Entrevistamos a este jovencísimo dúo que actuó el sábado 22 de abril en nuestro distrito
El pasado sábado 22 de abril actuaba en nuestro distrito, en el Centro Sociocultural García Lorca, el grupo Terra Sigilata, que en sus propias palabras pretende ser “una nueva revolución de lo que es la música folk en este siglo interpretando la música desde la emoción. Un nuevo ritual musical para conectar con nuestra identidad cultural”. Aprovechando la ocasión, les hemos entrevistado.
¿En qué consiste el proyecto Terra Sigilata?
El dúo Terra Sigilata somos un grupo de folk actual o neofolk en el que plasmamos nuestras inquietudes dando vida a nuestra música tradicional, que es nuestra identidad como pueblo. Nuestro arraigo al suelo que tenemos bajo nuestros pies.
¿Por qué ese nombre?
El nombre procede de la pronunciación del latinismo “terra sigillata” (“cerámica sellada”). Con este término ponemos nuestro sello de identidad trabajando como arqueólogos de la tradición, y hacemos esa alegoría de “desenterrar esa música ya olvidada”.
¿Cómo comenzó el proyecto y cómo ha ido evolucionando?
Terra Sigilata nace a partir de la necesidad de interpretación de dos hermanos que llevan una vida dedicada a la música. El proyecto surge en 2020 durante la pandemia debido a la necesidad de crear nuestros propios arreglos musicales a canciones tradicionales de una forma más actual. Un proyecto necesario. En 2023 presentamos los primeros temas en Domingos Encantantes (Palencia), y el día 21 hicimos nuestro primer concierto en el Centro Cultural la Elipa (Madrid).
¿Qué otras cosas habéis hecho en el mundo de la música?
Nuestra vida va vinculada a la música desde bebés. Tenemos la suerte de haber nacido entre instrumentos y padres músicos. De esta manera, con 5 y 9 años, junto a nuestros padres y Ángel Prádanos, nació Amalgama Folk en 2003, nuestro grupo musical familiar que ya tiene dos décadas. Nuestros proyectos musicales en este grupo, como Un viaje hacia nuestras raíces o Circumterra, primera vuelta al mundo, han sido reconocidos a nivel nacional e internacional en medios de comunicación de todo el mundo y galardonados por su producción musical contemporánea y su unión a nuestra historia cultural.
¿Cómo ha sido la experiencia de tocar en Carabanchel?
Fue muy gratificante, el público de Carabanchel es muy cercano y participativo, y conectaron muy rápidamente con nuestras canciones y nuestra nueva perspectiva adaptada para este siglo. Fue el segundo concierto que dábamos como nueva formación, y para nosotros fue muy especial. Hubo varias personas que se emocionaron con alguna canción. Al finalizar el concierto algunos se acercaron para darnos la enhorabuena. Una señora nos dijo que había tenido un día horrible, pero que este concierto la había dado ánimos para toda la semana. Otra persona se acercó para contarnos que nuestra música transmitía lo que no consigue transmitir la música actual, que cada vez es más vacía. Por último, la coordinadora del centro, Patricia, nos dijo que muchos de los asistentes mencionaron que era el mejor concierto que habían visto en mucho tiempo y que estaban encantados de que fuéramos tan jóvenes y que diéramos valor a nuestra cultura. No podemos estar más orgullosos.
En nuestra web hemos subido alguno de los comentarios que nos hicieron en el cuaderno de firmas.
¿Qué instrumentos musicales mostrasteis a nuestros vecinos?
Baglamá, cura Saz, Bendir, pandero de Peñaparda, cucharas, violín, viola, sartén, guitarra y la voz de Marimar.
¿Expectativas, hitos y planes a corto-medio plazo que podáis contarnos?
Nos gustaría llegar a la altura de muchos músicos emergentes como Tanxugueiras o Rodrigo Cuevas, pero lo vemos bastante complicado. De momento estamos pendientes de grabar este otoño nuestro primer disco como dúo con varias colaboraciones de otros músicos. Estamos abiertos a diferentes propuestas.
¿Queréis enviar algún mensaje a los vecinos de Carabanchel?
Ojalá hubieran venido más jóvenes al concierto. La única chica que fue con 20 años nos dijo que la había encantado y que perfectamente podía ser para este público. Sin embargo, los jóvenes leen la palabra “folk” y rehúyen de su propia identidad. Si la conocieran, estamos seguros de que les encantaría. Ojalá volvamos a vernos muy pronto.
