En el corazón de Carabanchel, la Sala La Imprenta se erige como un bastión cultural desde el año 2000. Este proyecto, gestado por la asociación, no solo ha resistido el paso del tiempo, sino que ha florecido como un espacio emblemático para las artes escénicas en Madrid.
La asociación detrás de esta iniciativa tiene un objetivo claro: mantener viva la llama de la creatividad a través de la Escuela Taller, un epicentro donde convergen el teatro, el cine y la danza. La Sala La Imprenta no es solo un espacio físico: es un crisol de expresiones artísticas que ha nutrido a la comunidad de Carabanchel durante dos décadas.
La asociación ha cultivado un ambiente propicio para el desarrollo artístico, brindando oportunidades a talentos emergentes y sirviendo como escenario para espectáculos memorables. En el corazón de La Imprenta, Faustino Perales Perito coordina una variedad de actividades que van desde la danza hasta el teatro y monólogos.
Sandra Prado, además de impartir clases de pilates, se destaca como la profesora de danza que va desde danza árabe hasta el flamenco, atendiendo a públicos de todas las edades, desde jóvenes hasta niños. Con un espacio físico limitado, las clases de danza y pilates acogen a un máximo de siete personas, creando un ambiente íntimo y propicio para el aprendizaje. En el ámbito teatral, La Imprenta se convierte en un taller de creación, donde los ensayos y montajes de obras encuentran su lugar, preparándose para deslumbrar en distintos escenarios de Carabanchel.
La actividad teatral en La Imprenta no se limita a su sede principal. En colaboración con salas de asociaciones, bibliotecas y la Casa del Barrio, el elenco de 18 apasionados del teatro, coordinados por Faustino Perales Perito, lleva a cabo ensayos, lecturas escenificadas y montajes completos.
La Casa del Barrio fue el escenario reciente de la Aquí no hay quien muera, una obra muy divertida de La Imprenta que se expande por todo Carabanchel. Además han presentado obras como Vaya teatro este y El hombre cubierto de barrio. Una de las obras más grandes, con 16 personas, era Soñando caminos, una dramaturgia. Perdidos en la niebla, Álvaro de Maestre y El canto del cisne son otras que han gustado mucho, pero Aquí no hay quien muera, la última obra, parece ser la favorita del público.
La Sala La Imprenta es más que un espacio para el arte: es una comunidad comprometida con la cultura y la solidaridad. Con objetivos no económicos, sino culturales, La Imprenta se financia a través de las contribuciones mensuales de sus miembros. Las obras, principalmente de entrada libre, se presentan en distintos lugares de la Comunidad de Madrid, llevando la magia del teatro a diversos públicos.
Han participado en diversos festivales y eventos culturales, siendo parte de la Federación de Grupos de Teatro Aficionado Amateur de Madrid (FETAM) y colaborando estrechamente con asociaciones culturales. Además, tienen un programa de becarios, brindando oportunidades a estudiantes interesados en las artes escénicas.
A pesar de los éxitos, La Imprenta se enfrenta a obstáculos burocráticos y en especial en la participación en certámenes. Faustino comenta: “A los certámenes que nos hemos presentado en Carabanchel no nos han escogido, a pesar de que presentamos todo lo que nos piden y todos los requisitos, pero actualmente esto está en manos de empresas privadas, y aunque hemos hablado con todos no ha habido forma. Antes era más accesible. Lo presentábamos, por ejemplo, en el de Oporto, y con un par de llamadas nos daban el acceso al espacio; ahora no lo conseguimos por mucho que queramos”.
Con un programa de becarios y una presencia activa en certámenes como Surge Madrid, La Imprenta busca no solo perdurar en el tiempo, sino también atraer a nuevas generaciones. La Imprenta espera ver cómo la llama del teatro sigue encendida en Carabanchel, con jóvenes artistas tomando el testigo y llevando adelante este proyecto cultural que ha dejado una huella imborrable en la escena madrileña.
