La Historia de Yuan y Shui

 La historia de Yuan y Shui
‘Yuan y Shui son mis grandes amigos. Es curioso, porque solo tienen siete años’
@SONIAFREELANCE
Sin t+¡tulo-2 (Copiar)Carabanchel, en lo que respecta a la población extranjera, es el distrito de Madrid con más personas inmigrantes empadronadas. El barrio con mayor porcentaje de extranjeros respecto de la población total del distrito es Vista Alegre, donde este colectivo representa el 25,8%. Muchos de nosotros los vemos y nada más, sin darnos cuenta de lo difícil que es su integración.
“Recuerdo a Yuan cuando aún era más niño. No le saludaba, sabía que estaba ahí, pululando con su bicicleta naranja por el barrio, nunca le presté mucha atención. Me hacía gracia verle pedaleando calle arriba y calle abajo mientras saludaba a todos los vecinos, pero nada más. No era como cualquier otro niño del barrio: era chino, y por lo tanto invisible.
En cambio a Shui no la conocía. Es curioso que fuese así, ya que mi abuelo siempre iba a la tienda de sus padres a comprar el pan.
No sabía ni dónde estaba la tienda de alimentación que la daba de comer, que la pagaba los estudios, que la permitía vivir… pero al cabo de los meses me enteré de que se encontraba a menos de un minuto de mi casa.”
Carabanchel cuenta con asociaciones y servicios que ayudan a la integración de personas extranjeras. Algunas de ellas: clases y talleres de español para extranjeros, Oficina Municipal de Información y Orientación para la Integración de la Población Inmigrante y Servicio de Atención Jurídica en Materia de Racismo.
“La primera vez que hablé con ellos no fue por iniciativa propia, debo reconocerlo, aunque me duela.
Nos presentó Jorge, un buen hombre que les ayudaba y de hecho les ayuda hoy en día con los deberes.
Entré en el taller y allí los vi, recogiendo sus cosas para irse a casa. Me acerqué a saludarles, y a los cinco minutos me empezaron a tratar como si me conociesen de toda la vida.
Nunca me había parado a pensar en el día a día de un niño chino. Nunca me había planteado lo difícil que es para ellos estudiar. Cuando yo era pequeña (incluso ahora) mis padres se sentaban conmigo y me tomaban la lección. Pero, ¿cómo van a tomar la lección a sus hijos unos padres que no saben hablar español?
¿Cómo resuelven sus dudas a la hora de hacer los deberes? Nunca lo había pensado, pero ahora lo sé. No pueden hacerlo.
¡Qué horror! ¿Verdad? Por suerte existen los Jorges, que como ya he dicho antes ayudan a estos niños con los deberes. ¿“Por suerte”? Que hipócrita suena eso. Supuestamente todos los niños tienen derecho a la educación. ¿Cómo puedo decir “por suerte”? No debería ser un privilegio, debería ser un derecho… Pero por desgracia no lo es.”
Hay que tener en cuenta que la dificultad de estas personas no solo reside en el habla, sino también en la escritura. Donde nosotros leemos “?”, ellos leen “perro”, y viceversa.
“Me gusta quedarme con ellos y ayudarles cuando puedo. A veces me sorprende la dificultad de sus tareas. Sumar y restar es fácil, pero la asignatura de Lengua en ocasiones es complicada.”
Desde muy pequeños, estos niños sufren bullying racista (o xenófobo) en la escuela y en su propio barrio. Un niño sufre bullying racista (o xenófobo) cuando es agredido por otro niños que recurren a motivos raciales como el origen étnico, las creencias culturales o religiosas y el color de la piel.
Las consecuencias de este tipo de acoso son muchas y profundas. Para la víctima, los efectos se notan en una evidente baja autoestima, actitudes pasivas, trastornos emocionales, problemas psicosomáticos, depresión, ansiedad o pensamientos suicidas.
“Me he fijado en que Yuan, siempre que ve a María, la hija de la frutera, se esconde detrás de mí. Nunca me quiso decir el porqué, pero el otro día me enteré y me puse furiosa. Íbamos andando hacia el parque para jugar con mi perro, y de camino nos encontramos a María; iba comiendo un bocadillo de chorizo. Se acercó a Yuan y le dijo que tenía un regalo para él; al niño se le iluminó la cara. En ese momento pensé que no tenía sentido que la tuviese ningún miedo. Le iba a hacer un regalo. Eso era bueno.
María se acercó a él y, mirándole, cogió la servilleta que envolvía su bocadillo y se limpió la boca. La servilleta que hasta entonces había sido blanca se tiñó de un color rojo anaranjado. La estrujó con las manos hasta hacerla una bolita multicolor y se la tiró a la cara. Me quedé perpleja. Es cierto que María es una niña, no creo que alcance las diez primaveras. Pero, ¿quién ha sido el despreciable que la ha enseñado a hacer eso?
La pelotita de papel cayó al suelo, y María, con un vocabulario totalmente inapropiado, le dijo: “chino, recoge eso que se te ha caído.”
Yuan no lloró, simplemente me dijo que siguiésemos hacia adelante, que quería jugar con el perro. Yo en cambio no pude soportarlo: eché la bronca a María, le dije que eso estaba mal, pero la niña no me hizo ni caso, me miró con cara de asco y bajó corriendo la calle.”
Pero no solo los más pequeños reciben maltratos de personas racistas: las personas adultas también. Los robos en las tiendas son muy habituales, y las agresiones, aunque en menor medida.
“Los padres de Shui son muy simpáticos. Cada vez que entro en la tienda me ponen una sonrisa. Me hablan de su hija, de cómo va en el cole y de cuáles son sus materias favoritas. No sé por qué, pero a Shui le gusta más el “cole chino” que el español, me lo dice todos los días.
Odio que les entren a robar. Ellos se tiran todo el día en la tienda, y es el hermano mayor de Shui el que la cuida al salir de clase. ¿Por qué les roban? Supongo que creen que como no entienden el idioma son tontos o algo así. Qué rabia. Hace unas semanas tuvo que venir la Policía porque una panda de chicos les rompió el cristal del local.”
La historia de Yuan y Shui es una historia más, la única diferencia es que ésta ha sido contada. El racismo y la xenofobia son conceptos distintos, pero también complementarios.
Entendemos el racismo como una actitud discriminatoria que considera a las personas con unos determinados rasgos físicos inferiores, intelectual, social y moralmente. Estableciendo una jerarquía de razas.
En cambio la xenofobia va mucho más allá. Se determina por “el miedo a lo diferente”, haciendo referencia al odio, recelo, hostilidad y rechazo hacia los extranjeros.
Como decía Alexander von Humboldt, “No hay razas inferiores; todas ellas están destinadas a alcanzar la libertad”. La igualdad es una carrera de fondo que debemos conseguir, porque de lo contrario la única igualdad en la tierra será la muerte.

  Votar:  
Resultado:0 puntos0 puntos0 puntos0 puntos0 puntos
  0 votos