El teatro, un arte colectivo

El mes pasado nos hacíamos eco de la actividad de  TeatroLab, un proyecto de artes escénicas abierto al barrio. Nos ha parecido tan interesante que hemos decidido conocerlo más a fondo de la mano de  Gabriel Olivares, su director, en este reportaje

Nada hace imaginar, frente al portón de garaje que hay en el número 24 de la calle de Luis Feito, lo que vamos a encontrar puertas adentro. Es la sede de TeatroLab Madrid, un proyecto de artes escénicas realmente puntero, al que debo decir que el hecho de no tener en la puerta un cartel o alguna indicación le da un punto entre clandestino y neoyorquino que de alguna manera aumenta su atractivo en nuestro inconsciente. Lo mismo opina Gabriel Olivares, director de teatro y de este proyecto, que nos recibe sonriente.

Él mismo lo define al inicio de nuestra charla: “TeatroLab es un proyecto muy personal y creo que único en el panorama teatral, porque es el único espacio especializado en el actor profesional, a los que damos entrenamiento con dos metodologías que trabajamos desde hace casi diez años: el método Suzuki y el método de los Puntos de Vista Escénicos. Somos el único centro en el mundo que tiene un entrenamiento regular de estos dos métodos. Además, es un espacio de investigación y creación teatral, y por las propias características de la sala también de exhibición. Para entendernos, esto no es una sala de teatro convencional en la que programamos teatro de diferentes compañías o artistas, aquí todo lo que se exhibe es porque se ha generado de un modo u otro en la sala”.

Todo ello además en Carabanchel, rompiendo con la idea de que para acceder a la cultura hay que ir al centro: “Decidimos venir porque entendemos que no tiene sentido que toda la actividad cultural más puntera esté siempre en el centro de las ciudades, y eso es una apuesta personal. Estuvimos siete años en el Tercio Terol, en un local pequeñísimo. Yo vivo en plaza de España, así que esta zona la conocía de ir alguna vez a Tarambana o a la Chocita del Loro, pero no era un barrio por el que me moviera. A partir de estar esos siete años por aquí ya me empecé a familiarizar con el barrio, y me encantó, me pareció el sitio perfecto. Además me muevo en moto o en metro, y esto está a cuatro paradas del centro… Entonces encontramos este local, que había sido una escuela de danza, una iglesia evangélica… Creo que había sido de todo. Y tuve la suerte de que lo hemos podido comprar, le hemos hecho la rehabilitación y estoy encantado”, relata Gabriel.

► Gabriel Olivares. Fotos: TeatroLab

Hay que dejar claro que TeatroLab no es una escuela, sino “un centro de entrenamiento de alto rendimiento para el actor”. Esto quiere decir que aquí quienes vienen son actores profesionales ya formados. Eso sí, Olivares no descarta que en un futuro pueda abrirse también el espacio a no profesionales, pero eso tendrá que ser más adelante, una vez estén afianzadas las líneas actuales: “Ahora mismo, el proyecto de este espacio tiene TeatroLab Madrid, que es la compañía, con espectáculos diseñados aquí con los actores que vienen a entrenar; espectáculos que han estado de gira por España y la idea es que se queden fijos como programación casi estructural regular. Y luego tenemos el programa de laboratorios, los entrenamientos y un programa de residencias que llamamos HabitaLab, para invitar a otras compañías que tienen algo que aportar al barrio, al proyecto, a las artes escénicas… Les dejamos la sala y la infraestructura humana y técnica durante dos semanas para que desarrollen proyectos en las mejores condiciones”.

Le pido a Gabriel que defina el teatro de TeatroLab: “muy entretenido, muy vigoroso físicamente y en él el espectador es un sujeto activo. Yo entiendo el teatro como arte colectivo, pero en el que también se incorpora la creatividad del espectador. El espectador, si engancha, está creando con los actores, y eso es único”. He asistido a dos de sus entrenamientos, Our town y Gross indecency, y doy fe de todo ello. Aparte de la calidad y potencia de lo representado, me llama mucho la atención la imagen de colectivo que transmiten. Olivares nos lo explica: “Un proyecto así solo se puede concebir desde un espíritu muy colectivo de comunidad. Evidentemente cada uno tiene un rol y unas responsabilidades, pero esto no se sostiene si no hay un espíritu muy comunitario, entendiendo el teatro como un arte colectivo y muy horizontal. Yo creo que la gente que viene aquí a ver teatro nota que esto es diferente, que no es como ir a un teatro normal. Y eso que también estamos en época de COVID y no podemos mezclarnos como nos gustaría, hay que tomar muchas medidas, pero cuando pase la pandemia esto es una casa. Tuvimos suerte de tener la sala cuatro meses abierta antes del confinamiento, y el público se quedaba a comer con nosotros. Aquí vinimos hace justo tres años, lo que pasa es que durante dos solo nos centramos en la rehabilitación y en hacer procesos de creación, entrenamientos y laboratorios, pero no se exhibía aquí, pues no estaba aún acondicionada la sala. Fue en diciembre de 2019 cuando empezamos a abrir al público, y ya no quiero cerrárselo”, sonríe de oreja a oreja.

► Un momento de "Our town". Fotos: TeatroLab

La pandemia no ha supuesto un parón a la actividad de este proyecto. Olivares lo ve “como una especie de ajuste: el público tiene que ir con mascarillas, tomamos la temperatura a los actores, los ensayos y los entrenamientos son con mascarilla, tenemos más limpieza en la sala que nunca… Tenemos la suerte de que tiene ventilación, y abrimos muchas veces al día. También se ha reducido el aforo: estamos al 60%, lo que manda la normativa de la Comunidad… Pero al final también te acostumbras; sobre todo esto no ha hecho que cambien nuestras ganas de hacer cosas, simplemente nos hemos adaptado a las circunstancias, esperando que los próximos meses con la vacunación masiva podamos ir subiendo el aforo y hacer de esto ya un auténtico espacio de convivencia, que el público se pueda tomar un vino o comer con nosotros”.

Gabriel nos ofrece algunas primicias sobre la programación: “vamos a abrir cuatro fechas nuevas de Our town, los domingos 16, 23 y 30 de mayo y 6 de junio, a las 19:00. Serán las últimas que haremos esta temporada. Este verano vamos a hacer Sueño de una noche de verano, de Shakespeare, 15 o 20 funciones desde mediados de julio hasta principios de septiembre. Lo llamaremos Shakespeare en Carabanchel, y será una especie de festival, con idea de que todos los veranos montemos un Shakespeare nuevo. Luego, en septiembre-octubre, volveremos con Our town, con Gross indecency, con un espectáculo de terror que estoy diseñando específicamente para la sala y con otros dos ya montados y estrenados de la compañía: Tragedia española, de Thomas Kyd, y Proyecto Edipo 2030, una distopía en una España alternativa”.

Nuestro anfitrión se despide expresando su deseo de que el barrio sepa “que tiene aquí un espacio único que queremos abrir a ellos. Que vengan, que visiten la web y nuestras redes y se informen: tenemos precios superpopulares, y si los vecinos traen algún documento que acredite que son del barrio, les hacemos descuento”. Y yo estoy seguro de que os va a encantar.

 MÁS INFORMACIÓN 


  Votar:  
Resultado:5 puntos5 puntos5 puntos5 puntos5 puntos
  3 votos