Carta abierta a trabajadores de la salud en Madrid

Quiero dirigirme a todas las personas que trabajan, en este momento, proporcionando asistencia sanitaria en Madrid, sin distinguir entre categorías profesionales ni niveles de atención: Primaria, Hospitalaria y SUMMA112. ¿Podríamos parar un momento y reflexionar sobre la transformación de nuestro trabajo? ¿Podemos recordar las razones por las que escogimos esta profesión?

Quizá nos cueste, en estos duros momentos, desempolvar otros tiempos en los que disfrutábamos en nuestro trabajo, recordar actividades inherentes a nuestra actividad que ahora son impensables y evocar las relaciones personales alimentadas por el trabajo en equipo. Quizá exista algún reducto donde este oasis siga existiendo; en ese caso, mi más sincera enhorabuena para los agraciados. Para el resto, se me ocurre que dejemos de mirarnos el ombligo donde solo vemos precariedad y miedo, cansancio y desesperanza, hastío y frustración.

Que levantemos la cabeza, no solo para recuperar la dignidad usurpada, también para mirar hacia el horizonte, porque es ahí donde se han quedado las razones que nos llevaron a elegir nuestra profesión. Ahí está la declaración de Alma Ata para recuperar nuestra profanada Atención Primaria, el trabajo en equipo tan necesario, está la recuperación de las ratios asumibles por profesional y están la dignidad y humanidad necesarias para nuestro desempeño. Que nuestra actitud no sea la reacción a los cambios que nos conducen al deterioro, sino la exigencia de lo que deberíamos tener.

Entiendo la dificultad de trabajar en estas condiciones, sin aparcar la conciencia. Es más sencillo ponerse una venda en los ojos, dedicarse a la tarea y no querer ver lo que está sucediendo alrededor, sin plantearse las consecuencias en el futuro de nuestro sistema sanitario público.

Dejemos la queja bañada de impotencia y empecemos a informar a la ciudadanía de lo que sucede dentro de nuestras instituciones. Solo nosotros podemos dar esa información, y no compartirla nos hace cómplices necesarios del deterioro del sistema sanitario.

Informar sobre las plazas vacantes y la reorganización caótica en Atención Primaria, el déficit de plantillas en todas las categorías, el cierre de camas en hospitales, el aumento de listas hospitalarias, el cierre de los servicios de urgencia de nuestros barrios con traslado forzoso de sus trabajadores, las UVI móviles de emergencia vital sin médico… Tenemos mil razones para exigir unas condiciones mínimas de dignidad en nuestro trabajo, y ello conllevaría una atención digna a nuestros pacientes.

La falta de información da más peso a las falsas y humillantes declaraciones de la presidenta de la Comunidad, enfrentándonos a la ciudadanía. Estamos siendo maltratados, todos y todas, desde hace tiempo y en todos los niveles asistenciales. No nos permiten trabajar en condiciones, somos conscientes de la imposibilidad de dar una atención adecuada, y aun así la responsabilidad recae sobre nosotros. ¿Qué nos impide devolver esa responsabilidad a los auténticos responsables, poniendo en evidencia lo que es evidente?

O perdemos el miedo, nos unimos y difundimos nuestra realidad; o iremos perdiendo, individualmente, la escasa esperanza y dignidad que aún nos pueda quedar.


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