Uno de los factores más importantes que influyen en nuestra salud es la alimentación. A través de los alimentos ingerimos los nutrientes que nuestro cuerpo

Alimentación y etiquetado del centro de salud Fatima Carabanchel

Una alimentación saludable incluye comer de todos los alimentos en cantidad moderada
CENTRO DE SALUD FÁTIMA

Alimentación y salud


Uno de los factores más importantes que influyen en nuestra salud es la alimentación. A través de los alimentos ingerimos los nutrientes que nuestro cuerpo necesita para obtener energía, reparar tejidos, regular el funcionamiento de los distintos órganos, etc. Esto nos ayuda a mantener la salud y prevenir enfermedades.
La alimentación debe ser agradable, equilibrada, adaptada a cada edad y situación, y debe cubrir todos los nutrientes que el organismo necesita: hidratos de carbono, proteínas, grasas, vitaminas, minerales y agua.
Una alimentación saludable incluye comer de todos los alimentos en cantidad moderada y distribuirlos a lo largo del día.

Recomendaciones alimentarias


En algunas enfermedades existen recomendaciones especiales, que son especificadas por los profesionales de la salud, para evitar complicaciones en el desarrollo de las mismas. Es recomendable acompañar la alimentación saludable de ejercicio físico, como mínimo 30 minutos tres veces por semana.
En general, se recomiendan cinco ingestas al día. Diariamente, tres raciones de fruta y dos de verdura, de dos a cuatro raciones de lácteos, de tres a cuatro raciones de pan y cereales. Semanalmente, tres raciones de legumbres, tres o cuatro de carne magra (sin grasa), cuatro o cinco de pescado (una de ellas azul) y cuatro huevos. Además se recomienda el consumo de frutos secos en crudo de tres a siete veces en semana (20-30 g). A lo largo del día, se recomienda beber de 1,5 a 2 litros de agua.
Se recomienda cocinar con aceite de oliva y moderar el consumo de grasas saturadas y grasas trans, no recomendables y presentes en los alimentos de origen animal (tocino, mantequilla, nata…), bollería industrial y alimentos ultraprocesados. La forma de cocinar más recomendable es al horno, plancha, vapor, microondas, wok y hervido, y evitar fritos.

La alimentación saludable


La alimentación saludable debe empezar por la lista de la compra, que debe ser planificada para la elaboración de un menú equilibrado y adaptado a todos los miembros de la familia en función de su edad y circunstancias de salud.
La compra debe ser saludable para toda la familia. No se puede justificar la compra de “comida basura” porque les gusta a los niños. Los adultos son responsables de la dieta de los hijos y deben educarlos para que adquieran hábitos saludables. Lo más recomendable es consumir productos frescos de temporada, sin olvidar que hay conservas y congelados de productos no ultraprocesados (verduras, pescados, etc.) que se pueden tener más tiempo almacenados para momentos en que no dispongamos de productos frescos o no tengamos tiempo de cocinar.

La compra es importante


A la hora de comprar, es muy importante fijarse en el etiquetado nutricional del producto, que nos va a dar toda la información de lo que estamos comprando.
Descubre qué comes mirando las etiquetas
Para saber qué te llevas al llenar tu cesta de la compra, es importante mirar las etiquetas para no llevarse a engaño.
● Deben indicar la lista de ingredientes y la información nutricional (el nombre y no la marca comercial): pan de molde, frutas deshidratadas, leche entera...
● También la posible presencia de alérgenos, la cantidad neta y la fecha de duración o caducidad.
● Además, los datos del fabricante, número de lote, país de origen y Registro General Sanitario (RGSA), así como las condiciones de conservación y modo de empleo.
Información nutricional obligatoria: el valor energético y la cantidad de nutrientes se expresan por 100 g o 100ml. Debe incluir: valor energético, grasas en gramos y grasas saturadas en gramos, hidratos de carbono, azúcares y proteínas, así como la cantidad de sal.

El orden de los ingredientes es importante.


El orden de los ingredientes de la lista debe ir de más a menos: lo que encuentras en los primeros lugares es lo que el producto contiene en mayor cantidad. Por tanto, si un pan de molde se vende como de centeno o con granos enteros, esos ingredientes deben estar en el primer lugar, y antes que la harina de trigo refinada (si lleva). De lo contrario, no es integral.
Mejor que la lista sea corta: si contiene pocos ingredientes se tratará, en general, de un alimento poco procesado y se acercará más a “lo natural”. Los alimentos con un solo ingrediente no están obligados a llevar esta lista.
Que no te den gato por liebre:

Ojo a lo siguiente


● Ojo, porque que indique un gran aporte en vitaminas no significa que no contenga azúcar o sal. Si, por ejemplo, primero aparecen las grasas, quiere decir que este nutriente es el más abundante.
● Las calorías son la suma de la energía que aportan tres nutrientes (grasas, proteínas e hidratos), por lo que este dato de forma aislada no ayuda a valorar el alimento.
● Los azúcares son hidratos de carbono simples. A modo de referencia, recuerda que no debes superar los 25 g de azúcar diarios. Si consta que aporta 15 g de azúcar (o más) por 100 g de producto es que es alto en azúcar.
● Vigila la cantidad de grasas que contiene. Si lees que contiene 15 g o más de grasas totales por cada 100 g de alimento es que es alto en ese nutriente.
● Será bajo en grasas cuando aporte 3 g o menos.
● En el caso de las grasas saturadas, si aporta cinco o más gramos por cada 100 g de producto es que contiene muchas.
● No es obligatorio que aparezcan las grasas “trans”, pero si lees aceites o grasas “parcialmente hidrogenadas” es que las lleva.
● No te olvides de la sal: es alto en sal si contiene 1,25 g o más.
● Los azúcares pueden aparecer con distintos nombres. Si en la etiqueta lees “jarabe de maíz”, “dextrosa”, “maltosa”, “glucosa”, “sacarosa”, “fructosa”, “miel de caña” o “concentrados de zumos de frutas” es que lleva “azúcar añadido”.

En resumen...


● Si contiene pocos ingredientes es un producto poco procesado, más natural.
● Más que las calorías, es importante que el producto no lleve muchas grasas, azúcares o sal.
● Los fabricantes están obligados a avisar con qué elaboran sus productos de alimentación, pero no siempre lo hacen de forma clara y entendible.

 

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