ATRAPADOS EN EL TIEMPO

Como en la película Atrapado en el tiempo, vemos nuevamente cómo se celebran elecciones. Año tras año, y no hay dos sin tres. Pues vistas las perspectivas de estas nuevas elecciones no pensamos que se vaya a solucionar nada, ya que según todos los sondeos la situación quedará muy parecida o peor. Sorprenden los comentarios de partidos que no han facilitado la formación de Gobierno. Y como telón de fondo, la situación envenenada de Cataluña en una repetición para la que no se ven visos de solución a corto ni a medio plazo.

¿Cómo afecta la situación política en Carabanchel? En principio no hay modificación de presupuestos, y estamos con los presupuestos de Maroto. Y la situación política afecta a los dineros que llegan al Ayuntamiento. Todo en el mundo está interrelacionado: la inestabilidad nacional, europea y en el mundo influye, y  también se suma el retroceso que suponen los nacionalismos, independentismos, separatismos, en todas sus expresiones como el proteccionismo arancelario del presidente Trump, los independentismos catalán o el Brexit en Reino Unido. Esta oleada no parece librarse en ningún punto del planeta. Como las revueltas en Chile, el modelo económico lleva a la gran mayoría de la población a estar endeudada y empobrecida, o el problema en Hong Kong con el descontento del gigante asiático. Las revueltas sunís en Irak en claro enfrentamiento con los chiitas y apoyados por los iraníes.

En definitiva, se ve un proceso de desintegración, falta de dirección, proteccionismo, y como telón de fondo una situación cada vez más precaria de las poblaciones.

Es claro el retroceso que supone el volver a etapas pasadas. El liberalismo aboga por el libre comercio o la izquierda por la hermandad entre los pueblos, el sentirse ciudadanos del mundo. Las grandes corporaciones buscan que no se ponga barreras a las circulaciones de bienes y la libre circulación del dinero. Y las personas quedan relegadas y postergadas al ponerse por encima de las personas las banderas, la patria, el dinero u otros valores, pero no el desarrollo de las personas.

La desintegración, falta de referencias y descrédito de las instituciones con una desorientación en los valores son el signo de los tiempos. Esta crisis nos lleva a plantear una mirada hacia lo mejor del ser humano y pensar que un futuro mejor es posible, pero que no parte del individualismo, sino desde el individuo apuntar al bien común. No habrá porvenir si no es de todos y para todos.


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