‘Nos gusta generar un viaje con nuestras canciones’

Rojo Cardinal, banda afincada en Carabanchel, ha salido de la pandemia con fuerzas redobladas para promocionar su primer disco: ‘¡Vuelan!’

Rojo Cardinal es una banda formada por los hermanos Bruno (bajista y cantante) y Guillermo Muñoz (guitarrista) y David Rodríguez (baterista). Muy poco antes de la pandemia sacaron su primer disco, ¡Vuelan!, y tras el obligado paréntesis ahora lo están moviendo “en condiciones”. Por este motivo me acerco a visitarles a su local de ensayo, cerquita de Urgel, y echamos un rato la mar de majo, con música y cervezas, binomio infalible.

●●● Empecemos por el principio… ¿Cómo surge Rojo Cardinal?

Guillermo: Bueno, Bruno y yo somos hermanos, entonces hemos pasado toda la vida juntos [risas], la primera parte sobre todo, en Badajoz. Nuestros padres, por circunstancias laborales, se afincaron allí. Badajoz es una cuna del underground, lo ha sido siempre, y allí recalamos Bruno y yo en la música. Tuvimos grupos de todos los estilos, acabamos en Madrid, y aquí ya tuvimos separación de proyectos. Bruno siempre ha estado más vinculado a la música, porque siempre ha querido moverse en ella y se ha juntado con mucha gente, y en ésas conoce a David…

David: Yo estaba tocando con una banda que llevaba un rollo un poquito más Metal, y dio la casualidad de que buscando un vocalista coincidimos con Bruno, estuvimos un tiempo ensayando, y finalmente ese proyecto se cayó por circunstancias. Pasó entonces un tiempo en el que yo estuve alejado de la música, en barbecho, y un día me escribió Bruno y me comentó que estaba preparando un proyecto con Guille, tenían temas compuestos, y me propuso incorporarme yo a la batería. Y nada: en cuestión de dos días quedamos, empezamos a trabajar en temas, y hasta ahora. Fue muy rápido: juntarnos una tarde y a partir de ahí todo rodado. Yo creo que fue la conjunción de factores, de los tres, lo que hizo que el proyecto funcionara: influencias parecidas, una aspiración común por elaborar un proyecto con base, sólido…

●●● Eso fue en el 2018, y el disco vino pronto…

G.: Sí, ha sido como lo que decía Gila: nos empezamos a tirar del padrastro y nos pelamos todo [risas]… A la semana teníamos un local en Sierra de Guadalupe, en Villa de Vallecas, y empezamos a ensayar… Teníamos nosecuantos temas, y luego fue: “oye, ¿y si buscamos un estudio y nos ponemos una fecha tope?”. Así que nos plantamos en marzo-abril de 2019, en menos de un año, y ya estamos grabando ocho temas a contrarreloj, todo autoproducido. Lo lanzamos en septiembre, y de repente publican críticas en prensa musical, conseguimos un mánager, hacemos una pequeña gira por el suroeste (Extremadura y Portugal), damos un concierto de presentación en Madrid el 30 de enero de 2020 que es un éxito total, vemos de seguir con la gira… Y entonces llega el apocalipsis y, a mitad de marzo, confinados.

●●● Claro, cambió todo de golpe… ¿Cómo os lo tomasteis?

G.: En primer lugar tenemos que romper una lanza por nuestro casero del local de Vallecas, que nos congeló el alquiler. En cuanto a la situación, viendo todo lo que estaba pasando teníamos la idea de que esto no era lo importante, así que nos quedamos en casa. Es a partir de verano cuando nos va afectando la inquietud de no saber cuándo iba a acabar todo aquello… Ojalá alguien nos hubiera dicho: “mirad, esto va a ser una puta mierda hasta 2022”, ahí ya por lo menos tu mente se hace a la idea, pero era como una cosa que te iba minando… Llegado un momento, tuvimos que tomar la decisión de dejar el local, y nos entró como una especie de “desinfle”

