LA CITA DE LAS OCHO DE LA TARDE EL APLAUSO QUE UNE A LA GENTE AL FINAL DEL DÍA

Cada día, como ocurre desde que empezó el confinamiento el pasado mes de marzo las ciudades  de toda España tienen una cita ineludible a las 20:00 horas de la tarde; los balcones y ventanas se llenan de gentes sin distinción alguna y un sonoro aplauso rompe la monotonía del aislamiento. Cientos, miles de gentes hacen un ademan tan normal como la vida misma, aplauden, celebran, animan, y se llenan de vida. Por unos momentos el aislamiento adquiere una razón de ser, es como si en pocos minutos esta parte de la humanidad, que tarda en salir en cada uno de nosotros se rebelara y explotara expresándose en una ovación que traspasa fronteras. La simplicidad del acuerdo común y total.

Pero cuando la tarde noche se va instalando, las gentes se van acercando a los balcones y las ventanas acudiendo puntualmente a la cita. El reloj marca la hora signada y el aplauso señala el inicio del rito. Es un momento tan especial, es el lugar adecuado para que todos los sentimientos afloren  y las lagrimas  rueden por sus rostros, un desahogo ante tanto dolor, pesadumbre y también compromiso, solidaridad e impotencia. La pandemia deja huellas, unas tan dolorosas como la de haber perdido un hermano, un padre, un abuelo, el aplauso solo pone el dedo en la llaga  y al recordar duele, duele mucho.

Pero los balcones y las ventanas seguro que estarán ahí mucho después de que pase la emergencia sanitaria. Por eso cuando celebramos la muerte también celebramos la vida  pero con alegría reflejándose  en la proliferación de gritos en medio del estridente aplauso, “bravo” o “viva”, bocinazos y cacerolazos se confunden logrando una conjunción de sonidos. Un aplauso que resuena y es como un grito dedicado para todos aquellos que están en la primera línea de combate contra el COVID-19.

Se aplaude, a todos, sin olvidar a nadie y con este acto se reconoce el trabajo de todos los profesionales sanitarios, médicos y enfermeras que atienden estos días en hospitales y en domicilios a los afectados del coronavirus enviando un mensaje alto y claro “estamos aquí con vosotros, no los olvidamos”, y con este multitudinario aplauso les expresamos nuestra “inmensa gratitud” por su sacrificio, porque son la fuerza, son la primera línea en defensa de la vida.

Las ovaciones se repiten día tras día, y con éxito  y  la respuesta no se ha dejado esperar, en las puertas de los hospitales los profesionales de la salud y de los servicios de emergencia han querido devolver el agradecimiento con aplausos recíprocos y con mensajes de agradecimiento en las redes sociales con un mensaje a las miles de gentes que salen todos los días a los balcones y ventanas “no nos derrotaran”, “su aplauso nos refuerza”, “juntos venceremos al Coronavirus.

Hasta mañana, a la misma hora, en el mismo lugar, una cita ineludible que solo acabara cuando millones de gentes recuperen la normalidad, sus rutinas y sus problemas comunes, sea entonces, que es un día menos en esta lucha que ya se está haciendo demasiado larga, pero aun así seguiremos: Nos quedaremos en casa.

 


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