Trabajadoras sociosanitarias denuncian chantaje para que levanten sus protestas

Carmen Diego Tárano, secretaria de la Plataforma Unitaria de Sociosanitarias en Domicilio, en diálogo con A voces de Caramanchel, y ante las protestas que este colectivo lleva a cabo desde el primero de noviembre, denunció que en su última reunión, funcionarios del Ministerio del Trabajo las chantajearon al exigirles que levantaran su campamento de protesta para iniciar conversaciones, a lo cual, el colectivo respondió con un rotundo no, y dijeron que su cometido lo llevaran hasta las últimas consecuencias y no levantaran su movilización hasta que sus solicitudes de aplicación eficaz y efectiva de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, reducción del epígrafe de la edad de jubilación y la reinternacionalización del servicio de ayuda a domicilio sean escuchadas.

Este colectivo, del cual hacen parte muchas vecinas de Carabanchel, marchó el domingo pasado por las calles de Madrid y mantiene un campamento permanente, día y noche, frente a las instalaciones del ministerio del Trabajo en Madrid.

La Unión Sociosanitaria viene denunciando desde hace mucho tiempo su precariedad laboral y, sobre todo, la desprotección de riesgos laborales, pues el gobierno les aplica en artículo 18 de la Constitución, el que habla de que los domicilios son inviolables y no pueden verificar las condiciones de riesgo laboral que puedan existir y, por tanto, se deja de aplicar otro, de la misma Constitución Española, el que habla de la seguridad e integridad de las personas.

Carmen Diego denunció que su sector sufre un alto grado de precariedad laboral, problema que se agravan al unirse la falta de protección frente a contagios como La Covi – 19 y otras enfermedades que pueden adquirir dentro de los hogares y sus horarios de trabajo. Denunció también los riesgos biológicos, como las torceduras e incluso fractura de huesos, al estar solas en su labor de cuidado de enfermos graves.

A esto hay que sumarle los riesgos psicológicos, la soledad, el estrés, la depresión y hasta infartos, dando como resultado un estado de precariedad vital que no se compadece en estos tiempos. Por tanto, las movilizaciones y las demandas continuarán sin pausa, dijo Carmen Diego Támaro.