaza Elíptica. Con mucho menos impacto en la población”, recordaron durante la lectura del manifiesto (ver final de esta noticia).

Reyes Maroto, la que fuera ministra socialista de Industria, Comercio y Turismo hasta este año, y actual portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid, secundó la protesta, convocada por la Asociación Vecinal Parque de Comillas, el AFA del CEIP Perú, la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM), Ecologistas en Acción, Asociación Vecinal Pasillo Verde Imperial, Delicias para Todas, Mesa del Árbol de Carabanchel, Vecinas Corniseras, Asociación Vecinal Barrio Moscardó y Unión Vecinal Palos de la Frontera, además del apoyo de siete AFA de colegios públicos de la zona.

La cita contó, asimismo, con un centenar de familias del colegio Perú, el más afectado por la acción de la tuneladora, en el que conviven 500 escolares de 0 a 12 años, algunos con necesidades especiales, al ser centro preferente para alumnado con autismo, población más vulnerable a la elevada exposición sonora.

La marcha transcurrió acompañada del sonido de la Batucada Que Entiende, sin incidentes, y terminó con cerca del millar de manifestantes formando un gran círculo que abrazó algunos de los 200 árboles sanos y de gran porte condenados a la tala en los próximos días.

 Manifiesto leído el 2 de diciembre de 2023 desde el Parque de Comillas: 

Un desastre ecológico amenaza nuestros barrios: 880 árboles sanos y de gran porte están condenados a muerte como consecuencia de unas obras que pueden realizarse de otra manera.

Hace años que la prolongación de la línea 11 de Metro se convirtió en una demanda vecinal. Los barrios de Comillas y Arganzuela quedarían conectados con Atocha y Conde de Casal. Aumentar las comunicaciones siempre es positivo. El progreso nos beneficia, y asumimos las incomodidades que conllevan las obras que mejorarán nuestros barrios. Pero lo que no esperábamos era que el progreso urbano pudiera vincularse con el desastre ecológico.

En el sur de Madrid escasean los refugios climáticos: esas zonas verdes con árboles que purifican el aire que respiramos. ¿Sabíais que en un día un árbol maduro produce, mediante la fotosíntesis, el oxígeno que necesitan cuatro personas para respirar? ¿Y que en un año inhala un promedio de 21 kilos de CO2?

Imaginad ahora el atentado medioambiental que puede suponer la destrucción de 880 ejemplares. Los “arbolitos” que quieren plantar, no sabemos dónde, no producen tanto oxígeno ni absorben tanto CO2.

El aumento global de las temperaturas ha convertido a ciudades como Madrid en islas de calor, y para combatir los efectos de este fenómeno térmico contamos con grandes aliados: los árboles limpian el aire, proporcionan sombras, preservan la biodiversidad y configuran un paisaje urbano amable, un refugio que nos apacigua contra la inercia de los días.

La tala de árboles reduce nuestra calidad de vida y compromete a las generaciones futuras. Los árboles nos cuidan. Y es nuestra responsabilidad defenderlos.

Sin embargo, la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid persisten en su delirio arboricida. Habiendo alternativas técnicas viables, insiste la Administración regional en ubicar la estación de Madrid Río en el interior del Parque de Arganzuela, zona protegida que no permite construir infraestructuras ferroviarias en su interior. Para ello, el Ayuntamiento quiere talar 106 árboles y trasplantar otros 56, con el riesgo de que el trasplante no sea más que una muerte en diferido.

Las mismas obras pueden acabar con 70 árboles del paseo de las Delicias y el Jardín de Palestina, uno de los escasos parques de proximidad en los barrios de Palos de la Frontera y Delicias.

Si cumplen la sentencia contra los plátanos de sombra del paseo de la Infanta Isabel y los cedros de Jimena Quirós, atentarían contra el Patrimonio Mundial de la UNESCO. Porque sí, los 70 gigantes de Atocha son parte del Paisaje de la Luz por el que madrileños y madrileñas sentimos orgullo y que el Ayuntamiento de Madrid está demostrando ser incapaz de cuidar y defender.

Y aquí, en Comillas, la tuneladora que excavará el túnel del metro quiere arrasar con las casi 5 hectáreas de nuestro querido parque.

Por eso decimos ¡No a la Tala! Y reivindicamos ¡Metro sí, pero no así!

Pero dejad que contemos ahora algo sobre esta tierra que pisamos:

Este Parque de Comillas fue fruto de la lucha vecinal a finales de los años 70. Transformamos un descampado en una zona verde, con árboles, fuentes, pistas deportivas y juegos infantiles.

Con los años, ganamos otra batalla: una parada de metro que nos conectara con el centro. Conseguimos que la prolongación de la línea 11 dejara una estación en el barrio. Unas obras, las de la estación, duras, pero asumibles.

Pero lo que no esperábamos era el cambio en el proyecto original de estas obras. Sin comunicarlo a la ciudadanía, la Comunidad de Madrid modificó el sentido de la tunelación y decidió que esta máquina faraónica, de casi 10 metros de diámetro, comience a excavar la tierra desde este Parque de Comillas. En el proyecto original, la tuneladora entraba desde un solar próximo a la A-3 y salía por un fondo de saco cercano a la Plaza Elíptica. Con mucho menos impacto en la población.

¿Y qué implica colocar en este parque el llamado “pozo de ataque”, la zona cero de las obras?

Supone que por estas casi 5 hectáreas de superficie verde tienen que salir 541.000 metros cúbicos de tierra.

Esto conlleva el trasiego diario, durante 16 horas, de un camión de tierra y escombros cada 10 minutos. 36.000 camiones de entrada y otros tantos de salida. Más 4.000 camiones con los anillos de recubrimiento del túnel y 1.500 hormigoneras.

No solo tendremos cada día cientos de vehículos pesados circulando por nuestras estrechas calles. Esta superficie del parque acogerá todo el material de obra.

Para ello, el Ayuntamiento de Madrid autorizará la tala de 200 de estos árboles que estáis viendo. Por cierto, eran 274 las talas originales. La lucha vecinal ha salvado 74 ejemplares.

No olvidemos que, además de todas las viviendas que veis aquí pegadas al parque, también tenemos al colegio de Infantil y Primaria Perú, con más de 400 escolares de 0 a 12 años, algunos con necesidades especiales, pues es un centro preferente para alumnado con autismo.

Por todo, hoy reclamamos “Metro sí, pero no así”. Porque hay otra forma de hacer estas obras, sin talas masivas de árboles sanos, sin una tuneladora destrozando el único pulmón verde de la zona.

Y porque es un asunto de salud pública y de responsabilidad política.

¡Ayúdanos a salvar el barrio!

¡No a la tala! ¡Metro sí, pero no así!



  Votar:  
Resultado:2,7 puntos2,7 puntos2,7 puntos2,7 puntos2,7 puntos
  3 votos