HABLANDO DE URBANISMO. Marchando una S-28

Recientemente, la discreta calle Santa Teresa Jornet ha sido rehabilitada. Para los que no lo sepan, está dentro del casco histórico de Carabanchel Alto. 

Podríamos entrar a valorar lo yermo de su diseño, o la incorporación de una nueva plazuela que no parece tal, o la conveniencia del adoquín rompetacones. Lo interesante es que la calle está presidida al inicio por una señal de tráfico desconocida para casi todos. Se trata de la señal S-28, que en primera instancia no permite el estacionamiento de vehículos a menos que esté específicamente señalizado, lo cual no es el caso.

Aquí no acaba la cosa. Esta señal se usaría en zonas preferentemente residenciales, donde se prioriza la actividad de los peatones, incluso con el fomento del juego infantil. De ahí el monigote con la pelotita.

Vamos, que no es una calle convencional, pero tampoco peatonal, ya que permite la circulación, a 20 km/h. Ojito. Sin embargo, los viandantes pueden circular por toda ella, atravesándola en zigzag si lo prefieren, y tener actividades de todo tipo, ya que la prioridad es siempre suya, pero sin abusos, claro.

Hasta aquí todo suena bonito. Ahora la realidad.

El 50% de esta calle (toda la acera de un lado) corresponde a la tapia y edificios de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados. Esto en sí no es malo, al contrario. Imaginen la gran oportunidad para sus usuarios de poder salir y tomar posesión de la calle. Pero de pie, porque no se prevén bancos ni otro tipo de asientos.

En la acera de enfrente conviven una parcela de futuras viviendas, una dotacional y algunas viviendas tipo apartamento. Tampoco es que se prevea un gran aprovechamiento, al menos de momento.

Para mas inri, la nueva plazuela de Santa Teresa Jornet tampoco ofrece alternativas al disfrute humano (sí a los perros), ya que ha resultado ser un extraño “quiero, pero no puedo” de trozos de jardín, pinchados sin mucha pericia por dos farolas mal avenidas.

Los que nos leen saben de nuestra postura a favor de la recuperación de las vías para el uso vecinal. Y ésta es una buena forma de hacerlo. Pero en situaciones como la que nos ocupa cabe preguntarse si su aplicación está justificada.

Podemos pasar por alto que tiene una pendiente considerable, que limita significativamente las actividades. También lo comentado sobre el porcentaje de residentes que deseen usarla como espacio de disfrute y no solo de tránsito. Por último, olvidemos la nula pedagogía municipal para con estos nuevos espacios. Ya les tocará a las entidades vecinales el ponerlas en valor. Lo que no parece de recibo es la falta de su aplicación en zonas más adecuadas, por dimensiones y entorno residencial, como pueda ser la plaza 6 de Diciembre, actualmente “ocupada” como parking.

Desconocemos cuáles son los planteamientos a futuro para el casco histórico. Solo vemos actuaciones más o menos funcionales, que como un patchwork van apareciendo aquí y allá en el barrio, sin que parezcan responder a un plan premeditado que permita conjugar intereses.

Pero así es la periferia. Mientras tanto, como dicen en Casa Lucio: ¡marchando una de S-28!

Si quieres que comentemos sobre algún hecho urbanístico que te afecta, escribe a pupu2129@yahoo.es, a la atención de nuestra columna.


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