La banca y la gente una lucha desigual

Una sentencia ejemplar del tribunal supremo
Temis la diosa de la justicia y el tribunal supremo


Ya  sabemos  al cierre de esta edición que los bancos no se van a tener que rascar los bolsillos o, y se resolvio como siempre, ya que nos toca a los sufridos ciudadanos, que siempre somos los paganinis de los platos rotos.

Hubiera sido algo insólito que por una vez la todopoderosa banca, con el ojo que todo lo puede y todo lo ve, tuviera que apoquinar, cosa que los que sufrimos la escasez diaria ciertamente hubiermos  podríamos celebrar.

La lucha y el debate fueron grandes, pues, por lo que opinan los entendidos, desde el punto de vista del derecho está claro hacia donde se hubiera tenido que decantar: del lado de los más débiles. Pero este gigante parece que cuenta con apoyos arraigados en todos los estamentos, y ya desde largo en la historia.

Una sentencia envenenada


Hubiera sido una fiesta y celebración el saberse ganador de este duelo desigual. Una cosa es cierta: el desprestigio del Tribunal Supremo ya no tiene arreglo. Aventurándonos a hacer de jueces, si hubiera ganado la gente y perdido el banco hubiera ganado un poco de credibilidad el Tribunal Supremo. Como no ha sido así, la descomposición y el olor putrefacto va a ser insoportables, pues el circo y el espectáculo dados hasta ahora están rodeados de sospechas de falta de juicio y justicia.

Temis la diosa  de la justicia


Temis, la diosa de la justicia, se representa con los ojos vendados portando en una mano la espada y en la otra la balanza. Los ojos vendados significan que la justicia no entiende de rangos poderosos, riquezas o intereses particulares.

Y en la Edad de Hierro tantas eran la injusticia, la ignominia y los crímenes que poblaban la Tierra que Temis tuvo que irse a los cielos a esperar a impartir la justicia en mejores momentos. Este mito muy antiguo parece  actual. La mitología es sabia.


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