La Asociación de Mujeres de Carabanchel Alto se reúne con el Banco de España

Queremos que vosotras, vecinas y vecinos, conozcáis las gestiones que estamos llevando a cabo referentes al trato y abandono que estamos sufriendo por la banca en general. El hecho de que seamos mayores, las nuevas formas de hacer cualquier gestión y la imposibilidad de poder estar atendidas con algo más de tranquilidad con las diferentes entidades nos bloquea nuestra propia autonomía.

Por ello, y después de intentar contactar con la “atención al cliente” de los bancos para salvar esta cuestión y sin tener respuesta, decidimos escribir al gobernador del Banco de España, que es la jerarquía y entidad que nos podía informar mejor de nuestras posibilidades reales. Muy amablemente fuimos recibidas el pasado 6 de marzo por el director de Conducta Financiera y Billetes, junto con un miembro del Gabinete del Gobernador, y se nos informó de las perspectivas del futuro inmediato que tenemos.
La necesidad de adaptación de la banca española al mismo nivel que Europa por un lado y las posibilidades que les ofrecen las nuevas tecnologías por otro es lo que está produciendo uno de los cambios que estamos viviendo. Es una adaptación a las nuevas maneras de trabajar para las que todas y todos estamos obligadas. Una de las consecuencias es la reducción de las oficinas, y con ello el personal a nuestro servicio. Se les planteó la posibilidad de poner a nuestra disposición algún apoyo, gestora, asesora o como se quiera llamar. Incluso la posibilidad de utilizar centros públicos como los de la tercera edad, culturales o unidades móviles, porque los pueblos pequeños también tienen estos problemas.

Se nos informó de que se están gestionando fórmulas público-privadas para hacer más fácil nuestro acceso a los servicios bancarios a través de “puntos” que se ubicarían en centros comerciales. Tomaron nota de la propuesta del gestor y de los puntos en centros de mayores como una posibilidad a tener en cuenta. Vieron que además lo que está desarrollándose para los pueblos pequeños podrían ampliarlo a núcleos urbanos con parecidas características y que estudiarían los casos.

Por supuesto consideran las tarjetas de crédito-débito como una herramienta muy fácil de usar porque ya están muy popularizadas. Les indicamos que hoy por hoy aún vemos la necesidad de tener el dinero físico a nuestra disposición, como ha sido hasta ahora.

Frente a que tengan en cuenta la sensación de pérdida de control sobre nuestras propias cuentas, consideran que el teléfono móvil es una herramienta muy útil y fácil de manejar, ya que todo el mundo dispone de uno, y con él es posible hacer todas las gestiones que se necesitan, desde consultas de movimientos hasta del estado de las cuentas, etc. Son conscientes también de que hay un gran rango de población que necesita apoyo para salvar la brecha digital. Tienen previsto realizar cursos financieros (administración de recursos y  capital) para ayudar en estas situaciones.

Les hacemos saber que además de la brecha digital también se sufren las barreras de acceso no solo a las oficinas, sino a los propios cajeros, por una población en sillas de ruedas. Esos cajeros que están en la propia calle y que para buena parte de la población es un riesgo añadido su uso. 

También les indicamos que cuando nos ofrecen posibilidades de algún producto y se quiere aceptar, el cliente se encuentra sin posibilidades de estudiárselo detenidamente en su casa:

  • No le entregan el documento para hacerlo con serenidad. Esto provoca una gran desconfianza con el banco.
  • Si te merece confianza la propuesta para firmar, en principio ni ves las letras de lo pequeñas que son.
  • La mayor parte de las veces, en lo que te dan a firmar no se entiende lo que quieren decir con tanta “jerga”.
  • Con los certificados de idoneidad también ocurre, que no se entienden ni a la quinta vez que se lean ni siquiera por el propio gestor de la oficina.

Tomaron buena nota de este tema, pues como supervisores nos confirman que sí pueden  solucionarlo, dado que entra dentro de su cometido. Los demás puntos nos aclaran que son negociaciones, dado que los bancos son empresas privadas y vivimos en una sociedad de libre mercado.

Les hicimos saber que nunca la banca ha pedido nuestra opinión sobre cómo hacer nuestros pagos y demás gestiones, siempre hemos acatado las fórmulas que iban exigiendo en su funcionamiento, y vemos cada vez con más disgusto que la fórmula de consentimiento aquí no funciona: hay imposiciones o “váyase a otro banco”, como en alguna de estas entidades se ha contestado a una de nuestras vecinas.

Nos aconsejan ponernos en contacto con otras entidades ciudadanas, cuestión que tenemos en cuenta para establecer alianzas con ellas. De la misma manera que los bancos se han unido en diversas organizaciones para defender sus intereses (CECA, AEB…), nuestra asociación estamos dando los pasos necesarios para unirnos a la Plataforma de Mayores y Pensionistas para poder defender los nuestros.

mujeresporlapaz.calto@gmail.com


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