JUVENTUDES DEL MUNDO A LA CONQUISTA DE LOS SUEÑOS

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Arturo Prado Lima
En 2011, en un pueblo olvidado de Túnez, un joven informático que sobrevivía de
explotar un pequeño puesto de frutas, Mohamed Bouazizi, se prendió fuego cuando la
policía le quitó su puesto de trabajo porque no tenía permiso. Es uno de los hechos
más importantes de las últimas décadas en el mundo árabe. Los tunecinos, guiados
por su juventud, se echaron a las calles en lo que se conoció como la Revolución de
los Jazmines, y terminó con la huida del dictador Ben Alí.
Un año atrás, en 2010, el excomandante de la Resistencia Francesa Stéphane Hessel
había escrito un pequeño libro que tituló como ¡Indignaos! y en el que llamaba a la
juventud a revelarse contra las formas de esclavitud moderna, sobre todo en la
defensa de las conquistas obreras: las pensiones, un salario digno, los servicios
sociales, la educación, la salud, la cultura, el trabajo; es decir, todo lo que corresponde
al ser humano por el simple hecho de serlo y que están consignados en la Declaración
Universal de los Derechos Humanos, que él mismo ayudó a redactar después de la
Segunda Guerra Mundial.
Los primeros frutos reales se vieron en 2011, cuando cientos de miles de jóvenes en
España se movilizaron contra los gobiernos que “No los representaban”. El 15-M se
conoció en todo el mundo y significó el fin del bipartidismo. El 27 de febrero de 2013
falleció Stéphane Hessel, a la edad de 95 años.  Pudo apreciar el fruto de sus escritos:
más de 5 millones de copias de su ¡Indignaos! se habían vendido en todo el mundo
antes de su fallecimiento. EL 15-M, inspirado en el pensador francés, fue imitado por
muchos países en el mundo y es referencia obligada a la hora de analizar los
movimientos sociales aquí y en cualquier lugar del planeta.
Ya desde mucho antes la juventud había dado muestras de descontento con lo que
estaba pasando en el mundo. En 1991, un grupo de estudiantes se inventó la Séptima
Papeleta. Eran las elecciones parlamentarias y su movimiento logró que el gobierno de
César Gaviria, en Colombia, aceptase una papeleta en el que el pueblo colombiano
pedía a gritos una Asamblea Nacional Constituyente que redactara una nueva Carta
Magna y la cambiara por la ya envejecida y desajustada Constitución de 1886. Y así
se hizo.
Desde la década de los 80s, cuando empezaron a aplicarse las políticas neoliberales
en el mundo, y al dinamismo que supuso la globalización de los mercados, las
privatizaciones de las empresas del Estado y la reducción de este a su mínima
expresión, las juventudes empezaron a ver cómo su mundo, su futuro, sus proyectos
de vida se quedaban al margen de sus sueños y empezaron a protestar. Pero el
capital financiero y político del mundo no estaba dispuesto a dejar sus privilegios y
arremetió con toda su fuerza.
Asistimos a un largo periodo de dictaduras militares en el mundo entero y América
Latina no fue la excepción. Al menos 3 generaciones de jóvenes fueron asesinadas en
los países del Cono Sur y Centroamérica.  En Chile, tras un sangriento Golpe de
Estado en 1973, la juventud fue conminada a desaparecer bajo el silencio impuesto
por los fusiles. La Constitución redactada por los fascistas chilenos rige hasta nuestros
días, y su derogación es una de las exigencias de uno de los movimientos sostenidos
y originales en el país austral: más de 2 meses de paro indefinido.
 
