Afnan Abdelkader, médico en el Hospital Gómez Ulla de origen gazatí, nos da su testimonio de la situación en Palestina en esta entrevista
Afnan Abdelkader es médico en el Hospital Gómez Ulla y tiene origen palestino. Nació en Gaza, en la ciudad de Jan Yunis, como ella misma me explica: “Nací en el hospital Nasser, bombardeado varias veces en este genocidio. Recuerdo que el primer bombardeo al hospital fue a la planta materno-infantil, justo donde nací yo. Ésa fue la primera unidad que bombardearon… Y no es casual, es un genocidio”. Mujer comprometida y valiente, considera importante dar testimonio de la situación que sufre su pueblo, y así lo hace con voz serena y mirada clara en la entrevista que sigue.
¿Cómo terminaste en Madrid?
Mis padres ya vivían aquí, pero quisieron que yo naciera en mi ciudad, en Jan Yunis. Así que nací allí y luego me trajeron a España con dos meses. Pero iba regularmente de pequeña a ver a mis abuelos, y he vivido allí a temporadas.
¿Cómo es tu perspectiva, viviendo entre Madrid y Gaza, del conflicto que sufre tu pueblo en Palestina desde mucho antes del 7 de octubre de 2023?
Yo en primer lugar no lo llamaría “conflicto”. Lo llamo como lo que es: una colonización y limpieza étnica brutal, un robo masivo, un intento de reemplazar la población nativa por población colona judía de otros países para conseguir una mayoría judía en la Palestina histórica de forma invariable. Lo que se ha intentado es acabar con los palestinos en la tierra de Palestina para limpiarla étnicamente y traerse judíos de diferentes países del mundo. No es una guerra, es un genocidio y una limpieza étnica. En Palestina hay una población nativa que lleva miles de años viviendo allí, es uno de los pueblos más antiguos, con continuidad en la misma tierra desde hace seis mil años, y a esa población se la está arrancando de su tierra a sangre y fuego porque unos colonos extranjeros la codician. Y quieren asentarse ahí robando todo, como ya hicieron en 1948.
Entonces, ¿cómo es vivir allí y aquí? Para mí era lo normal, porque yo allí tenía a mis abuelos, a mis primos, a mis tíos y es donde nací. Pero allí obviamente las cosas tenían sus normas, unas normas diferentes a las de aquí. Cuando estaba en Palestina, estábamos bajo ocupación: había toques de queda, y todos los días mataban a alguien en la Franja de Gaza, en Jan Yunis. Luego, llegar a la Franja era un suplicio… Llegábamos por el aeropuerto de Tel Aviv, nos apuntaban con sus fusiles de asalto a una familia con niños, el maltrato, la humillación... Era tremendo. Los insultos… Te trababan mal y te decían que eso te pasaba por haber venido, y yo estaba viniendo al lugar donde había nacido…
Aparte, lo que digo: la brutalidad... El secuestro y el asesinato de jóvenes y mayores, la violencia de los colonos… La gente cree que al Ejército israelí ahora le ha dado por matar niños, pero no es así: siempre han tenido como objetivo el asesinato de los niños. Los niños en Palestina no son daños colaterales, son objetivos militares de primer orden. Y cuando tú eres niño en Palestina, lo sabes. Ahora mismo, muchos niños de los que han asesinado en Gaza habían escrito su despedida, porque los niños saben en Palestina que son objetivos y que van a por ellos.
El asesinato de palestinos ha sido siempre constante. Por ejemplo enterrándolos vivos, como en la primera Intifada, que enterraban a los chavales en la playa. Eso lo vio mi abuela en vivo y en directo, con más gente de Gaza: cómo los soldados cogían a los chavales y los enterraban vivos como castigo ejemplarizante por escribir unas pintadas de “Palestina libre” o “Libertad para Palestina”, porque estaba prohibido hacerlas. Yo también recuerdo de pequeña allí, en Jan Yunis, cuando asesinaron al hijo de una vecina por lo mismo.
¿Cómo has vivido lo ocurrido desde el 7 de octubre de hace dos años?
Como una pesadilla. Es como si te estuvieran borrando tu memoria… Como cantan ellos: “Quemaremos sus aldeas. Borraremos su memoria”. No me gusta centrarme en mí porque soy una persona privilegiada que vive aquí, que no estoy bajo genocidio, pero te puedo decir que lo de “borraremos su memoria” se refiere, por ejemplo, a las casas de mis abuelos paternos y maternos que tanto esfuerzo les costó construir después de que les habían robado todo y expulsado con lo puesto de sus tierras en 1948.
Tus abuelos eran refugiados en Gaza…
De mis cuatro abuelos, tres no son originarios de Gaza. Son de lo que ahora llaman “Israel”, que son territorios palestinos robados. Mi abuela tenía una casa frente al mar en Jaffa, que ahora es parte de lo que llaman “Tel Aviv”, y mis abuelos paternos eran de Beerseba. En el ‘48 les quitaron sus tierras, robaron sus casas, su dinero... Todo lo que tenían de valor, se lo robaron. Se fueron caminando después de ver cómo habían matado a sus familiares y a sus vecinos. Así que mis abuelos llegaron hasta Gaza a pie, y allí vivieron, murieron y están enterrados. Ahora el Ejército israelí ha profanado los cementerios, pues saben lo importante que es eso para los palestinos, han destruido sus casas que tanto esfuerzo les costó construir y han asesinado a sus hijos y sus nietos. Cuando llegaron a Gaza, pensaron que ahora que les habían robado todo y habían cogido lo que querían ya les dejarían en paz, pero es que nunca les dejaron en paz. Han vivido bajo ocupación, bajo el terror israelí, bajo un régimen criminal y terrorista toda su vida. Y ahora han ido a por sus hijos y a por sus nietos. Entonces tengo un duelo constante por la pérdida de seres queridos, de familiares… incluso uno siente que se pierden sus raíces. Pero yo no quiero hablar de mí, lo que quiero es hablar de la gente que está bajo un genocidio, que está en un infierno. Están bajo el terrorismo del régimen más sádico de la faz de la tierra. Y, como digo, los palestinos el único crimen que han cometido es ser palestinos y estar en su tierra. Una tierra que quieren los colonos extranjeros.
