Las protestas semanales en defensa de la sanidad pública vuelven tras la Navidad

Hoy, 11 de enero a las 18:30, manifestación desde el Centro de Salud Abrantes hasta la plaza de Oporto

Tras un parón durante las fiestas de Navidad, este jueves 11 de enero convocamos a los vecinos y vecinas de Carabanchel a volver a las calles para manifestarnos en defensa de la sanidad pública. Una sanidad pública madrileña que estos días se encuentra de nuevo colapsada.

Estas semanas, buena parte del sistema de salud público madrileño ha colapsado (de “colapsar”: caer, hundirse, derrumbarse, desplomarse). Un colapso que se ha hecho evidente en las urgencias hospitalarias saturadas y sin capacidad casi para atender a los y las pacientes que esperan durante horas en los pasillos. Un colapso que también se ha hecho evidente en centros de salud de Atención Primaria del sur de la capital, que no dan cita porque se han quedado sin médicos de familia.

Y ambos problemas están directamente conectados: el colapso de muchos centros de salud de Atención Primaria de las zonas populares y de clase trabajadora de Madrid repercute directamente y provoca el colapso en las urgencias hospitalarias.

Pongamos un ejemplo: la situación del Centro de Salud Abrantes en el distrito de Carabanchel y uno de los consultorios más abandonados por la comunidad de Madrid, un caso especialmente sangrante (tiene ahora menos del 60% de médicos de familia que hace tres años) de los efectos de los recortes en la Atención Primaria y en la sanidad pública. Desde finales del pasado octubre, este centro de salud absolutamente colapsado por falta de profesionales ya no daba cita con los médicos de familia: sus agendas hasta finales de enero están ya llenas y las siguientes todavía no están abiertas. Como hemos comprobado hablando con ellos y ellas a la salida del este consultorio, los usuarios y usuarias que estos días salen de las pocas consultas de medicina de familia operativas es porque tenían la cita concertada desde hace más de un mes. Así que desde hace semanas, si alguien de este barrio de más de 30.000 personas tiene una necesidad médica que no puede esperar semanas a ser atendido, no tiene más remedio que recurrir a las urgencias.

O a las urgencias del mismo centro (los centros de salud disponen todos de una pequeña dependencia para atender las urgencias extrahospitalarias, es decir aquellas que no requieren de ingreso ni de pruebas: radiografía, análisis, etc.) o a las de un hospital.

Según relatan los trabajadores del C.S. Abrantes, en estas fiestas quedaban entre 3 y 4 médicos de familia (este consultorio tiene sobre el papel 17 plazas de facultativos) para atender las consultas, y cada día uno de ellos asumía la atención de urgencia. Pues este punto de atención de urgencia ha atendido hasta a 150 pacientes… ¡al día! Para tener una proporción, la Comunidad de Madrid se ha comprometido hace unos meses con los y las médicas de familia a que éstos no atendieran a más de 34 pacientes al día.

Dados los limitados medios del Centro de Salud de Abrantes, la mayor parte del barrio ha terminado recurriendo a las urgencias hospitalarias. Y este ejemplo se puede extrapolar a muchos barrios y pueblos de Madrid.

Los colapsos en las urgencias de los hospitales de Madrid, que causan tanto sufrimiento y malestar en los y las pacientes, se producen cada invierno: como un reloj, como una maldición. Las autoridades madrileñas aducen que hay un repunte de enfermedades provocadas por el frio y que es temporal. Pero cuando la saturación de las urgencias se repite regularmente es evidente que las Administraciones sanitarias no han realizado las actuaciones necesarias para prevenir y/o afrontar esta situación.

Estas situaciones son consecuencia de decisiones políticas, que suponen que los recursos que se destinan a la sanidad pública son insuficientes para dotar a ésta de los medios necesarios. Y tales decisiones políticas son el resultado de no otorgar a la salud de la población prioridad sobre otro tipo de gasto.

Es necesario y urgente tomar medidas para reforzar el sistema sanitario, y especialmente la Atención Primaria. Aunque la situación del C.S. Abrantes es brutal, somos conscientes de que no va a tener salida si no revertimos el abandono generalizado de la Atención Primaria, por eso llamamos al vecindario de Carabanchel a luchar por una sanidad pública, universal y de calidad, no solo para el barrio, sino para toda la Comunidad de Madrid. Estamos hablando de una cuestión de derechos y de salud.


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