ALBERTO FERNÁNDEZ NUEVO PRESIDENTE DE ARGENTINA


NUNCA MÁS LAS POLITICAS DE HAMBRE DEL NEOLIBERLISMO

Arturo Prado Lima

Alberto Fernández tomó posesión como nuevo presidente de Argentina y de inmediato lanzó
un desafío a los poderes financieros internacionales: primero hay que solucionar el hambre de
los millones de argentinos y después lo demás. Con estas palabras, enterró las expectativas
del neoliberalismo que esperaba seguir haciendo negocio con el sufrimiento del pueblo
argentino con la complicidad de las oligarquías criollas encabezada por el ya expresidente
Mauricio Macri.
Fue un rotundo mensaje a los países que rodean a la nación Argentina, todos alineados con la
ultraderecha internacional como Brasil, en cabeza de Jair Bolsonaro; Bolivia, con la nueva
cúpula golpista; Paraguay, con un gobierno conservador y el triunfo de la Derecha en Uruguay.
El mensaje es rotundo: “Nunca más”, neoliberalismo, que es lo mismo que decir hambre para
los pueblos. Y quedaron notificados también los gobiernos fascistas de Colombia, Ecuador,
Perú y Centro América, a excepción de México, que con López Obrador, Cuba, Venezuela y
Nicaragua, lideran políticas anti imperialistas en la región, de que tarde o temprano los
pueblos tomarán el relevo de las élites racistas y esclavistas del continente, donde se llevan a
cabo masivas protestas contra la grosera neocolonización de sus pueblos.
Sus invitados especiales fueron Evo Morales, que no asistió por problemas de seguridad, pues
hasta las 10 am. Macri era el presidente de Argentina, uno de los coautores del Golpe de
Estado contra la democracia boliviana; Nico Rodríguez, Ministro de comunicaciones de
Venezuela; El expresidente de Ecuador, Rafael Correa; El expresidente de Uruguay, Pepe
Mujica; el presidente de Cuba, Miguel Diaz Canet y la delegación mexicana y nicaragüense.
Los demás fueron invitados de pacotilla. A la presidenta golpista de Bolivia ni siquiera la invitó.
Esto enfadó tanto al enviado de Donal Trum, Mauricio Claver-Curano, que no asistió al acto de
posesión y se regresó por donde había llegado, pues traía, seguramente, la hoja de ruta que el
imperio quiere imponer a la nación gaucha.
De esta manera, el continente empieza a ver la luz al final del túnel. Las masivas e inéditas
protestas y alzamientos populares en Chile, Ecuador, Colombia y otros países de la región, dan
una idea del fracaso de las políticas de privatización de las empresas estatales, la reducción del
tamaño del Estado, la supresión de los derechos sociales, laborales, culturales, políticos,
económicos y humanos y el saqueo de los recursos naturales por parte de las multinacionales
de siempre.
El enfado del enviado de Trum contrasta con la alegría de los pueblos de todos los países de la
región que ven cómo desde el sur argentino hasta el norte mexicano tienen un espejo y un
ejemplo de cómo nuestros países se pueden gobernar solos, sin tutelas ni intromisiones
ajenas. Más soberanía, más autodeterminación, más justicia social y más legitimidad y
compromiso con nosotros mismos, es ni más ni menos el mensaje del nuevo presidente de
Argentina.


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