¿Cómo valoras este “plan de paz” del presidente norteamericano Donald Trump?
Yo me quedo con lo que ha dicho Olga Rodríguez: que esto es la segunda fase del genocidio. No va a existir paz nunca mientras exista el régimen sionista. No ha habido ni un día de paz desde su creación, porque no pueden vivir sin matar; sin asesinar palestinos, libaneses, sirios… El “plan de paz”, entre comillas, no es un plan de paz, es un plan de limpieza étnica y genocidio. Lo primero que habría que hacer es desmantelar el régimen colono israelí, llevar ante la justicia a todos los criminales de guerra y que los palestinos puedan decidir su futuro en su tierra, que están en su tierra. Y después, igualdad de derechos para toda la población: un ciudadano, un voto; y todos iguales en derechos. Ten en cuenta que si se establece la igualdad de derechos desaparece el régimen israelí, porque está basado precisamente en lo contrario. De hecho, si tú quieres fundar un partido político dentro del régimen israelí que promueva la igualdad de derechos, será inmediatamente ilegalizado por los tribunales israelíes.
Es evidente que no puede haber paz de la mano de un criminal de guerra, pero es que además el genocidio no es solamente un problema del Gobierno israelí, sino de toda la sociedad israelí. No solo son los políticos, sino que detrás hay una sociedad que lo apoya. Así lo indican las encuestas, que demuestran un apoyo aplastante de la ciudadanía israelí a lo que su Ejército está haciendo. Y así se ve en los medios de comunicación israelíes: en los periódicos y en los programas de máxima audiencia. Es toda una cultura basada en el genocidio y la limpieza étnica. Es que Israel es consustancial a limpieza étnica y genocidio; sin ello no puede existir. Entonces, decir Israel y paz en la misma frase es un oxímoron, no puede ser.
Otro de los tópicos occidentales sobre la situación en Palestina es que se trata de un problema religioso… ¿A ti qué te parece?
Esto no es un problema religioso, y nunca lo fue. En Palestina han vivido musulmanes, cristianos, judíos palestinos, drusos, samaritanos… Esto es lo que había en Palestina, y vivían en paz. Pero lo que pretende el régimen israelí es que esto parezca una guerra religiosa entre judíos y musulmanes, y por eso desde el ‘48 hasta ahora han conseguido que muchos palestinos cristianos se fueran. Por eso en el 2009, cuando bombardearon Gaza, se ensañaron con las casas de los cristianos en la Franja, y a raíz de ello muchos se marcharon. Les incomoda que haya palestinos cristianos porque contradice la narrativa israelí, y por eso hacen todo lo posible por expulsarles. Porque, como digo, la sociedad palestina es una sociedad diversa.
¿Qué te parece la solución de los dos Estados?
Que es una pantomima para que Israel siga cometiendo genocidio y limpieza étnica como ha hecho en las últimas ocho décadas. Es además un engaño para que la gente se crea que realmente hay dos Estados allí y así disimular el apartheid y la dictadura que realmente es Israel, aunque lo quieran disfrazar de democracia. Porque es que de facto solo hay un Estado, el israelí, y controla la vida de toda la gente que hay desde el río hasta el mar. Toda la tierra de la Palestina histórica, lo que llaman “Israel” y lo que llaman “territorios palestinos ocupados”, todo eso lo controla Israel. Pero hay cinco millones y medio de personas que no pueden votar. No tienen derecho a voto, y no tienen ni derechos civiles: están bajo la ley marcial y militar. Los tienen encerrados en guetos, sin ningún derecho y de por vida. Y no solo eso: además se les secuestra, se les tortura y se les mata. Ante los ojos del mundo Israel está cometiendo un holocausto. Un holocausto en el que se ha quemado a niños vivos en directo. Y los países europeos, Estados Unidos y otros muchos tienen plenas relaciones con el régimen más criminal y más terrorista de la faz de la tierra, y no han aplicado ni una sola sanción real. Entonces así no puede haber paz.
La solución de dos Estados es una pantomima para que la opinión pública occidental piense que hay una solución alternativa a la desarticulación de un régimen criminal y terrorista, pero es que realmente no la hay: el régimen terrorista israelí no puede convivir con nadie. Y además no hay un Estado palestino: Gaza es un territorio ocupado desde 1967 por Israel, que decide quién entra y quién sale, quién vive y quién muere. Los palestinos tienen derecho a resistir y rebelarse, y tienen derecho a volver a sus tierras más allá de la valla de Gaza, en la que Israel los ha encerrado durante décadas.
Desde aquí, ¿qué podemos hacer?
Se puede hacer muchísimo. Quieren hacernos creer que no sirve de nada lo que hagamos, pero tenemos poder. Tenemos el poder del voto, y también tenemos formas de presionar: movilizaciones, boicot a los productos israelíes, deportivo, cultural... Hay muchísimas formas de ayudar, y aunque nos quieran convencer de lo contrario, sirven, y mucho.
¿Qué futuro imaginas para Palestina?
Palestina será libre, de esto no tengo duda. Imagino una Palestina habitada por su pueblo, en la que todas las personas tienen los mismos derechos independientemente de su religión o raza, una Palestina que prospera y florece, donde todas las religiones conviven en paz, como ocurría antes del sionismo.



