El jueves 30 de septiembre, los y las vecinas de cuatro los centros de salud del distrito de Carabanchel se movilizaron para reclamar más profesionales y recursos y denunciar el desmantelamiento por parte de la comunidad autónoma de la sanidad pública. De este modo, tuvieron lugar de forma coordinada dos protestas que partieron de distintos puntos del Distrito: a las 19:00, convocada por la Asociación de Vecinos de Carabanchel Alto, arrancaba desde el C.S. Guayaba una manifestación que logró reunir a unas 250 personas en su recorrido hasta el C.S. Carabanchel Alto; y paralelamente, convocada por la Asamblea Popular de Carabanchel, arrancaba a la misma hora la ya emblemática marcha desde el C.S. Abrantes juntando a unos dos centenares de personas, a las que se sumaron otras 40 aproximadamente que les esperaban al final del recorrido, frente al C.S. Puerta Bonita, donde se unieron en concentración.
Y es que, sumado al hartazgo vecinal por una situación que viene de largo, este verano ha sido un completo desastre en la gestión de la Atención Primaria en Carabanchel y en el conjunto de Madrid. Basta con citar los casos del C.S. Puerta Bonita, con 16.000 vecinas asignadas, donde a finales de junio colgaron un cartel anunciando que en julio, agosto y septiembre, por falta de personal, solo atenderían “urgencias y casos de COVID”; o el del C.S. Carabanchel Alto, que ha pasado este verano de tener 11 médicos y médicas de familia a 4 para un área de 20.000 personas.
En el C.S. Abrantes, la semana anterior a la manifestación el número de médicos se ha mantenido en torno (su número puede variar según los días) a 4 por la mañana y 4 por la tarde. Si la falta de personal y recursos no se ha agravado más ha sido porque la constancia de las movilizaciones del barrio ha obligado a la Administración madrileña a no abandonar por completo este centro de salud.
Hay que resaltar que el 10 de septiembre hizo un año desde que en la puerta del Centro de Salud Abrantes apareció un cartel indicando “No hay médicos ni de mañana ni de tarde”. Desde entonces, salvo un breve parón durante la Navidad y después en pleno verano, cada jueves cientos de vecinos y vecinas nos hemos movilizado ante el centro de Atención Primaria para exigir que éste no se cerrara y en defensa de una sanidad pública. Y aunque el ambulatorio ha recuperado algunos facultativos y facultativas (insistimos, su número varía cada día), el C.S. Abrantes, que atiende un área con una población de 30.000 personas, está en una situación muy difícil: le han quitado más de un tercio de los 16 profesionales médicos que tenía en febrero de 2020, al inicio de la pandemia.
Estas manifestaciones no solo se realizan contra el desmantelamiento de los centros de salud: también exigen que se respete nuestro derecho y acceso a una sanidad pública, gratuita y universal. Y eso afecta a todos los niveles del sistema público de salud, y con ello a muy diferentes sectores sociales.
Ante la voladura deliberada por parte de la Administración regional de la sanidad pública, los vecinos reclaman que se aumente el personal sanitario y la inversión tanto en la Atención Primaria, pilar fundamental en la prevención de enfermedades, como en el conjunto de nuestra sanidad pública.
Luchemos por una sanidad pública, universal y de calidad, no solo para el barrio, sino para toda la Comunidad de Madrid. ¡Por ti, por el barrio!