Como siempre, fue la juventud quien prendió la mecha. El pretexto fue el alza en los
pasajes del metro. Pero desde mucho tiempo atrás, la juventud universitaria había
tomado como suya la lucha por la derogación de las leyes pinochetistas: en Chile todo
es privado. Hace 4 años, los jóvenes se instalaron un día entero frente a la Casa de la
Moneda, y sostuvieron un beso largo e histórico para reclamar una educación pública
gratuita y de calidad.
El año pasado, el expresidente y senador de Colombia Álvaro Uribe Vélez, y su partido
de gobierno, el Frente Democrático, propusieron en el Congreso que los salarios de
los jóvenes se redujeran un 25% menos del salario mínimo (280 dólares mensuales),
creando un clima de zozobra que hoy acompaña un paro que va a cumplir más de un
mes con el pueblo movilizado en las calles donde la juventud es la vanguardia.
Podemos seguir nombrando muchos ejemplos como los Chalecos Amarillos en
Francia, los estudiantes de Hong Kong y las juventudes antisistema de los propios
Estados Unidos. Lo cierto es que no es fácil enfrentar a un viejo sistema que se niega
a aceptar en la realidad que el mundo ha cambiado y que pretende calmar a esas
juventudes contestatarias a base de represión por la fuerza de las armas.
La Cuarta Revolución Industrial ha llegado para quedarse. La robotización del trabajo,
la digitalización de las operaciones bancarias, la puesta en marcha del internet de las
cosas, la realidad aumentada, la inteligencia artificial, las monedas virtuales, son
fenómenos que no solo asustan a buena parte de la sociedad, sino que crea un clima,
un gran interrogante para el futuro de las generaciones de hoy. Esas conquistas que
tanto defendía Stéphane Hessel, el derecho al trabajo, a una vivienda, a los servicios
sociales, a unas pensiones dignas, al transporte y a la viabilidad de sus proyectos
vitales, se están esfumando y hoy asistimos a un atrincheramiento de las clases
dominantes para seguir disfrutando de sus privilegios.
Nuestras juventudes necesitan un nuevo espacio en donde practicar y sentirse ellos
mismos. Buscan hoy su lugar para poder expresar sus sentimientos religiosos, sus
tendencias sexuales, sus preferencias laborales y la búsqueda de su realización como
ser y sujeto social. La negación de esos derechos tiene hoy al mundo incendiado. A lo
largo y ancho de América Latina, el mundo árabe, el mediano y lejano oriente, el
continente africano y europeo, se siente el disgusto de la juventud. Las viejas castas
se niegan a aceptar los cambios necesarios para dejarles como herencia a las nuevas
generaciones un mundo mejor.
Sin embargo, la persistencia, la tenacidad de las luchas en todo el planeta van
abriendo huecos en esas clases dirigentes que se niegan a ceder el protagonismo a
las juventudes. Sebastián Piñera, presidente de Chile, tras las masivas protestas, se
vio obligado a convocar una Asamblea Nacional Constituyente en Chile. Álvaro Uribe
ha retirado el proyecto de ley para bajar el salario a los jóvenes y, algo nuevo, David
Sassoli, el nuevo presidente del Parlamento Europeo ha sorprendido en su primer
discurso como tal: “Os pido que sigáis haciendo sentir vuestra voz en las plazas, y
manifestándoos por vuestros derechos”, ha dicho. Pequeños brotes verdes frente al
aparente desierto en que vivimos hoy.
La juventud actual reclama generosidad. Los negacionistas de los derechos humanos,
del cambio climático, de los genocidios, de las masacres laborales y sociales no
pueden seguir dándole la espalda a la realidad concreta que enfrenta este segmento
social. Habrá en el futuro más Muhamed Bouazizi, más 15-M, más estudiantes que
asuman no solo los problemas universitarios sino también los de los ciudadanos y,
seguramente, habrá nuevos Stéphane Hessel escribiendo y abriendo caminos por
donde nuestra nueva juventud se mueva para construir su mundo, el de sus sueños.
 

Consecuencias de la expulsión de diplomáticos

mexicanos y españoles de Bolivia

 
El gobierno golpista de Bolivia expulsó la semana pasada a la embajadora de México,
María Teresa Mercado y a dos diplomáticos españoles, Cristina Borregero y Álvaro
Fernández, junto a un grupo de funcionarios de la embajada española en la Paz. Los
diplomáticos acreditados en ese país fueron declarados personas no gratas y
conminados a abandonar el país en 72 horas.
Jeanine Añez, la presidenta golpista, declaró que integrantes de la Embajada
Española pretendía sacar de esa sede a funcionarios del gobierno de Evo Morales que
se encuentran en la residencia del embajador azteca al amparo de la figura
internacional de Refugiados políticos, cuya maniobra estaría acompañada de
empuchados de la inteligencia española.
Tal situación ha degenerado en un grave problema internacional. España respondió
expulsando de su territorio a 3 diplomáticos bolivianos y México elevó una denuncia
contra los golpistas bolivianos ante la Corte Penal Internacional por el asedio a su
embajada.
En efecto, desde el 24 de diciembre pasado, no menos de 100 agentes de policía y
ejército rodean el edificio de la sede diplomática mexicana e impiden el desarrollo
normal de sus actividades. Vehículos del gobierno interino cercan las calles y hasta en
algunas imágenes mostradas por noticieros alternativos dejan ver claramente franco
tiradores en azoteas vecinas.
Diferentes gobierno ya toman posición en pro y en contra, no solo de la expulsión de
mexicanos y españoles, sino de la situación generada por el golpe de Estado llevado a
cabo después de las elecciones generales en las que resultó ganador Evo Morales y la
oposición, encabezada por un oscuro personaje de apellido Camacho, el candidato
perdedor Luis Meza en complicidad con la Comisión de la Organización de Estados
Americanos, OEA, encabezada por el uruguayo Luis Almagro, quien no ha podido
demostrar fraude en las elecciones pero que dio por hecho que lo hubo.
En un duro comunicado, Rusia y China llamaron a normalizar la situación y devolver la
democracia a Bolivia. La Unión Europea criticó esta semana la acción boliviana: “La
expulsión de diplomáticos es una medida extrema e inamistosa que debe reservarse a
situaciones de gravedad”, advierte el comunicado de lo 27. La República Argentina
reacción duramente ante las declaraciones del gobierno de Estados Unidos en el
sentido de que Alberto Fernández debe restringir las acciones y declaraciones de Evo
Morales, refugiado el país gaucho: “En Bolivia no venos un ejército libertador, sino un
Golpe de Estado”
América Latina vive una ola de protestas en todo su territorio: Chile, Honduras,
Colombia, Ecuador, Haití, Panamá y otros, precisamente en contra de las políticas
neoliberales que los golpistas quieren imponer en Bolivia después de que este país se
liberase del endeudamiento del FMI y el Banco Mundial, que es lo que le ha permitido
un crecimiento sostenido en los últimos 13 años, gobernado por Evo Morales, con
crecimiento cerna al 5% anual.
Este Golpe de Estado significa un serio revés a la integración regional y al
resurgimiento de las políticas progresistas en el centro y sur de América.
 

