HABLANDO DE URBANISMO. Peatonalización exprés en la calle Laguna

La controversia sobre las calles comerciales peatonalizadas es ya un clásico. Lo que empezó siendo un instrumento para la regeneración de los centros históricos, terminó llegando a las áreas comerciales tradicionales. Sobre todo, por una cuestión elemental: la supervivencia del comercio minorista frente a los centros comerciales.

A tenor de las abundantes experiencias realizadas, la balanza se inclina a favor del destierro del asfalto y los vehículos. La dinamización de la actividad vecinal, la mejora en la calidad ambiental, la revalorización de las viviendas y locales, la atracción a un centro renovado, etc., son los argumentos empleados a favor. Son mayoría las experiencias positivas de creación de “centros comerciales abiertos”. Pero el éxito tiene sus matices, empezando por el frecuente desplazamiento del minorista tradicional, en favor de las marcas y franquicias.

Simplificando, el barrio tiene dos focos populares: los ejes comerciales Oca - avenida de Fátima y Laguna, y el área de ocio y restauración en torno al Palacio Vistalegre. Sobre esta peatonalización, ya se ha reclamado y mucho. Ahora, alguien ha decidido sacar la carpeta de proyectos desechados, desempolvarla, cambiar la portada (y la autoría) y para adelante.

A tenor de lo publicado, no es cierto que el espacio recuperado para el peatón sea el que indica el Ayuntamiento (4.586 m2 en nuestro distrito). No vale sumar las aceras actuales, eso es trampa. Sí es verdad que la peatonalización se plantea permanente, pero con el “matiz” de mantener el pavimentado actual. Habrá quien piense en una posible “vuelta atrás” si no prospera. Pero también puede deberse a que hay que pasar del “arrebato político” a la realidad.

En la práctica, esto se hará estudiando los cambios en la circulación y el traslado de las zonas de carga y descarga, así como los vitales estacionamientos para movilidad reducida. También será necesario resituar los contenedores de recogida de residuos. Y cuando se re-urbanice toda la calle, convendrá estudiar la iluminación viaria y, lógicamente, será necesario dotar del mobiliario adecuado (papeleras separativas, bancos, etc.). Por último, habrá que eliminar las 35 plazas de estacionamiento libre.

Concluyendo sobre este caso, mientras que la peatonalización quede en el simple cambio de uso, se podrían (y deberían) valorar otras opciones, como por ejemplo:

— La posibilidad de que el cierre al tráfico sea por franjas diarias y horarias. Por ejemplo, por las tardes y en los fines de semana y festivos.

— La opción de que este cierre diario/horario beneficie, progresivamente, al eje Oca y a la avenida de Fátima y calles aledañas.

— La única eliminación de las 35 plazas de estacionamiento (contraprestadas, por favor), ensanchando las aceras y dejando solo el carril de circulación actual, con reducción de velocidad y preferencia de cruce peatonal en toda la vía.

En conclusión, se puede estar a favor de la peatonalización, pero con matices y deseando lo que parece imposible: un plan integral de ámbito barrial.

Siempre hay tiempo para el buen urbanismo.

Felo de Andrés, arquitecto


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