Grace Morales, escritora y articulista, acaba de publicar el libro ‘Damas del blues. Madres, reinas y emperatrices’
Grace Morales es escritora, articulista, colaboradora de diferentes medios de comunicación, cofundadora del mítico fanzine Mondo Brutto y carabanchelera de toda la vida. Parte de su producción literaria, de temática muy diversa, está relacionada con la música, como Damas del blues. Madres, reinas y emperatrices, de reciente publicación y que nos ocupa en la entrevista que sigue. Grace me explica en una cafetería del barrio que sus libros le han hecho “muy feliz, sobre todo éste, el de las mujeres del blues”. “En realidad yo he escrito casi siempre sobre la historia de las mujeres, sean del blues, del punk o de lo que sea: me gusta mucho escribir sobre las mujeres”, confiesa.
●●● Empecemos por el principio: preséntanos Damas del blues. Madres, reinas y emperatrices…
El libro fue una cosa mía, porque el tema me gusta muchísimo y creí que estaba completamente dejado de la mano de Dios. De hecho lo está; aquí por supuesto, e incluso también en su país, EE UU. Las mujeres que inauguraron el blues como tal están completamente olvidadas, incluso en los libros sobre el género. Yo no soy ninguna experta, pero pensé que era bueno y bonito dedicarles por lo menos un pequeño libro que sirviera como introducción, como esa introducción que no está en ninguno de los libros, a aquellas mujeres que fueron las primeras en grabar y las que abrieron el mercado para que todos los demás blueseros pudieran entrar en él y tener sus discos y sus carreras. Ellas hicieron aquello y muchas más cosas, y yo quería hacer eso por ellas, no para convertirme en adalid de nada, que no lo soy, sino simplemente porque me gusta mucho ese género y porque no hay publicado nada parecido, ni aquí ni en EE UU.
●●● La historia que nos han contado de los inicios del blues es una historia de hombres, de bluesmen…
Sí, el bluesman solitario que va por ese camino polvoriento y tal, pero es que en la misma época también hay un circuito gigantesco de mujeres que trabajaban en los circos, en los espectáculos itinerantes… Todo el sur se lo recorrieron estas mujeres junto a los bluesmen, y de hecho estaban ellas antes. Todo espectáculo de ese tipo en los años veinte tenía como estrella a una de estas mujeres, que cantaba, vestía y actuaba como una diva. Ellas vivían en tiendas o carromatos antes de dar el salto al mercado y a los discos en el norte. Cantaban el mismo blues que ellos, y fueron las primeras en ser fichadas por las discográficas del norte, que después les ficharían también a ellos.
●●● ¿Cómo descubren las discográficas que ahí hay un filón?
Porque van a buscarlo. Van al sur, donde están los negros, para ver cómo es esa vida y cómo es esa música. La música negra no había salido del sur, pero cuando se produce la Gran Migración [a partir de 1915, masivo desplazamiento de población negra desde el sur de los EE UU hacia los estados del medio oeste, oeste y noroeste, a objeto de escapar del racismo y buscar trabajo en las pujantes ciudades industriales] algunos montan sus teatros y clubes donde llegan y se empieza a oír ese tipo de música, que antes no se oía por aquellos lares. Entonces los A&R [de “artistas y repertorio”; personas que se dedican a encontrar nuevos artistas y conseguir que firmen un contrato con el sello discográfico] de las discográficas bajan al sur a ver qué hay por allí, y descubren a muchas de esas mujeres, hacen pruebas, las fichan y se convierten en mujeres conocidas en todo el país. Esas mujeres están en el sur, y suben al norte para grabar, nada más.
●●● Son los años veinte, y la sociedad norteamericana no es tan puritana como lo sería después. Imagino que eso influye en que se popularice una música con temáticas tan “fuertes”…
Claro, los “locos años veinte”… En efecto, esas canciones hablan de sexo, prostitución… Imagínate: esas mujeres tenían una vida muy dura, porque por un lado estaban marginadas por ser negras, y luego en su familia o relaciones estaban doblemente marginadas por ser mujeres. Eran negras, pobres y mujeres. Sus canciones hablan sobre todo de pobreza, de muerte y de enfermedad; ésos son los tres pilares. Luego también hablan de amor, de baile, de sexo, de alegría cuando se está bailando y cantando, de estar viajando todo el rato... Hablan de los mismos temas que sus compañeros, pero ellas tienen una doble estigmatización, y eso tiene también un reflejo.
Las mujeres de esos poco más de diez años (de 1922 a 1934) son alucinantes, y su historia no la cuenta nadie: se cuenta solo la de los hombres. A ver, eran unos hombres increíbles, pero las mujeres también lo eran… ¿Qué pasa? Que ellas hacían una especie como de vodevil, salían muy pintadas y caracterizadas, y la música que hacían mezclaba más estilos, no solo blues. Eso los críticos no lo han tomado tanto en serio, pues para ellos no era tan “puro”, era más comercial. A estas artistas las conocía todo el mundo, tenían mucho tirón popular y vendían un montón de discos. Es muy curioso que algo así se quede ahí y luego no tenga continuidad ni haya nada remotamente parecido, y probablemente influya ese desprecio.
●●● ¿Qué recomendarías a un público profano para acercarse a estas mujeres?
Como no van a encontrar discos, porque no los hay, y los CD que existen de ellas son más bien caros, yo les recomiendo que para empezar busquen en Spotify o YouTube a las grandes. Que busquen a Bessie Smith, que es la más grande y hay incluso vídeos en los que aparece ella cantando, que se la queden mirando y vean cómo canta, que es increíble. Y también a Victoria Spivey, que es igual de grande y es mi favorita; y a Memphis Minnie como ejemplo de las que tocaban la guitarra, que también es estupenda. Que empiecen por esas tres, que ya tienen para un rato, y a partir de ahí que busquen más.
●●● ¿Tienes algún nuevo proyecto entre manos?
Sí, acabo de publicar un nuevo libro. Éste está dedicado a Hilma af Klint, una pintora sueca del siglo XIX-XX que dibujaba lo que le decían sus espíritus. Según ella, tenía tres espíritus que le fueron indicando toda su vida lo que tenía que pintar, y pintó unas cosas tremendas de bonitas, maravillosas. A su muerte, en 1944, dejó estipulado que su obra no fuera expuesta hasta veinte años después, y cuando por fin salió a la luz los suecos fliparon, porque se había adelantado a Kandinsky unos años en el expresionismo abstracto.
●●● ¿Algún mensaje para nuestros lectores?
[Sonríe] Sed buenos, con los padres sobre todo.