acoso publicitario

Hemos recibido no pocas quejas en esta redacción relativas al constante bombardeo publicitario que sufren los coches de los vecinos cuando se encuentran aparcados, especialmente en zonas de mucho paso como los alrededores del Palacio Vistalegre. Nos cuentan algunos de ellos que sus vehículos llegan incluso a recibir el mismo folleto varias veces en un día. Otros nos comentan que en ocasiones, al ir a coger el coche, se lo han encontrado convertido en un auténtico vertedero, repleto de papeles en los limpiaparabrisas y en toda ranura que se ha puesto a tiro de los repartidores. Ciertamente, se trata de una práctica que llega a molestar, aumenta la suciedad en la calle y termina dando el resultado contrario al perseguido por el anunciante. Si además se trata de anuncios como el que se ve en la fotografía, en el que se ofrece a mujeres como si fueran objetos, el tema cabrea aún más.
Redacción

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