LAS FLORES A LOS MUERTOS SON PARA QUE LAS VEAN LOS VIVOS

Noviembre, mes especial; el frío del otoño hace su llegada para prepararnos la entrada en el invierno. Notamos el cambio de hora, menos luz solar, por lo que anochece más temprano y la noche es más larga. Por fin ha terminado Halloween, meses y meses viendo la famosa calabaza por todos lados. Nos colaron esta “americanada” comercial y parece que va tomando fuerza, ya veremos cómo terminamos.

Tiempo de visita a los cementerios para recordar a los que ya no están con nosotros. Las pompas fúnebres se engalanan con las mejores flores, momento de visitas multitudinarias por el Día de Todos los Santos. Nos quedamos contentos con la idea de que el que allí reposa se queda contento con las flores que le hemos puesto. Pero al final, las flores son para llamar la atención de los vivos y dejarlos impresionados. El resto del año con algo simple apañamos el tema, pocas visitas y entonces todo más sencillo. 

Por eso la frase de Santiago Rusiñol que da titulo a este artículo nos puede dar mucho juego. Podemos encontrar gran similitud con diversas cosas de la vida cotidiana. Vivimos constantemente atrapados en la idea de la opinión de los demás, pendientes de saber si les gustará. No valoramos que primero nos tiene que gustar a nosotros. La falsa apariencia persigue a la humanidad, todos los días vivimos con la mentira como si fuese todo tan real. 

La preocupación del “qué dirán” siempre influyendo en nuestra vida. Prácticamente nuestra libertad es nula por mucho que pensemos lo contrario. Vas a la cafetería y ves al vecino comprando Lotería de Navidad, entonces te empiezas a ver un poco obligado a comprarla por si le toca al vecino y a ti no.     

Difícil olvidar en estos momentos que nos encontramos con las elecciones generales a la vuelta de la esquina. Todos los días los medios de comunicación publican las encuestas de las elecciones, especialmente para que las veamos los votantes, como las flores de los difuntos. Los partidos políticos buscan remover el ánimo y así evitar principalmente el absentismo, diciendo que cuidado que ganan los otros. Los líderes cuando ven la encuesta rápidamente dicen “Ruphert, te necesito”, llega el asesor especialista y le marca un nuevo look en las encuestas. Pero peor cuerpo tiene que tener el político que ve la encuesta y tiene su sillón en el aire. En el lado opuesto está el que ve la encuesta y está con la ilusión de tener ese sillón preciado. Aunque claro, a los políticos siempre les quedará la oportunidad de salir por la puerta giratoria y serán bien recibidos en el consejo de alguna empresa del Ibex.  

Los votantes han perdido la confianza y la ilusión. Se vota muchas veces sin ganas, como el que compra lotería un poco obligado por si le toca al vecino y a él no le toca. En estas elecciones la campaña se está haciendo en directo con los reality de la televisión, Cataluña ardiendo y la exhumación en el Valle de los Caídos. Cada partido político cuenta con su propia orquesta, lo mismo nos toca un pasodoble que seguidamente nos pone una marcha fúnebre para ponernos tristes. 

Por cierto, no debemos olvidar estos días poner una vela a San Isidro. Pedirle como patrón de Madrid que cuide los acuerdos y pactos que se han hecho entre los partidos que gobiernan esta ciudad y la Comunidad de Madrid. 

Pedro Vicente García Romero

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