Motosierras y cascos: el Carnaval de Carabanchel se viste de protesta

En un giro inusual, las motosierras, chalecos reflectantes, cascos y guantes de jardinería se están convirtiendo en los protagonistas del Carnaval de Carabanchel, desplazando a los típicos personajes de Disney y animales. Esta iniciativa reivindicativa, gestada por la plataforma “No a la Tala”, pretende llevar un mensaje contundente contra la tala de árboles en las comparsas del Carnaval del Distrito.

En lugar de los disfraces convencionales, las sierras se alzan como símbolos de una lucha ciudadana. La propuesta de la plataforma es clara: “Iremos de valla rojiblanca. Trae tu chaleco reflectante, casco, guantes de jardinería y sierra”. La protesta, con un trasfondo medioambiental, surge como respuesta a las controversias generadas por las recientes talas cerca del colegio Perú.

La comparsa salió el pasado sábado 10 a las 16:00, iniciando en el pequeño parque de la calle Marcelino Camacho y culminando en la plaza del Parterre. Esta manifestación festiva, además de ser una expresión original de descontento, ha buscado concienciar sobre la importancia de preservar el patrimonio natural en la comunidad.

El movimiento “No a la Tala” ha logrado recaudar más de 7.600 euros a través de una campaña de crowdfunding. Estos fondos se destinan a hacer frente a sanciones que enfrentan tres detenidos y a las numerosas multas, alrededor de treinta, cada una ascendiendo a 600 euros. Las detenciones se llevaron a cabo el pasado 11 de diciembre, cuando una motosierra irrumpió en el Parque de Arganzuela, en Madrid Río.

Desde el movimiento ciudadano explican que las detenciones y multas responden a la resistencia pacífica contra la tala de los árboles más antiguos del parque. Ante la aplicación de la Ley Mordaza, el grupo ha decidido recurrir las sanciones, pero reconoce la posibilidad de que sus recursos no sean escuchados. Por este motivo, han puesto en marcha una caja de resistencia virtual, permitiendo a simpatizantes y ciudadanos donar en apoyo a la causa. La singularidad de esta protesta disfrazada busca resonar más allá del Carnaval, llevando consigo un mensaje de conciencia ecológica en medio de la celebración.


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