Bruno: Sí, la música a estos niveles depende de que tú te autojalees un poco parar tirar p’alante, entonces yo creo que la incertidumbre hizo que el “síndrome del impostor” se acrecentase: con tanto tiempo sin tocar ya te replanteabas si el disco funcionaba, si las canciones eran lo suficientemente buenas… Aquel impasse, que yo creo que a todo el mundo le ha afectado de forma parecida, nos hizo un poco de mella… Pero viéndolo con perspectiva, una vez retomamos la actividad, de repente fue una liberación absoluta: yo nunca he estado tan en paz en mi vida con un proyecto musical, creyéndomelo tanto. De repente estamos en un momento en el que la capacidad de empuje está más fuerte que nunca, y creo que es difícil que nos bajen del carro.

●●● ¿Cómo ha sido volver a tocar después de todo esto?

D.: Bueno, lo que hemos hecho ha sido trabajar mucho a nivel técnico en todo este tiempo, para tratar de sonar lo mejor posible de cara al público que nos escuche y disfrutar nosotros en el escenario. Comenzamos de nuevo con los bolos el 24 de marzo en Gruta 77, aquí en Carabanchel, y dimos un concierto espectacular que disfrutamos muchísimo. A partir de ahí, ha sido todo rodado: hemos actuado en Alcalá de Henares, en Arroyomolinos, en la sala Vesta dentro de la programación de las fiestas de San Isidro… y de momento estamos muy contentos y deseando continuar.

●●● Ahora estáis en un momento interesante, porque os vais notando ya preparados para dar el salto a formatos más grandes en directo…

B.: Sí, total… Estamos supercontentos con el disco, y lo cierto es que nuestra manera de enfocar la música tiene un punto de abstracción en cuanto a que nos gusta el empleo de las metáforas, las atmósferas, generar un viaje con nuestras canciones, y es todo un paso dar el salto de una sala íntima, en la que puedes ahondar en ese cúmulo de sensaciones, a un festival al aire libre. Así que estamos deseosos de que nos pueda surgir esa oportunidad para enfrentarnos a ese formato, porque todo esto es un proceso de aprendizaje. Nosotros estamos pensando ya en el siguiente disco, aunque seguimos disfrutando de éste, pero tiene que ser así para que el agua no se quede estancada: es fundamental tener la maquinaria en marcha, por supuesto sin agobiarse.

●●● Así que ya tenéis en mente el segundo disco…

D.: Sí, estamos intentando compaginar el hacer todos los conciertos que podamos para dar a conocer el producto con la composición. Estamos trabajando ya en temas, en probar líneas de composición, opciones… De hecho tenemos ya unas cuantas ideas para empezar, y creemos que podremos grabar el año que viene y preparar lo que será nuestro segundo trabajo.

●●● Para terminar, pregunta obligada en un periódico de distrito: ¿Cómo es vuestra relación con Carabanchel?

B.: A mí me parece la bomba. Vivo en Urgel, he vivido en Marqués de Vadillo con mi hermano Guillermo, toda nuestra familia ha vivido por aquí… Es un barrio con mucha diversidad, y encima toda esta zona tiene una actividad artística y musical creciente. Posee todo lo heterogéneo de los barrios obreros, y me parece que en este caso, a diferencia de otros, tiene una identidad marcada y supermolona, así que estoy encantado de estar aquí, el grupo ensayando y yo viviendo.

D.: En mi caso, 34 años tengo y 34 años llevo viviendo en un barrio hermano, que es Usera, compartiendo la misma naturaleza de distrito heterogéneo, con orgullo obrero y esencia de barrio, atributos de este cinturón obrero del sur de Madrid: Carabanchel, Usera, Vallecas…

G.: Y yo, por destacar algo más allá de lo que han dicho ellos, he de decir que ni en mis mejores sueños me imaginaba tener un local de ensayo con un entorno donde todo va a favor. Una zona repleta de músicos, un lugar de desconexión absoluta, con un ambiente para trabajar y para crear maravilloso.


  Votar:  
Resultado:5 puntos5 puntos5 puntos5 puntos5 puntos
  1 voto