APQT

Nuestra asociación nació con el propósito de proporcionar apoyo e información a las personas que sufren esta enfermedad y a los familiares que les rodean y que igualmente la sufren. Nuestro esfuerzo está orientado a:
— Reclamar la creación de centros médicos especializados en el tratamiento de los quistes de Tarlov, que sirvan de referencia en cada una de las comunidades autónomas.
— Promover el conocimiento y la comprensión de esta enfermedad, tanto en la comunidad médica como en la sociedad en general, y lograr la concienciación de las múltiples discapacidades que se derivan de la misma. En muchas ocasiones, la incomprensión que sufrimos por parte de algunos médicos y/o del entorno familiar produce más sufrimiento que la propia enfermedad.
— Conseguir el desarrollo de proyectos de investigación de nuestra enfermedad que favorezcan el hallazgo de medios que mejoren nuestra calidad de vida.
— Agrupar a todas las personas de nuestro país afectadas por esta enfermedad, hacer fuerza y luchar por una mejora física, psíquica y social.
— Establecer relaciones con otras asociaciones internacionales para favorecer la difusión de los últimos avances.
¿Qué son los quistes de Tarlov?
Los quistes de Tarlov son pequeñas masas que se forman a expensas de las dos capas más internas de las meninges, la duramadre y el aracnoides. Contienen líquido cefalorraquídeo, presentando un pedículo a través del cual se comunican con el espacio subaracnoideo espinal. Están localizados principalmente alrededor de los nervios de la zona sacra y lumbar o en el área coccígea, aunque pueden encontrarse en cualquier sección de la columna vertebral.
Estos quistes fueron descritos por primera vez por Isadore Tarlov en 1938, y suelen diagnosticarse de manera ocasional en el transcurso de una resonancia magnética. Aunque tradicionalmente han sido tratados como asintomáticos, se estima que en torno a un 10% de los casos presentan síntomas que afectan a la calidad de vida de los pacientes. Las manifestaciones clínicas dependen de la raíz nerviosa que queda comprimida por el quiste. Los pacientes pueden presentar uno o varios de estos síntomas: dolor en los glúteos, que se agrava al sentarse; dolor en las piernas, muslos, caderas y pelvis; debilidad en las piernas; disestesias (trastornos en la sensibilidad, ardor, quemazón, hormigueo); parestesias o pérdida de sensibilidad; disfunción intestinal, vejiga y sexual; ocasionalmente dolor de cabeza por alteración de la presión del líquido; alteraciones del sueño como consecuencia del dolor incontrolado; o que estar sentado, permanecer de pie, caminar o inclinarse se traduce en dolor, teniendo que acostarse sobre un costado para aliviarlo.
Cuando una persona tiene alguno de los síntomas descritos junto a un quiste de Tarlov, necesitará la evaluación de un especialista para determinar si el dolor procede del quiste o tiene otra causa. La especialidad encargada del seguimiento y tratamiento quirúrgico de estos quistes es la neurocirugía. Pero la cirugía ha demostrado ser ineficaz a largo plazo, de forma que la terapia del dolor puede ofrecer la única alternativa no quirúrgica.
Las Unidades del Dolor son las encargadas de pautar la medicación y/o tratamientos paliativos adecuados a cada paciente. El dolor causado por los quistes de Tarlov es resistente a los analgésicos convencionales y AINE’s, con lo que en la mayoría de los casos existe la necesidad de tratamiento crónico con analgésicos mayores, opiáceos y relajantes musculares. Los pacientes con síntomas progresivos y prolongados pueden experimentar daños neurológicos si los quistes siguen presionando las estructuras nerviosas.
RECUADRO
Contacto y más información
Correo-e: consultas@quistesdetarlov.es
Web: www.quistesdetarlov.es
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Entidad colaboradora fundación pelayo

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