
Medea. La Danza De Las Luciérnagas
MEDEA. LA DANZA DE LAS LUCIÉRNAGAS
Medea, la mujer, la extranjera en tierra griega. Medea, la hechicera, la maga.
Si existe un mito grecolatino protagonizado por una mujer (una heroína) que peor ha sido tratado por la tradición y la historia, ese ha sido el de Medea.
Su historia mítica fue tema de debate en la antigüedad. Después, ha llegado a desvirtuarse tanto, a sumársele tantos estigmas que el Cristianismo y el patriarcado han creado para ella, que ha acabado convirtiéndose en una especie de monstruo, una suerte de Gorgona maléfica sinónimo de esa mujer que, loca de celos, acaba con la vida de sus hijos para herir a su marido.
Y en esta simplicidad... ¡que lejos ha quedado el personaje femenino!
La mitología está plagada de héroes (varones) que matan a sus hijos, que los utilizan para sus propios intereses... pero han continuado siendo glorificados y recordados: han continuado siendo Héroes. Estos “episodios” se han suavizado o se han pasado de puntillas.
El mundo patriarcal, sin embargo, no fue, ni ha sido, tan benevolente con las mujeres de su imaginería tradicional.
Es por ello necesaria, en un momento en el que la lucha feminista se abre a múltiples y diversas disciplinas, una relectura del mito y del personaje: sin prejuicios, con mirada profunda, dando voz al personaje y no al poeta (varón) que escribió sobre su historia.
Medea. La Danza de las Luciérnagas es un proyecto intimista y, a la vez, generalista: es un proyecto con grandes expectativas y grandes retos, que crece como un ser libre que parece, en ocasiones, tomar sus propias decisiones según va creciendo.
Hoy ella toma la palabra y el espacio porque...
Medea queda y en ella veis al viento, al mar, al inmenso Urano y a la extensa Tierra; el hierro de una espada, la llama de una vela inextinguible... En ella estáis viendo a una mujer (…) que eso os baste
Alexandra López

