La red ciclista se complace en anunciar que, desde hace 20 años, el PAU de Carabanchel Alto cuenta con una red integral de aceras bici. Una gran área urbana, donde la coexistencia entre peatones y ciclistas se ha dado desde los orígenes de este ensanche.
Pero la situación vivida es tozuda y se empeña en demostrar las verdades de la periferia sur de Madrid, y este tema no iba a ser una excepción. La realidad es que, desde hace tres lustros, la vecindad ha informado de su progresivo deterioro, que parecía haber empezado desde el primer momento del uso de estas calles.
A lo largo de este período, vecinos particulares, asociaciones y hasta partidos políticos se han hecho eco de esta reclamación, tratada hasta en el pleno de la Junta. Incluso, ante la empecinada negativa de ésta, se han presentado informes técnicos. Documentos que explican lo ruinoso del estado de las aceras bici, con grave riesgo para las personas que lo usen. Este informe, presentado en al menos un par de ocasiones, puede verse en: https://carabanchelalto.org/informes
Hace tres años, con el cambio de grupo político en el Ayuntamiento, se presentó el proyecto participativo 2.624, en el que se solicitaba el arreglo. El proyecto y la inversión económica fueron aprobadas, esta última en 2019.
Y llegamos al presente año, en el que el consistorio, de nuevo del PP, decide anular este proyecto participativo, argumentando que “se ha constatado que se desarrolla en itinerarios no incluidos en el vigente Plan Director de Movilidad Ciclista o bien plantea un inadecuado reparto modal del espacio en determinados viarios esenciales para la movilidad en la ciudad”. Según se verifica, en el vigente plan parece constar esta zona.
En definitiva, el Ayuntamiento presume de kilómetros y kilómetros de recorrido ciclista, incluyendo los del PAU y, a la vez y según se desprende de su argumentación, este barrio y sus aceras bici ya no entran en sus planes para la movilidad ciclista. Por lo tanto, abandonan a su suerte y estado nuestras calles. Quizás estén esperando que la calzada siga degradándose hasta convertirse en jardineras improvisadas.
El mes pasado hemos presentado la alegación contra la cancelación del proyecto participativo y su inversión. Y mientras tanto, el barrio debe seguir conviviendo con ocho kilómetros de acera bici inutilizada y hasta peligrosa. Desde luego, las reparaciones (casi integrales) han tenido tiempo de hacerse. Pero Carabanchel Alto queda lejos.