Chalecos amarillos paralizan Francia

 
Francia vive una de las peores épocas desde el mayo del 68 cuando gran parte de la
sociedad, incluyendo obreros, estudiantes y ciudadanía en general, se tomaron las
calles del Paris señorial para exigir un vuelco total en las políticas sociales del
gobierno de turno.
Hace un año, apareció un movimiento social denominado “Chalecos amarillos” que
protestaba contra el alza en los combustibles. La fuerza del movimiento mantiene el
pulso de las calles desde entonces, recrudeciéndose precisamente ahora, al cumplir el
primer año de su nacimiento.
Esta vez, la causa principal es la reforma de las pensiones. El presidente Emmanuel
Macron, no ha cedido ante los manifestantes y ha decidido seguir con las reformas
pensionales, un proyecto lesivo a los intereses de los sindicatos y trabajadores
francés. Han sido tan violentos los últimos enfrentamientos que la Prefectura de París
ha tenido que proteger a los negocios del centro de la capital.
Francia es uno de los países que actualmente registran prolongadas protestas junto a
Chile, Colombia, Líbano, Argelia y otros, teniendo como denominador común el
reclamo del respeto a los derechos sociales, económicos, sociales y culturales que
hoy se sienten amenazados.
 

Otros sucesos del mundo

 

 Irak.

En la madrugada del 3 de enero del naciente 2020, el ejército de Estados
Unidos lanzo varios misiles en las cercanías del aeropuerto de Bagdad,
matando a uno de los hombres fuertes de la guerra interna iraki, el general
Qasem Soleimane. El suceso puede acabar de desestabilizar la débil paz del
mediano oriente. Se espera una fuerte reacción de la Guardia Revolucionaria
Iraní, a la cual, Estados Unidos cree pertenece al general abatido.
 

China.

superó económicamente a los Estados Unidos de América hace mucho
tiempo. Así lo afirmó Bladimir Putin, presidente de la Federación Rusa en la
conferencia de prensa anual que ofrece a periodistas nacionales y extranjeros.
Esta vez, cerca de 2.000 periodistas y medios de comunicación se acreditaron
para la conferencia.
 

 Alemania y Turquía.

fueron sancionados económicamente por Estados Unidospor su apoyo al gaseoducto

Transiberiano, al primero, y por la compra de baterías antiaéreas rusas al segundo.

Turquía amenazó con cerrar dos bases militares norteamericanas en su territorio.

 

 Venezuela. 

Ha superado un nuevo intento de golpe militar. Esta vez, un grupo

de desertores de la Fuerzas Armadas Bolivarianas, entrenadas en Colombia,
 
tomaron una base militar venezolana y robaron misiles tierra aire, con las que
pretendía derribar un avión militar colombiano y utilizar esta artimaña para
forzar una intervención armada con apoyo de Colombia, Perú y Brasil.
 

 Cuba. 

Eligió por primera vez en su historia un primer ministro, que se encargará

de las políticas internas de la Isla. Una especie de ministro del Interior en otros
países vecinos. El nombramiento recayó sobre Manuel Marrero, quien se
desempeñaba hasta ahora como ministro de turismo. Este movimiento hace
parte de las reformas en que se ha empeñado en gobierno cubano para
adaptarse a los nuevos tiempos.
 

 Colombia.

Arriba a un mes de protestas en las calles sin que las demandas de

los manifestantes sean atendidas. Continúa el asesinato de líderes sociales,
indígenas y excombatientes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia, FARC, quienes firmaron un Acuerdo de Paz con el gobierno de Juan
Manuel Santos.
 

 Chile.

 Arriba a dos meses de protestas masivas. Reclaman a abolición de la

Constitución de la dictadura de Augusto Pinochet y la conformación de una
Asamblea Nacional Constituyente que redacte una nueva carta magna que
reconozca los derechos humanos, económicos y sociales.

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