POESÍA, MÚSICA Y ENCUENTRO ENTRE NACIONALIDADES PARA SALIR DE LA RUTINA

El CEPA (Centro de Educación de Personas Adultas) de Vista Alegre, situado dentro de la Finca
del mismo nombre, es uno de los lugares más reconocibles del distrito de Carabanchel.

Más allá de la larga e importante trayectoria de su labor educativa, cualquier vecino sabrá
enseguida de qué emplazamiento se le está hablando si se nombra a los dos grandes osos de
piedra que flanquean la entrada, en la calle General Ricardos.
Este centro educativo ofrece diferentes modalidades de estudio para personas adultas:
enseñanzas iniciales, enseñanza secundaria, español para extranjeros, enseñanzas para el
desarrollo personal… Aquí dentro las edades y lugares de procedencia son de lo más variado. Y
es precisamente la necesidad de crear un lugar de encuentro entre todas ellas lo que ha
llevado a los docentes de este CEPA a implementar las I Jornadas de Humanidades. Una
iniciativa de tres días de duración con la que se busca romper los niveles y grupos de la escuela
para lograr el intercambio de experiencias entre alumnos. Miguel Ángel Martínez, el director
del centro, explica que gracias a esto “se rompen estereotipos y se consigue que la escuela se
abra y cobre vida.”
Salir de la rutina académica
Poesía, teatro, talleres sobre racismo, góspel… La idea de estas jornadas es que los profesores
organicen sus talleres, en función de las materias que imparten, los posibles intereses y
habilidades del alumnado o del propio profesorado, para que el día lectivo se convierta en algo
más allá de lo puramente académico. En el CEPA de Vista Alegre llevaban tres años
organizando jornadas de ciencias y este ha sido el primero en el que han sido las humanidades
las protagonistas. Teresa López de la Rica Olmedo, Jefa del Departamento de sociales, decidió
poner esto en marcha y, para ello, contactó con diversas asociaciones del barrio para conseguir
sacar al alumnado de la rutina durante estos tres días con propuestas culturales que se salgan
del día a día académico, se encuentren con los otros grupos de edades del centro y sean
capaces de organizarse en otro tipo de actividades: “Si es algo que tienen que hacer ellos
también se responsabilizan de la actividad porque aquí hay dos grandes grupos: uno que son
los alumnos de edad más avanzada y el otro es el alumnado de secundaria, que participa de
forma muy puntual. Los más receptivos son los mayores, que están en todo y actúan siempre.”
El alumnado se reúne en diferentes aulas, cada una preparada para el desarrollo de una
actividad. Mientras unos visitan la “Cámara de las maravillas” que ha montado Jose -que fue
profesor de historia en el IES Renacimiento- sobre los pupitres a base de objetos de diferentes
épocas para hablar de historia, otros ponen a punto un árbol de Navidad. En una de las aulas
está Charo, profesora de español para extranjeros, llevando a cabo un ejercicio que han
llamado “Mapeando nacionalidades”: “Hablamos de las diferentes nacionalidades que hay en
el centro, buscamos la bandera y escribimos los saludos en las diferentes lenguas: en bambara,
portugués, francés, español… Es crear una visión de la realidad que hay en el centro. Luego
haremos un mural que colocaremos por aquí.” Una realidad que, gracias a estos encuentros,
sale de las aulas y se pone delante del alumnado. “Si no fuera por esto no hablaríamos entre
nosotros. Esto nos sirve para conocer la cultura de cada uno: aquí hay una española, una
hondureña, un brasileño, una paraguaya…”, relata una de las alumnas que colorea sobre un
papel sentada en uno de los corros que se han formado en el aula donde tiene lugar este
taller.

La idea una vez finalicen estas Jornadas de Humanidades, según explica Teresa, es valorar cómo han funcionado y, de cara al próximo curso, tal vez aunarlas con las de ciencias y crear nuevas propuestas que giren en torno a una temática única.



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