Filomena causa daños irreparables en Carabanchel

La nieve, las rachas de viento y la falta de planificación y mantenimiento han causado innumerables destrozos en el Pinar de San José y en los grandes parques del Distrito. La noche del viernes 8 de enero será recordada mucho tiempo en Carabanchel. Lo que empezó siendo una fiesta por la gran nevada que estaba cayendo, se ha transformado en tragedia. Fueron más de 30 horas nevando, el peso de la nieve que se acumulaba en las copas y el viento posterior han causado la rotura de infinidad de ramas y la caída de muchos árboles (50 cm de nieve en polvo congelada equivaldrían a unos 80 kg de peso sobre las copas de los árboles).

Las especies que se han visto más afectadas han sido, en primer lugar, las coníferas de gran porte, pinos piñoneros (sobre todo), cedros y cipreses, con copas amplias y por lo tanto con alta capacidad de retención de nieve y posterior riesgo de fractura. En segundo lugar, aunque en menor medida, las frondosas de hoja perenne, entre las que se encuentran aligustres, laureles, madroños y otras especies mediterráneas. Un detalle a tener en cuenta ha sido que las ubicaciones más expuestas al sureste y más desprotegidas han recibido mayor cantidad de nieve y por esto se han producido más daños en los arboles tanto de parques como de lineales en las calles.

Las primeras estimaciones son la perdida de más de 150.000 arboles de viales y daños en más del 80% de grandes parques (Casa de Campo, El Retiro, Dehesa de la Villa, Quinta de Torre Arias, etc.). Ahora no nos damos cuenta de esta perdida, pero en unas semanas, cuando se retiren todas las ramas y acaben las labores de poda del resto que queda en pie, veremos la triste realidad: árboles mutilados por doquier, sobre todo por la falta de mantenimiento y planificación que durante estos últimos años hemos sufrido en nuestros parques públicos.

Perder parte de nuestro patrimonio verde es perder salud y bienestar. Los árboles urbanos no son ningún lujo, más bien al contrario, son una necesidad. Por eso, una adecuada planificación, una correcta asignación presupuestaria que conlleve los medios necesarios para su adecuada conservación, implica poner en práctica modelos de gestión novedosos, pensando en la resiliencia de las ciudades ante el cambio climático. Los beneficios sociales, ambientales y económicos que proporcionan los árboles a la sociedad son muy superiores a los riesgos que conlleva que vivan entre nosotros.

Debemos trabajar desde abajo y partiendo, por ejemplo, de estas premisas (Manuel de la Puerta, técnico forestal): elección de especie adecuada (emergencia climática) al lugar y al espacio, mantenimiento y conservación óptimo realizado por personal especializado, formación constante de trabajadores y educación ambiental.

Desde la Mesa del Árbol de Carabanchel y más de 110 asociaciones que se han adherido al comunicado #ÁrbolesNecesarios nos ponemos a disposición del Ayuntamiento de Madrid para trabajar en la reconstrucción de este patrimonio natural perdido.



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